Durante unos segundos piensas que está profundamente dormido, envuelto en su manta. Solo al fijarte en los detalles, en esa quietud perfecta, la piel de vinilo, las pestañas finísimas, comprendes que se trata de un bebé reborn. Ese efecto, entre la sorpresa y la admiración, es el que te provocará esta forma de arte, que llega a Vitoria los días 1 y 2 de noviembre en el Palacio de Congresos Europa en la tercera Exposición Reborn Event.
¿Qué es un bebé reborn?
Un bebé reborn es una muñeca tan realista que, a simple vista, puedes confundirla con un recién nacido. Detrás de cada una de ellas hay horas y horas de trabajo minucioso. Capas de pintura, cabello natural injertado, ojos de cristal y un peso ajustado al de un bebé real. Más que un juguete, son una forma de arte que combina técnica y sensibilidad.
El origen de las muñecas se remonta a la era paleolítica, pero las llamadas bebés reborn tienen un origen más actual: a finales de la década de los noventa del siglo pasado en Estados Unidos. Desde entonces, este movimiento se ha extendido a todo el mundo como una forma de arte contemporáneo. A España llegaron hace solo una década.
Cada figura se crea a partir de un kit en blanco que pasa por entre 15 y 30 capas de pintura, aplicadas con precisión para reproducir los matices de la piel de un recién nacido. Se utilizan materiales como el vinilo o la silicona, y los modelos más avanzados incorporan sistemas eléctricos que simulan el latido del corazón o la respiración. Nada queda al azar: el cabello puede ser pintado o injertado a mano, los ojos de cristal o resina aportan profundidad a la mirada y el peso final se ajusta al de un bebé real. Cada muñeco es distinto, fruto de la imaginación de su creador o creadora o a petición del cliente. El resultado es que ningún reborn es igual a otro.
“Cada reborn es una obra irrepetible. No se fabrica en serie, se crea con la misma atención que una escultura”, explica Nina Shepel, organizadora del evento y artista especializada en esta disciplina.
Un universo más allá del juego
Aunque su aspecto infantil puede recordar el de un juguete, los reborn son valorados principalmente por coleccionistas y adultos que aprecian su realismo y el trabajo artesanal que esconden. En los últimos años también se han utilizado en terapias psicológicas, especialmente para reducir el estrés, la ansiedad o acompañar a personas mayores con Alzheimer.
Su tacto, su peso y la sensación de cuidado que generan pueden favorecer la memoria afectiva y ciertas rutinas diarias, como vestir, acunar o peinar. “No sustituyen a nadie, pero ayudan a reconectar con la calma”, apunta Shepel.
Este componente emocional ha contribuido a ampliar el público de las exposiciones reborn, que hoy en día reúnen a personas de distintas edades y perfiles: desde artistas plásticas y escultoras hasta curiosos que se acercan por primera vez a este particular mundo del realismo.
Vitoria acoge la tercera edición del Reborn Event
Los próximos días 1 y 2 de noviembre, el Palacio de Congresos Europea acogerá la tercera Exposición Reborn Event. Esta exposición contará con una veintena de expositoras entre artistas, escultoras y coleccionistas. Habrá también stands con ropa y complementos tanto para muñecos como para bebés reales, materiales para “renacer” un reborn desde cero y mesas dedicadas a otros tipos de muñecas artesanales.
Durante el fin de semana, los visitantes podrán participar en dos sorteos: uno de ellos de un bebé reborn y otro, con sorpresa incluida. El ambiente será perfecto tanto para fans de este tipo de muñecos como para familias o parejas.