Vitoria - Entre las múltiples variantes defensivas que Mauricio Pellegrino y sus ayudantes estén repasando a esta hora para tratar de neutralizar la influencia de Messi en el juego del Barça, a buen seguro que la del marcaje al hombre de toda la vida, el clásico “no te despegues de fulanito aunque se vaya al baño”, no entra en ninguna de sus opciones. Entre otras cosas, porque desde que Messi es Messi esta opción se ha visto inútil en múltiples defensas que han tratado de detener al astro argentino, poseedor de una velocidad y un cambio de ritmo estratosféricos que aconsejan no emparejarse a su lado durante mucho tiempo. Como quiera también que el reglamento protege hoy en día a las estrellas en detrimento del leñero -todo lo contrario de lo que sufrió en el Mundial de 1982 Maradona con Gentile, por ejemplo-, el uno a uno queda definitivamente descartado más allá de asumir cada uno de los defensas del Alavés está función cuando el argentino entre en su zona de influencia. Entonces sí, será el momento de encimar al punta con agresividad y activar el sistema de ayudas con un objetivo claro: evitar que controle la pelota y, sobre todo, que se de la vuelta y encare a sus defensores. En ese caso, Leo Messi es imparable. - A. Goñi
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