Mendizorroza quiere vivir ambientes de Primera División. En el duelo ante el Málaga, un enfrentamiento a vida o muerte para mantener intactas las posibilidades de ascender por la vía rápida a la máxima categoría, el feudo del Paseo de Cervantes registró una de sus mejores entradas del curso para brindar al equipo el impulso necesario para llevarse los tres puntos. 19.450 espectadores llevaron al equipo en volandas durante un partido de máxima tensión que se saldó con triunfo albiazul.

La fiesta que se vivió en las gradas, eso sí, no se trasladó durante la primera mitad al terreno de juego, pues la escena mostrada por el conjunto albiazul correspondió, más bien, a la de un equipo amordazado y cauteloso en sus ataques. Mendizorroza, que entraba en ebullición tras cada saque de esquina favorable al Glorioso, se tuvo que conformar con unos tímidos acercamientos al área de Yáñez en los primeros 45 minutos.

Un arreón al final de la primera parte protagonizado por Abde hizo que el estadio se convirtiera en una auténtica hoguera. El partido requería una marcha más por parte del Alavés, y el tiempo de descanso fue el inciso para recargar las pilas y ofrecer una versión mucho más reconocible. Al son del “Sweet Caroline”, las gradas de Mendizorroza recibieron con su particular colorido al equipo para un segundo tiempo de infarto.

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Todas las fotos de la victoria del Alavés contra el Málaga (2-1) Iñigo Foronda

Cuchillo entre los dientes

Casi sin margen de tiempo para que los espectadores pudieran ocupar sus asientos, llegó uno de los momentos más álgidos de la fiesta albiazul. Pocos segundos después de comenzar el segundo asalto, Abde cabalgó hacia el área sorteando a los rivales del Málaga para acabar asistiendo a Villalibre. Tras un pase que quedó muerto en el punto de penalti, el Búfalo de Gernika exhibió su olfato goleador ante más de 19.000 almas albiazules.

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En imágenes: Mendizorroza vibra con la primera final por el ascenso del Glorioso Iñigo Foronda

En un día señalado para el extremo argelino ya que tenía que sustituir a Rioja en el sector izquierdo, el canterano demostró, una vez más, que reúne las condiciones para ser un arma letal en los esquemas de Luis García. Después del gol de Villalibre, una diana balsámica para detener la sequía del vizcaíno y, sobre todo, decisivo para mantenerse a la estela de los rivales directos, Mendizorroza incrementó sus decibelios siendo el indiscutible jugador número 12 para los babazorros.

El Málaga no se derrumbó tras el tanto vitoriano. El conjunto boquerón quiso igualar la contienda y el partido comenzó a abrirse hacia el ida y vuelta en el que el se originó un auténtico descontrol. De esta forma llegaron otras jugadas de Abde aunque, desafortunadamente, no acabaron de ver portería pese a la insistencia del argelino. Las 19.450 almas congregadas en Mendi no dejaron de alentar, pero la corta distancia en el marcador generó un evidente nerviosismo.

Reacción final

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Un estado de tensión que estalló tras el zarpazo de Luis Muñoz, quien fusiló a Sivera sin oposición para congelar a la afición albiazul. Tras el empate malaguista, Mendizorroza no dejó de apretar y llevó en volandas al equipo durante un desenlace de partido que se convirtió en un correcalles. Un impulso que obtuvo su recompensa en el 88’ de una batalla encarnizada. En un final de partido no apto para cardiacos, Toni Moya fusiló a Yáñez y provocó un estallido memorable en la afición vitoriana.

Así pues, el Alavés cumplió con su cometido en la final anticipada ante el Málaga. No sin sufrir y después de superar un empate que pudo hundir a la plantilla, Mendizorroza demostró una vez más que merece albergar encuentros de la máxima categoría. Para regresar al fútbol de los grandes focos, tan solo queda asaltar el fortín del Las Palmas en una última jornada del curso que será de altos vuelos y a la que el plantel de Luis García llega con la moral más que fortalecida.