El mes de enero que ha completado el Deportivo Alavés es inmejorable. A los siete puntos cosechados ante la Real Sociedad, el Sevilla y el Cádiz, los babazorros sumaron tres más este viernes en el Power Horse Stadium, donde dieron otro paso de gigante hacia la permanencia gracias a su victoria frente al Almería, completamente desahuciado. Samu Omorodion, en dos ocasiones, y Luis Rioja, de penalti, marcaron los tres goles visitantes.

Para afrontar la exigente visita al estadio indálico, Luis García Plaza decidió dar continuidad al once inicial que tan bien le había funcionado en las dos anteriores jornadas. La única novedad respecto al reciente triunfo contra el Cádiz en Mendizorroza fue la entrada de Samu en la punta del ataque. El melillense tuvo que reemplazar, en concreto, a Kike García, quien, a pesar de sentarse en el banquillo, arrastraba molestias. 

El encuentro, desde el pitido inicial, derivó en un ida y vuelta más o menos constante. Ninguna de las dos escuadras se mostró timorata con el balón, aunque tampoco los locales tenían otra opción vista su necesidad de victorias, y se jugó más tiempo cerca de las áreas que en el centro del campo. Algo que exigió bastante al Alavés en defensa, pero que también le permitió salir varias veces en velocidad, como tanto le gusta cuando juega a domicilio. 

En uno de esos contragolpes, precisamente, el conjunto babazorro consiguió adelantarse en el marcador. A los diez minutos de juego, tras una acción de estrategia del Almería, Samu aprovechó un pase en profundidad de Carlos Vicente para correr 35 metros con la pelota en los pies y, sin oposición, batir a Lluís Maximiano por debajo de las piernas (0-1). El propio atacante melillense, cabe mencionar, fue quien recuperó la posesión.

A partir de ese momento, ya por detrás en el electrónico, los indálicos trataron de responder con chispazos de calidad, pero el Alavés no sufrió en exceso para mantener su portería a cero y, además, se mostró más peligroso y convencido en ataque. El propio Samu, sin ir más lejos, dispuso otra buena ocasión para enviar el balón en la red, aunque esta vez, asistido por Jon Guridi sobre la media hora de juego, su remate se marchó desviado

Y poco más, en realidad, ocurrió durante la primera mitad en el Power Horse Stadium. Antonio Sivera solo tuvo que aparecer en un par de lanzamientos de falta -la más clara fue para Lucas Robertone-; y, entre los destacados por el lado visitante, es obligatorio mencionar a Rafa Marín. El central sevillano se disfrazó de pulpo y, cortando infinidad de balones, fue un auténtico quebradero de cabeza para los atacantes del Almería. 

SEGUNDA MITAD DE ALTIBAJOS

La segunda parte, eso sí, no comenzó nada bien para los intereses del Alavés. Poco después de reanudarse el encuentro; Marc Pubill, apareciendo desde atrás, logró plantarse mano a mano ante Sivera y solo la gran intervención del portero de Jávea, con un movimiento muy habitual en balonmano, evitó el empate. Esa fue la mejor ocasión de los locales hasta ese momento, y el precio a pagar por desaprovecharla fue muy alto

Minutos después de esa acción, Samu se hizo fuerte en un nuevo contragolpe y, tras ganar varios duelos gracias a su poderío físico, se plantó en el área rival y fue derribado por Maximiano, señalando penalti el colegiado. El melillense le pidió a Rioja lanzarlo, pero la jerarquía mandó en ese momento tan importante y el extremo sevillano no perdonó desde los once metros (0-2). Carlos Benavídez, en lugar de Guridi, saltó al césped entonces.

La última media hora de juego del Alavés, durante la que entraron Nahuel Tenaglia (Rioja), Álex Sola (Gorosabel), Víctor Parada (Vicente) y Giuliano Simeone (Samu), no estuvo a la altura. Los babazorros dejaron muchos huecos atrás y, si el Almería no se metió en la contienda, fue debido a su desacierto de cara a puerta -en esto, claro está, también tuvo mucho que ver Sivera-. Afortunadamente, ya al borde de la prolongación, Samu sentenció con un potente zurdazo (0-3) y evitó cualquier susto.