El Deportivo Alavés sumó anoche frente al Almería una victoria balsámica para ampliar el colchón respecto a la zona roja y poner el broche de oro al extraordinario mes de enero. El conjunto vitoriano impuso en el Power Horse Stadium su carácter competitivo y recuperó para la causa a Samu Omorodion, quien puso fin a su fatídica racha de cara al arco tras firmar un doblete y provocar un penalti. 

El ariete melillense irrumpió desde el once inicial debido a la baja de Kike García y leyó a la perfección el desarrollo de la contienda. En un escenario de ida y vuelta con un Almería volcado en ataque dadas sus necesidades clasificatorias, Omorodion se erigió como un delantero feroz e imparable al espacio que hizo daño con suma facilidad a la retaguardia rojiblanca.

De hecho, el zarpazo que abrió la lata llegó tras un contragolpe hilvanado a la perfección por el plantel vitoriano. Tras una acción a balón parado del Almería, el Alavés recuperó el esférico y Carlos Vicente envió desde el centro del campo un pase al espacio a Omorodion, quien no perdonó en su primera toma de contacto con el esférico. 

Fórmula recurrente

Esta fue una jugada trenzada prácticamente de memoria ya que el delantero babazorro hizo valer sus exuberantes condiciones físicas para imponerse a la zaga del Almería. Sin llegar a ser la definición más académica, Omorodion recuperó la efectividad de cara a puerta y este mismo tanto le brindó el espaldarazo anímico para convertirse en una pieza clave de la trascendental victoria lograda ante la escuadra rojiblanca.

Lo cierto es que Omorodion no intervino en exceso durante el partido, pero sí que apareció en los momentos en los que el Alavés más lo necesitaba. Cuando el Almería puso en aprietos a la expedición vitoriana, se fabricó de la nada un penalti balsámico para ampliar la renta. En esta ocasión, poco antes de llegar a la hora de juego, Omorodion recorrió más de 60 metros con el balón, sorteó a los rivales de manera indetectable y provocó el error en la salida de Maximiano, quien impactó de manera inocente con las piernas del goleador babazorro. 

Generoso

Fue el propio Samu quien quiso materializar la pena máxima, pero Luis Rioja le pidió el balón y el melillense, humilde ante la jerarquía de uno de los capitanes, cedió sin problema alguno el testigo al extremo sevillano, quien no perdonó desde los once metros. Con el 0-2 en el zurrón, el guion del encuentro apuntaba a un desenlace de pocas revoluciones, pero lo cierto es que el Almería quemó las naves en ataque para recortar distancias al Glorioso. 

El conjunto vitoriano supo frenar las embestidas almerienses gracias al olfato felino de Sivera. Sin ser la actuación más lúcida de los de Luis García, el Alavés hizo valer su eficacia en las dos áreas para sumar, a la postre, tres puntos de oficio.

Y es que la actuación de Samu Omorodion fue más allá de los primeros dos goles. En una jugada por el sector izquierdo protagonizada por Javi López poco antes del pitido final, el delantero albiazul pescó en el área pequeña el balón y, prácticamente sin ángulo y con su pierna menos hábil batió a Maximiano gracias a un potente disparo.

Con todo, aquellas lágrimas de Omorodion de la fatídica jornada frente al Las Palmas se transformaron anoche en un alivio mayúsculo y en una sonrisa imborrable. “Puede ser mi mejor partido de la temporada”, declaró el hombre gol de la victoria frente al Almería, quien suma ya con la elástica seis tantos para conducir al Glorioso hacia el objetivo de la permanencia.