“Hay niños que dejan de ducharse porque están enganchados a los videojuegos ”
Jóvenes y nuevas tecnologías, en la relación entre ambos centra su mirada Laura Cuesta, con un mensaje dirigido a familias sobre el bienestar digital
Este martes, el Europa acoge la cuarta edición de Kontuz, identidad en construcción, una propuesta que mira de cerca a las problemáticas de la infancia y la adolescencia. En este marco, Laura Cuesta hablará, a partir de las 17.30 horas de los menores y su relación con las tecnologías digitales. Esta invitada especial a la iniciativa organizada por Konexio-ona –junto al Ayuntamiento de Vitoria, Fundación Vital y el Instituto Foral de la Juventud– cuenta con una amplia trayectoria profesional. En los últimos años, se ha especializado en la formación a familias, docentes y menores para el uso seguro y saludable de las pantalla. Y desde 2012 es profesora adjunta en la Universidad Camilo José Cela de Madrid.
Participa en la jornada ‘Kontuz, identidad en construcción’, ¿cuáles son las ideas principales que quieres transmitir en tu charla?
Esta vez en la jornada me voy a enfocar sobre todo a familias, aunque muchas veces hablo también para docentes y centros educativos, pero en este caso voy a enfocar mucho más la charla hacia el ámbito familiar. Aunque durante todos estos meses estamos hablando muchísimo y estamos viendo en todos los medios de comunicación cómo debemos limitar, restringir, prohibir la tecnología en las aulas, realmente sabemos que prácticamente todos los riesgos con respecto al uso de la tecnología de los menores se dan en el ámbito familiar.
El verdadero potencial de la tecnología en las aulas es la Inteligencia Artificial
Porque cada vez estamos dando los dispositivos a edades más tempranas, sabemos que prácticamente la media se sitúa a los 10,6 años. Pero obviamente se dan antes, con lo cual estamos hablando entre los 8 o 9 años. Y muchas veces se hace sin ningún tipo de supervisión y acompañamiento familiar. Por tanto, voy a recordar a las familias que, aunque no debemos tener este ambiente de alarmismo, no vamos a minimizar riesgos y obviamente no vamos a decir que actualmente no nos encontramos con riesgos y potenciales peligros causados por la tecnología. Pero lo que tenemos que pensar es que tenemos que implicarnos sí o sí en el proceso de alfabetización digital de nuestros hijos e hijas. Les hablaré de edades recomendadas, plataformas recomendadas para cada edad y luego también posiblemente algunos recursos que les puedan valer para hacer ese acompañamiento un poco más fácil dentro de cada etapa y de cada edad.
"Cada vez estamos dando los dispositivos a edades más tempranas, sabemos que prácticamente la media se sitúa a los 10,6 años"
Muchas familias temen que el acceso ilimitado de los menores a internet derive en adicción, no solo a las pantallas, también a los juegos online generando una ludopatía.
En la charla les voy a poner un pantallazo precisamente del último informe del Plan Nacional sobre Drogas que se hace sobre la población de entre 14 y 18 años, y lo que nos habla es que frente al uso abusivo problemático que hay de la tecnología, que no llega a un 8 o 9 %, el gran problema que tenemos con el juego de azar está llegando prácticamente a un 80% entre jóvenes. Yo muchas veces hago esta reflexión, cuántas publicaciones vemos al día sobre la adicción a las redes sociales o al móvil, pero cuántas realmente son publicaciones preventivas sobre el gran problema que tenemos del juego de azar y las apuestas deportivas en los adolescentes y jóvenes.
El 45% de menores de entre 12 y 17 años sufre amenazas online y un 51% trata de reducir el uso de internet
En este tema se está haciendo muy poca prevención y tenemos un gran problema, porque hay adolescentes y jóvenes que están cambiando el ocio recreativo por irse a casinos o salas de apuestas, y los padres no son conscientes. Ni qué decir de todos los videojuegos, aplicaciones y plataformas que ya están metiendo mecánicas de juego de azar como pueden ser los cofres botín, que aunque no se juega con dinero real sino virtual, siguen todas las mecánicas del juego de azar y las máquinas tragaperras, y van perfilando ese potencial jugador.
"El gran problema que tenemos con el juego de azar está llegando prácticamente a un 80% entre jóvenes"
¿Cuáles serían algunas de las claves en cuanto a introducir las pantallas, redes sociales o estas nuevas tecnologías a los menores?
Lo que tenemos que tener claro es diferenciar bien los conceptos. No podemos hablar de pantallas en general, sino que tenemos que saber bien si estamos hablando de dispositivos. No es lo mismo una tablet, que un ordenador, que un móvil sin conexión a Internet, que un smartphone con conexión a Internet. Por tanto, yo puedo introducir una tablet, supervisada y controlada, a edades más tempranas para que ese menor, en un momento dado, pueda ver unos dibujos, pueda tener alguna aplicación educativa o alguna aplicación de dibujo creativa. No significa que a esas edades, ni mucho menos, ese menor pueda tener un dispositivo móvil.
Un uso inadecuado de Internet puede provocar adición, obesidad y trastornos en niños
A edades más avanzadas, si la familia lo necesita para localizar a los menores porque las familias trabajan, yo puedo dar a ese menor a los 10 o 11 años, le puedo dar un móvil o a lo mejor esos relojes inteligentes. Es decir, yo puedo facilitar con tecnología que ayude a esa necesidad de la familia, y un smartphone, que estamos ya dando un paso más adelante, lo puedo retrasar hasta los 14 o 15 años. Por una parte están los dispositivos y por otra parte las plataformas. Si yo a mi hijo le doy un dispositivo a los 13 años, un smartphone, porque creo que ya lo necesita a esa edad para socializar y comunicarse con sus amigos, tampoco significa que yo tenga que abrirle perfil en todas las redes sociales. Por tanto, no todo va unido. No significa que a cierta edad yo le tenga que abrir la puerta a todos los dispositivos por un lado, ni a todas las plataformas y aplicaciones por otra.
