El Deportivo Alavés dio ayer un paso de gigante por la permanencia tras derrotar al Celta en el 100 aniversario de Mendizorroza.

El equipo vitoriano, implacable durante los 90 minutos, superó a su rival tras una puesta en escena sobresaliente y en la que además de conceder pocas opciones hizo méritos como para lograr una renta más holgada. 

El arranque de partido por parte del anfitrión fue de notable. Sobre el verde de Mendizorroza se vio a un Alavés muy inteligente y ceñido al plan inicial establecido por Luis García.

El equipo vitoriano generó las ocasiones más claras del primer asalto y apenas sufrió en su área. El técnico albiazul apostó por una medular de recorrido en la que Benavídez y Guridi fueron los encargados de marcar a Jailson y Fran Beltrán al mismo tiempo en el que Blanco sostuvo al equipo como el ancla en la contención. 

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En imágenes: La afición albiazul se vuelca con el centenario de Mendizorroza Pilar Barco

Ganador de los duelos

El Alavés, poderoso en los duelos y ganador de la mayoría de las segundas jugadas, llegó con facilidad a la zona de finalización, pero no mostró el colmillo suficiente en la portería de Guaita. 

Y eso que el Glorioso generó ocasiones de todos los colores. Lo hizo a través de las jugadas de estrategia, con los balones medidos a la espalda de la zaga rival y también con un fluido juego entre líneas que permitió generar centros laterales con mucho veneno.

Tenaglia se lleva el balón en la disputa con Iago Aspas Alavés

Poca recompensa

La sensación al descanso, lógicamente, era de que el Alavés merecía un botín mucho mayor después de la notable actuación realizada durante el primer asalto.Eso sí, el Glorioso irrumpió como un tsunami en el inicio de la segunda mitad. 

Los de Luis García mantuvieron el mismo rigor defensivo de la primera mitad, pero encontraron por fin la manera de derribar la meta de Guaita.

El primero en abrir la lata fue Giuliano Simeone, quien repitió en el once tras su brillante actuación frente al Atlético de Madrid.

Su estreno goleador con la zamarra albiazul no podía ser en otro escenario que en Mendizorroza. El Alavés despejó todos sus fantasmas con una jugada fabricada por Kike García, un socio de garantías para Giuliano en el ataque.

Apenas tres minutos después de iniciar el segundo tiempo, el veterano ariete olió la sangre de la zaga rival en un errático despeje y envió un pase milimétrico a Simeone, quien no perdonó desde dentro del área.

Euforia en Mendizorroza

Su zarpazo desató la euforia en las gradas del Paseo de Cervantes. No solo por el alivio de lograr la ventaja en el marcador, sino porque Giuliano merecía la recompensa del gol después de un curso condicionado por la lesión sufrida en pretemporada. Su trabajo en la sombra y la resiliencia desde su llegada a Vitoria tuvieron finalmente su ansiada recompensa.

Los jugadores del Alavés celebran con Guridi el 2-0 anotado por este L. Rico

Lo más positivo tras el 1-0 fue que el Alavés no dejó de pisar el acelerador. El conjunto vitoriano aprovechó el bloqueo mental del Celta para hurgar todavía más en la herida y cuatro minutos después del gol de Giuliano llegó el tanto de Guridi.

Simeone ayuda al 2-0

En esta ocasión, Simeone fue otro protagonista de la acción. Él fue quien forzó el error de Mingueza, quien entregó un pase hacia su portero que Guridi, como buen llegador en segunda línea, supo leer para propinar el mazazo del 2-0. 

Benavídez celebra el 3-0 al borde del final ante el Celta en el partido del centenario de Mendizorroza L. Rico

El Alavés evitó la reacción celtista. El equipo se desfondó en todos los metros de Mendizorroza y la guinda llegó con el tercer tanto, obra de un Carlos Benavídez titánico en la sala de máquinas. Con el 3-0 sobre el marcador, Mendizorroza vivió el mejor homenaje posible a sus 100 años de historia. l