Al igual que muchos trabajadores y estudiantes que viven en Vitoria-Gasteiz, aunque los segundos suelen preferir el autobús, Altair Reyes coge varias veces a la semana su coche y pone rumbo a Bilbao para cumplir con sus obligaciones. Un trayecto repetitivo, que muchas veces le llega a agotar, pero que deja de ser un inconveniente cuando recuerda que todos esos viajes están teniendo como resultado una de las temporadas más especiales de su carrera.

Altair, eso sí, no se detiene en la capital vizcaína. Su recorrido se alarga siempre hasta Barakaldo, donde le reciben con los brazos abiertos. Y tiene sentido, en realidad, pues el lateral gasteiztarra, formado en la cantera del Deportivo Alavés, está muy cerca de formar parte del ascenso a 2ª RFEF del club gualdinegro. Para ello, solo tendrán que vencer este sábado a domicilio al Anaitasuna, quien también habilitó el éxito del Miniglorias el año pasado.

"Somos conscientes de que podemos certificar el ascenso, pero nos tomamos el partido como uno más"

Altair Reyes - Capitán del Barakaldo

“Somos conscientes de que podemos certificar ya el ascenso, pero no le damos mayor importancia. Es una semana más y así nos la estamos tomando”, admite Altair, al que se le nota muy tranquilo. El exalbiazul sabe a la perfección que el trabajo realizado a lo largo del curso les ha permitido llegar a una recta final casi idílica. Tras ganar al Leioa, segundo clasificado, el pasado fin de semana en Lasesarre, cuentan con una ventaja de 16 puntos. 

La clave de este histórico ejercicio del Barakaldo, según explica el propio Altair, no es otra que el buen grupo que han montado. Su vestuario está compuesto por “buenas personas” y todas ellas, además, entrenan “a fuego”, como le gusta decir a su técnico Imanol de la Sota. Algo que, por cierto, les ha llevado a mantenerse invictos hasta ahora. “Nos gustaría terminar así la campaña, es una trayectoria increíble”, añade el gasteiztarra.

Gracias a todo lo anterior, y también a su importancia dentro del equipo, este curso no está siendo como otro cualquiera para Altair. Es el capitán de la escuadra fabril y cuenta con la confianza de su entrenador. “Salvo por alguna lesión, durante las que me centré en ayudar a mis compañeros de otra forma, lo cierto es que está siendo una temporada muy buena. Estoy viviendo grandes momentos y aprendiendo mucho de ellos”, comenta. 

COMPAÑERO DE VIAJE

Ahora bien, esta gran experiencia en el Barakaldo no hubiera sido posible, o no al menos de la misma manera, sin su compañero de equipo, y de viaje, Aymane Jelbat. Un joven central marroquí que, tras una auténtica odisea para huir de su país, acabó en Vitoria-Gasteiz, donde lleva viviendo más de siete años y, además, ha podido formarse en las categorías inferiores del Alavés (San Ignacio), aunque, eso sí, sin llegar a coincidir con Altair.

“Ir a entrenar se me hace mucho más sencillo gracias a Altair. Voy todos los días en coche con él, hablando de fútbol y muchas más cosas, y lo considero como un hermano”, apunta Aymane. Esto último, lógicamente, les ha permitido entenderse bastante mejor sobre el terreno de juego; en especial, teniendo en cuenta que, aparte de transporte, también comparten el objetivo de evitar que los rivales pongan en apuros a su portero.

Altair Reyes y Aymane Jelbat. Jorge Muñoz

Asimismo, ambos coinciden en que el campeonato, y el ascenso, que están a punto de conseguir con el Barakaldo es algo que el propio club merece y necesita, pues “uno de los históricos de Euskadi no puede estar en Tercera RFEF”. Cabe recordar, en este sentido, que los gualdinegros han jugado 31 temporadas en la categoría de plata y otras 36 en la extinta Segunda B, en la que se vivieron auténticos duelos frente al Alavés. 

Por último, es digno de mención que, al igual que ha mencionado Altair Reyes, esta campaña también está siendo un antes y un después para Aymane Jalbat. “Cuando estaba lesionado y nadie me quería, el Baraka me dio una oportunidad y estoy haciendo todo lo posible para aprovecharla. Me siento muy bien y no voy a olvidar lo que estoy aprendiendo junto a jugadores que ya saben lo que es competir en el fútbol profesional”, concluye