La figura

Edgar

El tinerfeño rubricó con un sensacional remate y gol una actuación bastante completa en todos los sentidos, ya que fue el más peligroso en el ataque y apoyó mucho atrás.

Debe mejorar

Camarasa

Otra aparición en el centro del campo de un nivel bastante bajo. Muy poca presencia con el balón, demasiado estático en el eje y sin ofrecer su habitual despliegue físico.

1

1

27ª jornada de liga

Estadio Mendizorroza. 14.083 esp.

Árbitro Gil Manzano (extremeño).

Alavés

alineacióntarjetas

Banquillo

13. Roberto; 21. Martin; 17. Marín; 20. Pons (76'); 19. Manu García (82'); 35. Ismael; 29. Borja Sainz (65').

Valencia

alineacióntarjetas

Banquillo

1. Jaume; 3. Costa; 33. Guillamón; 17. Coquelin (65'); 7. Guedes (72'); 20. Torres; 19. Rodrigo (82').

Goles

1-0, minuto 34: Parejo. Disparo de falta del madrileño desde la frontal que manda directo a la escuadra.

1-1, minuto 73: Edgar. Saque de falta de Duarte que devuelve Laguardia y Edgar saca un disparo picado que golpea en Kondogbia y supera a Cillessen.

tarjetas

Amonestó a Kondogbia (minuto 35), Lucas Pérez (minuto 36), Navarro (minuto 39), Ely (minuto 42), Gayà (minuto 61), Joselu (minuto 62), Edgar (minuto 84), Diakhaby (minuto 90). Amarillas a Celades, entrenador del Valencia, y Miñano, preparador físico, en el minuto 92.

Las claves

Un arranque horrible El Alavés perpetró, una vez más, una primera parte horripilante en la que apenas fue capaz de hacer daño a su rival y concedió demasiado en defensa para acabar encajando un gol de falta directa de Parejo. Sin que el Valencia hiciese tampoco demasiado, fue capaz de poner el marcador a su favor.

Gran segunda parte El cuadro albiazul fió un claro paso adelante tras el descanso y acogotó a un oponente que se fue hundiendo en su área. Muchos balones colgados hasta conseguir el empate por mediación de Edgar y opciones también al final para conseguir los tres puntos.

Vitoria - Pasito a pasito, suave suavecito. Parece que el Deportivo Alavés se ha abonado a la machacona canción de Luis Fonsi en un tramo de la temporada en la que ni acaba de explotar ni parece tener la más mínima intención de hundirse. Ni da ese salto definitivo que le catapulte hacia la permanencia definitiva ni tampoco se cae del escenario para situarse en posición de riesgo. Por momentos, como viene siendo costumbre en las primeras partes y se repitió ayer de nuevo, las sensaciones nos pueden ser más tétricas; pero en la segundas partes las reacciones suelen ser moneda de curso común y de nuevo ante el Valencia fue El Glorioso capaz de darle la vuelta a su imagen para sumar un nuevo punto que le acerca un pasito más hacia la salvación. La temporada se va a seguir alargando en su resolución, pero algo muy grave debería suceder para que este equipo sufriese.

Solucionó Garitano sus problemas en los extremos con la continuidad de Edgar y el retorno al once de un Rioja que llevaba cuatro jornadas consecutivas sin ser convocado, mientras que la otra novedad fue el regreso al centro del campo de Camarasa. La mezcla no dio de sí para mejora alguna en una nueva primera parte de un nivel futbolístico pésimo por parte de un cuadro albiazul que despertó de nuevo el bostezo generalizado por su incompetencia con el balón.

Y es que, el planteamiento conservador de un Valencia que reservó bastante artillería, propició que el Alavés se encontrase con mucha más posesión de la que le gusta disfrutar y casi ningún espacio por el que meter la cabeza. Apariciones fugaces, casi siempre comandadas por Lucas Pérez, y apenas una ocasión de peligro en todo el primer acto, un disparo de Edgar tras sensacional regate que se topó con la pierna de Kondogbia.

Mientras, el equipo de Celades desprendía aroma de peligro en cada una de sus aproximaciones, sobre todo por los fallos encadenados de los defensores vitorianos. El primero de ellos, entre Ely y Navarro, habilitó a Cheryshev para quedarse solo ante un Pacheco que rozó el penalti. Poco después, una falta completamente a destiempo de Edgar sobre Soler en la frontal del área la mandó directamente a la escuadra un Parejo que repitió, desde el otro flanco, el gol que ya marcó la pasada campaña en Mendizorroza.

Corría el minuto 34 y El Glorioso, que no había sido nada hasta ese momento, continuó con esa misma imagen triste a lo largo de todo un primer acto para olvidar. Y van ya unos cuantos a lo largo de unas últimas semanas en las que solo las segundas partes parecen contar para los de Garitano. Ante un rival carente de sus mejores argumentos ofensivos y que no hizo mucha cosa más allá de aprovechar los errores locales y darles brillo con una pincelada de talento de Parejo, el Alavés no expuso absolutamente nada para hacerse merecedor a los puntos.

El paso por los vestuarios les sirvió a los albiazules para variar claramente el guión. Tras el desperdicio del acto inicial saldado encima con desventaja, el segundo ya arrancó a una velocidad completamente distinta. Y esa intensidad fue suficiente para acogotar a un Valencia que cedió metros de forma alarmante para embotellarse en torno a Cillessen y empezar a sufrir ante ese acoso, fiado todo a una contra.

El equipo de Celades, al margen de una clara ocasión para sentenciar de Florenzi, fue incapaz de quitarse de encima esa sensación de agobio constante, con el Alavés volcado y mandando balones al área de manera constante. Así hasta que Edgar, que había llevado ya mucho peligro, fue capaz de enganchar un balón cabeceado por Laguardia tras un servicio de falta para superar a Cillessen y poner el empate en el 73.

Si hasta ese momento El Glorioso había sido el único en comparecer en la segunda parte, a partir de ahí esa sensación de reafirmó aún más. Si alguien pudo ganar, y Joselu tuvo el triunfo en sus botas, ese fue un Alavés que firmó una gran reacción que le permite sumar de nuevo. Quizá menos de lo que le hubiese gustado por una nueva primera parte dantesca, pero que le permite dar otro pasito hacia su objetivo.