La denominación de origen Arabako Txakolina tuvo que tomar, a mediados de septiembre del año pasado, la dura decisión de adelantar la vendimia a más de dos semanas antes del habitual Puente del Pilar (12-15 de octubre), en aras de salvar la campaña, al menos, en lo que a calidad de la uva se refiere, ya que supuso un tremendo batacazo en términos de cantidad; y este año, todo apunta, a una ansiada recuperación en los niveles de producción.

De hecho, en el último informe hecho público por la Casa de Vino, en torno a la situación del viñedo en la Cuadrilla de Ayala, el servicio de Viticultura y Enología de la Diputación Foral de Álava prevé que las condiciones de las últimas semanas hagan que el comienzo generalizado de la vendimia retorne a las fechas de recolección más comunes de la zona, con el consiguiente tiempo extra para que el grano de toda la superficie de viñedo (cerca de 100 hectáreas) alcance el grado óptimo de recolección y, por tanto, se de un aumento de kilogramos.

En concreto, el citado informe recoge que, a finales de agosto en la comarca ayalesa, los racimos se encontraban, en general, “en el estado de inicio de envero o maduración, apreciándose fácilmente en variedades tintas como la Hondarrabi Beltza”. Y de que los días secos y con temperaturas puntualmente altas, del pasado mes, fueron condicionantes para ayudar al control del mildiu, endémico de la zona. No obstante, “todavía quedan por delante al menos dos tratamientos que garanticen la llegada a vendimia en buen estado sanitario”, matiza.

Con todo, aunque “el control de la cubierta vegetal sigue siendo necesario, al igual que las labores de despuntado”, ya se precia en la zona un retraso de aproximadamente 7 días con respecto a la campaña anterior que, como señalábamos vino adelantada en cerca de 20 días, “situándose en fechas más habituales características de temporadas pasadas”, señalan desde el servicio foral de Viticultura y Enología.

Buenas expectativas

Éste también considera que “las expectativas de producción son buenas, previéndose mayores que el año pasado”. Lo que, sin duda, es un dato positivo, tras el fuerte varapalo que supuso en 2023 la cantidad, pues en la adelantada vendimia se recogieron 455.600 kilogramos de uva menos que la campaña récord de 2022, cuando entraron a bodega un total de 750.000 kilos, y la caída productiva fue del 52,58%. Unos datos que “nos han llevado a niveles de 2017, con unos resultados mucho peor de lo esperado, ya que teníamos unas previsiones de mantener un suelo de 500.000 kilogramos y sin embargo la cifra real fue de 394.400 kilos”, ha recordado el gerente de Arabako Txakolina, Josean Merino.

Con todo, la añada de 2023 –pese a escasa– logró colgarse, por tercer año consecutivo, la etiqueta de excelente, dado el esfuerzo realizado por salvaguardar la calidad en detrimento de la cantidad. Los caldos de Arabako Txakolina 2023 cuentan, además, con un embajador de lujo: el empresario hostelero de Laudio, David Lecanda, creador de los restaurantes madrileños El Pimiento Verde y El Gran Asador Lecanda, que hace lo indecible por promocionar y dar a conocer el oro líquido de los campos de su amada Tierra de Ayala.

Por lo que respecta a demanda y mercado –mientras se sigue pendientes del clima para que la, de momento, buena evolución del viñedo desemboque en una buena cosecha– el gerente de Arabako Txakolina aseguró que las previsiones también son buenas, con un crecimiento del mercado internacional que, en el caso del nacional, se espera aumentar en un 4%, y en el del doméstico (hostelería), en un 8%.