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Cuidar y curar como si fuera en casa

Decenas de ‘txikis’ deberán estar ingresados estas Navidades en la unidad de Pediatría de Txagorritxu por algún problema de salud. Sus profesionales harán lo posible para que, pese a todo, tengan la mejor experiencia

Cuidar y curar como si fuera en casaNatalia Garcia Zamora

Decenas de txikis alaveses no podrán esperar esta Nochebuena la mágica llegada de Olentzero y Mari Domingi desde sus casas.

Lo mismo sucederá dentro de justo una semana con el Año Nuevo, o solo unos días después con Melchor, Gaspar y Baltasar en la velada de Reyes.

O en cualquier otra jornada de este ciclo festivo durante el que todos esos niños y adolescentes deberían estar disfrutando en el PIN, en la pista de hielo de La Florida o de cualquier otro plan con sus familias o amigos, incluso fuera de Vitoria. 

A todos ellos les unirá un problema de salud de cierta entidad que les obligará a pasar una parte más o menos prolongada de las fiestas en la unidad de Pediatría del Hospital Universitario Araba (HUA), que se encuentra centralizada en la primera planta de Txagorritxu.

“La filosofía es humanizar y hacerlo fácil; que tengan un ingreso amable y, en la medida que es posible, un buen recuerdo”

Jefa de sección de Pediatría de la OSI Araba

Tendrán que superar el mal trago en una época tan sensible como esta, marcada por el disfrute de las vacaciones y la ilusión de los regalos, pero al menos estarán en manos de un equipo de profesionales que, con el cariño y la empatía como herramientas, tratarán de hacer su experiencia mucho más llevadera.

“La filosofía es humanizar y hacérselo fácil; que tengan un ingreso amable y, en la medida que es posible, un buen recuerdo. Y esto en Navidad se potencia”, expone Conchi Salado, jefa de sección de Pediatría de la OSI Araba. 

Superhéroes... y un belén

Esta veterana profesional y su equipo han abierto las puertas del servicio, una suerte de mini-hospital con hasta 30 camas para lactantes y escolares, a NOTICIAS DE ÁLAVA.

Unos coloridos superhéroes y los mundos de fantasía en los que habitan decoran las paredes de sus estancias, que estos días desprenden además un inconfundible aroma navideño.

Belén cedido al hospital por un grupo de aficionados a Playmobil.

A ello ayudan el árbol pintado y decorado con fotos de todo el equipo de Pediatría en la entrada de la unidad, una creación que participa en el concurso de adornos que año tras año se hace en Txagorritxu, o un vistoso belén elaborado por un grupo de aficionados a Playmobil con muñecos de la enseña y donado al centro sanitario, un “maravilloso” detalle con sus jóvenes pacientes. 

Estos días tan señalados, que pueden ser muy difíciles para las y los txikis hospitalizados, son también habituales en Txagorritxu las visitas de entidades deportivas como el Baskonia, el Deportivo Alavés o el Zuzenak, colectivos como la Legión 501 –conocidos por sus disfraces de la saga Star Wars– o los Bomberos de la ciudad, así como Olentzero y Mari Domingi y los Reyes Magos, que siempre tienen un detalle para ellos. 

“Lo que intentamos es facilitar su bienestar en estos días que tienen que ingresar por algún motivo importante. No podemos conseguir lo que sería un hogar, pero sí al menos aproximarnos a ellos con nuestra cercanía”, reflexiona Salado. 

Acompaña a la responsable de la unidad en este recorrido la enfermera Demelza Pérez, supervisora de Pediatría de la OSI Araba, y las facultativas Ainhoa Díez y Miranda Oteo, en este último caso aún residente.  

Visita de los Bomberos de Gasteiz a la unidad de Pediatría.

Son solo una pequeña parte de un grupo caracterizado por su amplia presencia femenina y en el que no faltan las auxiliares, el personal de limpieza o incluso una profesora contratada por el Departamento de Educación que está al frente de la escuela de la unidad, un servicio que ha existido desde la misma fundación de Txagorritxu hace casi medio siglo aunque haya cambiado de ubicación.

Antes de llegar a ella, sin haber entrado en el pasillo principal de Pediatría, un txoko acristalado cuya decoración exterior en su día donó el grupo Baskonia sirve como área de descanso para los progenitores de los niños ingresados, un lugar donde pueden comer o darse un respiro para no tener que estar constantemente dentro de las habitaciones.

Zona de juegos y, al fondo, escuela de la unidad de Pediatría.

Una forma más de “humanizar” la estancia en el centro que tiene otro ejemplo en la zona de juegos situada antes de la entrada a la escuela, a donde los txikis pueden acceder durante todo el día, con supervisión, y siempre que su estado de salud lo permita.

“Se trata de que, por lo menos, aquí tengan las mismas cosas que podrían tener en casa”, remarca en este punto Pérez.

AL 'COLE' EN EL HOSPITAL

Tania Quintana es otra de las profesionales clave dentro de la unidad de Pediatría de Txagorritxu para que las y los txikis ingresados pasen el trance de la mejor manera posible. Pero a diferencia del resto, Quintana no es sanitaria sino profesora, y lleva las riendas de la escuela del servicio. Un espacio cuyo objetivo principal es que el alumnado “no esté perdidos” cuando regrese a clase, con actividades adaptadas tanto a sus muy diversas edades como estados de salud. “El funcionamiento es completamente distinto al de una escuela, el ritmo es otro y los quehaceres, también. El alumnado tiene una situación muy especial”, detalla Quintana a DNA. La docente llega al hospital a las 8.30 horas y se informa en el control de enfermería del perfil de pacientes ingresados. A partir de ahí, los pequeños acuden a sus clases o es Quintana la que va a sus habitaciones para ayudarles en las tareas. “Hay que tener mil recursos a mano”, asume. 

A partir de ahí, la unidad ya se parece mucho más a cualquiera otra de Txagorritxu, si no fuera por esa llamativa decoración que incluso llega a la ropa de faena de las profesionales.

Al margen de las habitaciones, que siempre que es posible intentan que sean de uso individual, Pediatría cuenta también con un hospital de día donde los pequeños pacientes –sobre todo crónicos– acuden de forma puntual a recibir tratamiento ambulatorio o valoraciones médicas. Se trata de una área de nueva creación que da “mucho juego asistencial” y evita que los txikis tengan que ser ingresados. 

Boxes del hospital de día de la unidad pediátrica de Txagorritxu.

También hasta los 16

Salvo los pacientes oncológicos y los que requieren cuidados intensivos, que tienen en el Hospital vizcaíno de Cruces sus unidades de referencia, y los correspondientes a Psiquiatría –que se ven en el HUA-Santiago–, todos los niños y adolescentes con un problema de salud agudo o crónico son susceptibles de pasar por esta unidad, incluso si tienen más de la edad pediátrica máxima de 14 años.

“Aunque estén a cargo de otras especialidades, hasta los 16 vienen aquí porque es una planta mucho más amable que las de adultos”, puntualiza Salado. 

Además, aunque “a veces no se puede”, durante estas fechas navideñas las profesionales de la unidad intentan que solo se queden ingresados los pacientes que estrictamente lo necesitan.

“A veces no se puede, pero en estos días tan especiales favorecemos las altas hospitalarias. Nunca corriendo riesgos, pero sí que lo intentamos para evitar que tengan que estar aquí en unos días tan difíciles y tan entrañables”, reflexiona de nuevo la responsable de la unidad.