¿Cree que el dar un móvil y permitirles todas las redes sociales a edades muy tempranas propicia que luego en casos de acoso tengan más maneras de atacar a la víctima?
Sin duda alguna. El bullying ha existido siempre, por desgracia, desde hace muchísimos años. El problema es que ahora con el uso exponencial de las tecnologías digitales, sobre todo las redes sociales y los canales de mensajería, ese acoso presencial que normalmente terminaba cuando se acababa el colegio a las 5 de la tarde, ahora se multiplica y se desarrolla 24-7 todos los días de la semana. Cuantos más canales digitales les damos a nuestros hijos para que puedan seguir desarrollando y ampliando ese mensaje contra una persona, más estamos machacando al que está siendo acosado.
"No significa que a cierta edad yo le tenga que abrir la puerta a todos los dispositivos por un lado, ni a todas las plataformas y aplicaciones por otra"
El ‘bullying’ como desafío: responsabilidad colectiva
Por tanto, tenemos que limitar estos mensajes y canales hasta que ellos tengan la suficiente madurez, autocontrol y responsabilidad para saber utilizarlos, y luego, tenemos que educar a nuestros hijos e hijas. Porque muchas veces pensamos en la víctima, pero los padres y madres no nos planteamos que nuestro hijo o nuestra hija puede ser el acosador.
¿Cuáles son algunas de las ventajas que hay en la crianza al tener todo este tipo de tecnologías a mano?
Para los padres en general cualquier tecnología. Nosotros utilizamos también la tecnología no solamente para comunicarnos y para ampliar nuestros conocimientos, sino también es fundamental para trabajar. Hoy en día no podríamos concebir trabajar en nuestro mundo profesional sin la tecnología y solo pensar en la época del COVID que fue un antes y un después. Es decir, que hubiera sido para todos, adultos y menores, si no hubiera existido en esos momentos la tecnología. Nadie hubiera podido seguir trabajando, estudiando y en contacto con sus seres queridos. Por tanto, la tecnología es fundamental. Tenemos que pensar que sí o sí vivimos en una sociedad totalmente digital y conectada en la cuál la tecnología es un punto imprescindible.
"Muchas veces pensamos en la víctima, pero los padres y madres no nos planteamos que nuestro hijo o nuestra hija puede ser el acosador"
Lo que tenemos que lograr, en el caso tanto de los menores como de los adultos, es ese equilibrio que nos va a dar el bienestar digital. Tiene que ser un bienestar digital familiar, porque siempre pensamos en poner normas y límites a nuestros hijos para que tengan un buen uso de la tecnología, pero nosotros debemos ser sus referentes. Entonces, al igual que digo que son imprescindibles las tecnologías hoy en día para socializar, para comunicarnos, para ampliar nuestros conocimientos y aprender, también es imprescindible que tengamos tiempos sin pantallas para poder socializar cara a cara con otras personas, realizar actividades al aire libre o para seguir haciendo deporte.
Autoritarismo digital
Todo esto lo tenemos que seguir fomentando, pero los adultos no tenemos que educar y formar a nuestras nuevas generaciones para el pasado que vivimos nosotros, sino para el futuro que van a tener que vivir, que sí o sí va a ser digital y conectado. Por tanto, tenemos que prepararles para que tengan un uso consciente, crítico y responsable de la tecnología, porque todo lo que van a utilizar, tanto en el ámbito profesional, académico o social, va a estar impregnado del uso de la tecnología.
¿Qué signos demuestran que hay una adicción al móvil o a otros dispositivos?
Normalmente lo enfoco mucho a las familias, que son las que más me suelen preguntar qué signos de alarma son los que nos hacen detectar que algo va mal con la tecnología. Muchas veces lo que nos dicen los especialistas y los expertos es que no va tanto en función de horas de pantalla, sino en la afectación.
"En lo que nos tenemos que fijar es realmente si la tecnología, ya sean redes sociales, canales de mensajería o videojuegos, están afectando en sus rutinas diarias"
Esto quiere decir que hay menores que pueden estar utilizando X horas el móvil o los videojuegos sin que esto realmente produzca ningún malestar emocional, y sin embargo hay otros menores que con menos horas de pantalla, haciendo scroll en las redes sociales o usando el móvil, realmente les produce un malestar emocional de irritabilidad, ansiedad, depresión, tristeza, mucho mayor. Entonces, en lo que nos tenemos que fijar es realmente si la tecnología, ya sean redes sociales, canales de mensajería o videojuegos, están afectando en sus rutinas diarias. Si está durmiendo más o menos ese menor, si de repente deja de comer y luego se pega atracones.
Menores enganchados 11 horas al día a las pantallas: una epidemia digital con graves secuelas emocionales y físicas
Hay niños que dejan de ducharse porque están constantemente enganchados a los videojuegos o porque están todo el rato con el móvil y pierden la noción del tiempo. Es decir, cambios en los hábitos del sueño, de la alimentación y de la higiene. También si notamos cambios de humor muy drásticos que no son los propios de la adolescencia. Cuando ya empezamos a notar todo este tipo de cosas, es que realmente tenemos un problema de uso abusivo y uso problemático de la tecnología.