El gran almacén de agua de Álava también guarda su propia historia. Sin ir más lejos, este 2024 se cumplen 90 años de su concesión y 66 de su inauguración oficial en el verano de 1958.
Con una capacidad de almacenamiento de 220 hectómetros cúbicos, los inicios del embalse de Ullíbarri-Gamboa, que actualmente abastece de electricidad y agua potable a Vitoria y al área metropolitana de Bilbao, se remontan a la década de los 30 del siglo XX.
Un proyecto ambicioso, de 1.500 millones de pesetas de la época, a cargo del ingeniero vasco Manuel Uribe-Etxeberria; quien solicitó la licencia para construir un sistema regulador de las aguas del río Zadorra, motor de este embalse. El objetivo, en un principio, era trasvasar sus caudales hídricos a Bilbao y su comarca; para la producción de electricidad y el consumo industrial y doméstico.
En este sentido, y tal y como recoge la Diputación Foral de Álava en la memoria histórica referente a Ullíbarri-Gamboa, no fue hasta el 17 de julio de 1934 cuando se otorgó la concesión correspondiente –para un periodo de 75 años– para llevar a cabo los trabajos previstos, cuyas obras concluyeron en octubre de 1956 y quedó inaugurado, como ya se ha mencionado anteriormente, en 1958.
De ahí en adelante, este espacio pasó por diferentes manos. En marzo de 1945, la licencia fue adquirida por la empresa siderometalúrgica Altos Hornos de Vizcaya, aunque el embalse fue gestionado por medio de la empresa Aguas y Saltos del Zadorra.
Así, dos años después, arrancaron las obras y las expropiaciones del terreno. Ya en 1962, la sede industrial vendió los derechos de consumo doméstico e industrial a la Corporación Administrativa Gran Bilbao y, pasados siete años, también traspasó lo relativo a la producción hidroeléctrica a la empresa Iberduero.
Inundación de los pueblos
El levantamiento de la balsa alavesa atrajo consigo problemáticas para las más de 250 familias residentes en los doce pueblos coexistentes en la zona. Municipios que quedaron ahogados a causa de la fastuosa obra. Según recoge el ente foral, su construcción provocó la disolución del ayuntamiento de Gamboa, que quedó repartido entre los municipios vecinos de Arrazua-Ubarrundia y Elburgo y Barrundia.
Además, municipios como Mendizabal y Zuazo de Gamboa, quedaron bajo las aguas, mientras que otros, como Azua, Larrinzar y Garaio se deshabitaron al quedarse sin tierras. Por su parte, Nanclares de Gamboa, Marieta y Mendixur lograron subsistir, aunque sus términos quedaron muy mermados. El que quedó completamente inhabitable fue Orein, al quedar reducido en una isla.
Asimismo, las obras del embalse también afectaron al municipio de Arrazua-Ubarrundia, en cuya capital –Ullíbarri-Gamboa– fue construida la presa y donde se inundó gran parte de su núcleo de población y tierra. Asimismo, Landa quedó en la isla conocida hoy como Zuhatza, así como al de Barrundia, cuya localidad Urizar quedó reducida a una casa, resultando el resto inundado.
Todo ello dio pie a episodios de emigración; obligando a muchos alaveses a abandonar, “en condiciones penosas”, sus pueblos y trasladarse, en la mayoría de los casos, hasta la capital alavesa así como a otros puntos geográficos más lejanos.
Con bandera azul
Sin olvidar lo acontecido, lo cierto es que, en estos últimos tiempos, este paraje ahora resulta ser un tesoro muy frecuentado por alaveses en los meses estivales. De hecho, Álava tiene reconocidas desde 2016 tres playas que han sido galardonadas con el distintivo de bandera azul, que reconoce la excelencia de las aguas, la seguridad de los bañistas, los servicios y la accesibilidad: Landa, en el municipio de Arratzua-Ubarrundia; Moskurio (Garaio Norte), en Barrundia y Salurriaga (Garaio Sur), en Elburgo.
Parque de Garaio
La calidad del entorno así como los servicios ofrecidos han hecho de esta superficie de agua un referente; tanto por su riqueza ecológica como atractivo espacio de ocio y disfrute en el territorio. A orillas del embalse, las 116 hectáreas que conforman el Parque de Garaio son un enclave idóneo para disfrutar –en familia, con amigos o por qué no, en solitario– de sus colinas, extensas campas y bosquetes. Un espacio para sentir la naturaleza y ser testigo de su fauna y flora silvestre.
Endrinos, espinos albares, majuelos, arces, fresnos, cigüeñas así como mariposas o tejones son algunas de las especies que habitan en esta joya alavesa. También es posible deleitarse con un agradable paseo a pie o en bicicleta, practicar la fotografía de naturaleza, realizar visitas guiadas así como participar en distintos talleres.
Parque de Landa
Por otro lado, al noroeste del embalse, se ubica el Parque de Landa, en el entorno del barrio de Arlaban y el de la Estación, dentro del municipio de Arratzua-Ubarrundia. Con una extensión de 40 hectáreas, Landa ha logrado convertirse en todo un referente de baño una vez queda inaugurada la temporada de verano.
Y es que, a falta playas saladas en el territorio alavés, la ya reconocida como playa de Landa –pantano en en el lenguaje coloquial de la mayoría de la población alavesa– acoge cada año a miles de bañistas dispuestos a disfrutar de su tiempo libre. A ello, cabe añadir las ventajas a nivel de infraestructuras, ya que dispone de una buena accesibilidad tanto en coche como en transporte público y en bicicleta.
Parque ornitológico de Mendixur
En las proximidades de la localidad de Mendixur, concretamente en la zona sur de Ullíbarri-Gamboa, existe un paraje de gran importancia para todas aquellas comunidades vegetales y animales vinculadas a ambientes acuáticos. De más de 70 hectáreas expansión, el declarado Parque Ornitológico se localiza en las colas meridionales del embalse, declaradas Humedal Ramsar de Importancia Internacional. Asimismo, también se integra en la Red Natura 2000, por lo que es clasificada como Zona de Especial Conservación.
Sin ir más lejos, las aves son las principales protagonistas de este enclave natural, y por ende, razón de conservación. Se trata de un lugar de nidificación, invernada y descanso en las migraciones para gran cantidad de aves, especialmente acuáticas. A fecha de hoy, hay registradas más de doscientas especies, entre las que sobresalen la garceta común, la garza real, el ánsar común, el azulón y otros ánades, la focha, el correlimos y gran cantidad de especies de paseriformes.