El Deportivo Alavés deshizo ante el Sevilla una larga sequía de más de 800 días sin ganar a domicilio en Primera División y amplió la ventaja respecto al conjunto hispalense hasta los cuatro puntos. El Glorioso compitió, sin ataduras, contra un rival directo en las aspiraciones clasificatorias.
Como una de las muchas notas positivas en tierras hispalenses, contó con la soberbia actuación particular de Carlos Vicente, quien ha derribado el muro de la adaptación a la máxima categoría.
Como si de un futbolista asentado en la élite se tratase, Carlos Vicente asumió responsabilidades en el carril derecho y asistió con la testa a Kike García en el segundo tanto de la velada. Según los datos ofrecidos por LaLiga, Vicente recuperó 16 balones, generó siete pases clave y ganó nueve duelos individuales.
De hecho, su insistencia en la presión también hizo mella en su pareja de baile, pues no dio respiro ni a Kike Salas ni Adrià Pedrosa.
Ahora bien, la trascendencia del maño fue más allá de las estadísticas y los datos tangibles. Carlos Vicente se erigió como una máquina de generar ocasiones en su sector gracias a la inteligente lectura del juego y su precisión en los centros laterales.
Su última entrega, antes de ser relevado por el canterano Víctor Parada en el tiempo añadido, fue el saque de esquina que propició el gol de la victoria en el Ramón Sánchez Pizjuán.
Llegada a la élite
Cabe recordar que Carlos Vicente comenzó el pasado 2023 en Primera RFEF y que en su corto currículum apenas figura media temporada en la categoría de plata. Se convirtió en una de las sensaciones de Segunda tras firmar cuatro goles y cuatro asistencias en 21 partidos.
También fue clave en el ascenso del Racing de Ferrol y, consciente de la oportunidad brindada por el Glorioso, no ha desperdiciado sus primeras actuaciones en tierras gasteiztarras.
Como es lógico, su irrupción en Ferrol suscitó el interés del Deportivo Alavés, pero también de más entidades interesadas en reclutar a la joven revelación del Racing de Ferrol. El Valencia era otro de los rivales inmersos en la puja, pero fue finalmente el club vitoriano quien se hizo con sus servicios hasta junio del 2027 previo pago de su cláusula de 600.000 euros.
Una apuesta que, de momento, ha surtido el efecto deseado en las filas de Luis García. El Glorioso, en las últimas jornadas, se encontraba falto de frescura en el último tercio y no fue capaz de materializar sus numerosas ocasiones.
Carlos Vicente llegó a Vitoria precisamente para aportar verticalidad y finura en los últimos metros y lo cierto es que ha protagonizado una adaptación exprés. Tanto a las exigencias de la Primera División como a las particularidades de la escuadra vitoriana.
El zaragozano ha cumplido en sus primeros partidos las peticiones de Luis García, que no son otras que desplegar verticalidad en la banda y colaborar en tareas defensivas. Carlos Vicente disputó sus primeros minutos con la elástica albiazul en el empate ante la Real Sociedad.
En San Sebastián, en la media hora final, ya dejó varias pinceladas del juego que exhibió posteriormente ante el Betis, en Copa del Rey, y contra el Sevilla en liga.
En la eliminatoria copera atacó una y otra vez su banda, sin signos de cansancio, y mostró una clara vocación asociativa con Kike García.
Una fórmula que dio réditos en el triunfo ante el Betis y que también tuvo éxito en el Sánchez Pizjuán, pues ambos fueron los protagonistas del segundo tanto.
La adaptación de Carlos Vicente incrementa la competencia del sector derecho, donde Luis García cuenta con Álex Sola y Xeber Alkain como los hombres de recambio naturales, si bien Luis Rioja también puede ocupar dicha demarcación.
El primero de ellos comenzó con buen pie el curso al mostrar desparpajo en la banda, pero su efecto se ha difuminado bastante en las últimas semanas. No obstante, en la reciente eliminatoria ante el Betis cumplió con creces como lateral y generó un carril derecho volcánico junto a Carlos Vicente.