Un agosto caluroso y seco, con temperaturas que superaron los cuarenta grados en muchos puntos del territorio alavés, dejó a su paso una uva sufrida en los distintos viñedos de Rioja Alavesa. Pero no solo en agosto, sino que el tiempo desfavorable para el desarrollo de los viñedos ya venía de meses atrás; principalmente, por la falta de precipitaciones. “Casi 80 días sin ver gota de agua”, concreta el representante de UAGA en el Consejo Regulador, Jesús Bauza, a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
Afortunadamente, el escenario parece haber cambiado para bien. Sin ir más lejos, la llegada de temperaturas más frescas durante estas últimas semanas, con significativas lluvias aunque sin incidencias, han dado “un respiro a la planta” de cara a la época de vendimia; cuya cuenta atrás ya ha comenzado.
Una recolecta que, teniendo en cuenta el retraso de doce días en la maduración de la uva –“general en toda la denominación de Rioja Alavesa”– se calcula para finales de este mes y principios de octubre; con posibilidad de adelanto a una semana si el tiempo se muestra a su favor durante las próximas jornadas. “Si las temperaturas van ahora en torno a los 13 o 15 grados, por las noches incluso menos, favorecerán el nivel de maduración de la uva”, especifica Bauza.
Y aunque en estos momentos la cosecha presenta un buen estado, “indudablemente, “queda por ver el final de la maduración”. Eso sí, las previsiones señalan que la de este 2024 será una cosecha “más corta por la falta de racimos, de cuajado y también por la sequía”. Aunque, de “buena calidad”.
Uva sana y de calidad
Tal y como expone sobre la mesa el representante de UAGA, hasta la fecha, las condiciones sanitarias y vegetativas son óptimas. “Este año ha habido ausencia total de enfermedades y de plagas, por lo que la sanidad en el racimo es extraordinaria”, asegura. “En uvas más ventiladas, es más difícil que se generen enfermedades”, añadía por otro lado.
"Normalmente en los ciclos largos, cuando se acercan las fechas de octubre, el contraste del día y de la noche beneficia mucho la formación de antocianos y tanino"
En este sentido, apostilla que “normalmente en los ciclos largos, cuando se acercan las fechas de octubre, el contraste del día y de la noche beneficia mucho la formación de antocianos y tanino”, lo que deriva en una próspera calidad de la uva.
Retrasos en el proceso
Desde la fase primicia de la vid en el mes de marzo, se han registrado retrasos en la maduración de su producto. Sin ir más lejos, en el periodo de brotación, donde nace la vid, el atraso fue de “unos quince días”.
"En el periodo de primavera, se adelantó un poco con algunas tormentas que hubo, hasta esos 12 días que hemos ido manteniendo”, expone Bauza. De hecho, los 30 grados registrados durante las jornadas veraniegas han hecho que “la planta se paralice”, por lo que “no hemos recuperado en el periodo vegetativo ese retraso de brotación”.
“A pesar de que empieza a haber exceso de agua, las temperaturas están frescas y, de momento, no existe previsión de vientos solanos que propicien enfermedades en la vid"
Ahora, por fortuna para agricultores y consumidores del vino, los viñedos alaveses parecen encauzar buen camino para la recogida de su fruto. “A pesar de que empieza a haber exceso de agua, las temperaturas están frescas y, de momento, no existe previsión de vientos solanos que propicien enfermedades en la vid”, aclara el vitivinicultor alavés. Y en lo que a las lluvias respecta, asegura que se presentan “moderadas dilatadas en el tiempo”.
Precipitaciones han dejado unos 60 litros por metro cuadrado en la zona de Laguardia y cuarenta en su pueblo, en Elciego y que, además, no han dañado la plantación, al no haber “arrastre de tierra”. “Es un agua que por el tipo de suelo que tenemos en Rioja Alavesa se filtra y se queda a disposición de la planta” afirma Bauza.
Complicaciones en la venta
En este contexto de cosecha más corta, sana y de buena calidad, Bauza pone sobre la mesa una de las problemáticas actuales que atraviesa el sector desde la pandemia. Y en especial, las bodegas familiares de Rioja Alavesa con “ciclo completo”; es decir, que abarcan desde la producción del vino hasta su comercialización.
“La gente se ha acostumbrado a comprar en las grandes superficies"
Sin ir más lejos, el agricultor de Elciego desvela que “visitar las bodegas y comprar vino en ellas para tener en casa como vino referente en el día a día es una costumbre que se ha perdido” en estos últimos años. “La gente se ha acostumbrado a comprar en las grandes superficies y precisamente a esas superficies es a donde las bodegas pequeñas de Rioja Alavesa no tenemos acceso”, comparte en conversación con este diario.
Un mercado al que señala que es “imposible” llegar y que “se está notando mucho”. “El vitivinicultor o vitivinicultor que vendía en la puerta de la bodega o que tenía pequeñas distribuidoras en la zona se encuentra con muchas complicaciones en la venta de su vino”, zanja firme Bauza.