El Alavés cumplió este sábado la primera parte del guion para conseguir el ansiado ascenso directo a Primera. La agónica victoria ante el Málaga, sellada con ese postrero misil de Moya desde la frontal, le hace depender de sí mismo a los hombres de Luis García Plaza para regresar a la élite del fútbol español. Ahora tienen un punto menos que el Las Palmas pero le superarían en la tabla en caso de profanar el templo canario.

Sin embargo, no fue una tarde completa para el Glorioso porque la mayoría de sus rivales directos, a excepción del Eibar, también lograron los tres puntos.

El Granada se impuso en Anduva por 1-3 a un Mirandés con uno menos desde el minuto 24 y roza el ascenso a Primera. Le vale con un empate ante el Leganés para lograr el objetivo. La madre de toda las batallas será en el Estadio Gran Canaria, donde al Alavés solo le vale el triunfo si quiere subir por la vía rápida. Y todo ello porque el conjunto de García Pimienta goleó sin piedad por 1-4 al Cartagena con un doblete de Sandro Ramírez.

El Alavés se mantiene tercero en la tabla por delante de un Levante que se impuso de forma agónica (2-3) al Villarreal B gracias a un gol de Montiel en el 90. Si los albiazules no ganan en tierras insulares, por tanto, corren el riesgo de perder la tercera posición en favor de los pupilos de Javi Calleja, que reciben al Oviedo en Orriols en la última jornada.

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Quien volvió a tropezar fue el Eibar de Gaizka Garitano, que no pasó de un empate sobre la bocina (2-2) ante el Sporting en Ipurua y ha dilapidado todas sus esperanzas de subir de forma directa. Los armeros han entrado en barrena desde hace meses y no consiguen levantar cabeza.