Es verano, sí, y tiene que hacer calor. Incluso mucho calor. Pero tras un mes de julio ya casi completo en el que las altas temperaturas se han hecho tanto de rogar en Álava, la primera alerta naranja de la estación causada por las altas temperaturas parece haber pillado con el pie cambiado a muchos de sus vecinos.
Las previsiones no han fallado y el territorio se ha derretido este lunes, como ya había comenzado a hacerlo en la tarde de ayer domingo, con valores por encima de los 35 grados de norte a sur y de este a oeste, un intenso bochorno que unido a la baja humedad están haciendo que exista un riesgo “relativamente alto” de incendios forestales. La jornada de mañana amenaza con ser un calco, aunque es posible que refresque según avance la tarde.
El Ayuntamiento de Gasteiz, que desde este verano cuenta con una red de 29 refugios climáticos interiores, ha activado a primera hora de la tarde el nivel de riesgo 2 del Plan de Calor debido a las altas temperaturas, una alerta que seguirá en marcha mañana y durante la que el Consistorio pide tener “especial precaución” entre las 13.00 y las 20.00 horas.
Precisamente en Gasteiz, que ha vivido la jornada más sofocante de todo el estío, cualquier sombra ha sido buena para hacer frente a la canícula.
35,4 grados de temperatura máxima ha registrado la estación meteorológica de Euskalmet en la ciudad, que ha vivido también la primera noche verdaderamente tropical de la presente estación: 22,6 grados de temperatura mínima cuando el reloj marcaba las 5.40 horas.
La capital no ha sido, sin embargo, el punto del territorio donde más ha apretado. La temperatura máxima, a falta de que la Agencia Vasca de Meteorología valide sus datos, ha sido para la estación de Gardea, en Laudio, que ha alcanzado los 40,8 grados. Saratxo, también en la cuadrilla de Ayala, ha llegado hasta los 39.
Ha habido hasta 37 en Espejo, 36,6 en Zambrana, 36,4 en Ozaeta, 36,3 en Subijana, 36,1 en Nanclares, 35,9 en Agurain... ni un rincón de Álava ha podido respirar un poco más. La mínima ha llegado incluso a los 26 grados en Ilarduia y hasta los 25,8 en Dulantzi, según los datos recopilados por Euskalmet.
Planes contra el calor
Como suele ser habitual, las piscinas municipales dispersas por todo el territorio y las playas de Landa y Garaio han servido de refrescante refugio para miles de alaveses y no pocos visitantes que han podido disfrutar del día -o de un rato- libre.
Y en la ciudad, al margen de Mendizorroza y Gamarra –que por la tarde han perdido buena parte de su afluencia debido a las amenazantes nubes que se han formado–, las terrazas, las fuentes, los abanicos, los refrescos y los helados han conformado el habitual arsenal a manos de los viandantes para hacer frente al calor. Ya con la tarde avanzada, incluso se han escapado algunas gotas en la ciudad.
Jader Giraldo, electricista que estos días está trabajando en la reforma interna de una vivienda en la capital, ha optado por tomarse un pequeño respiro poco después del mediodía bajo una agradecida sombra en la Plaza de la Virgen Blanca.
“El calor es insoportable. Si afuera estamos en 32, dentro sube como tres o cuatro grados más. Y eso que abrimos las ventanas y las puertas para que circule el aire y la temperatura mejore, pero es imposible. Es agobiante el calor”, se quejaba Giraldo en conversación con NOTICIAS DE ÁLAVA.
El trabajador, que se lamentaba por tener que utilizar un pantalón largo –“ha sido complicadísimo”–, advertía igualmente de que estas extremas condiciones “producen accidentes”. ¿Su receta? “El agua no puede faltar. Cuatro veces al día, o lo que sea necesario, para que el cuerpo se sienta limpio”, enfatizaba.
Es numerosa la gente procedente del sur de la península que en verano, si puede, huye de sus pueblos y ciudades hacia el norte para escapar también del calor, pero ese parece no haber sido el caso de la familia Rodríguez Tor.
De visita desde Málaga capital, Leandro, Isabel y sus hijos Daniel y Óscar han "sufrido” también las altas temperaturas de la ciudad, donde han instalado su base de operaciones para conocer parte de Euskadi, durante su primer paseo por el centro y el Casco Viejo.
"Agüita y sombra"
“Hemos visto la fuente aquí al lado y a ver si nos refrescamos un poco”, apuntaba el padre de familia, que recomendaba “agüita, sombra y cerveza si se puede” como soluciones contra el calor. Y “dentro de un rato, después de comer, a resguardarse un poquito”, según apostillaba Isabel.
Cerca de allí, en la también céntrica Plaza Nueva, Leti Rodríguez disfrutaba de un rato distendido en la terraza de un bar, combatiendo el “horrible” calor de la mejor forma posible. “Agua, té, cositas frescas, Garaio, Landa... Yo soy de días lluviosos, grises y de mucho frío. Así que toca aguantar, no nos queda otra”, confesaba.
Dida Mostefa, también residente en Gasteiz pero originario de Argelia, un lugar mucho más caluroso que la capital, agradecía la alta temperatura de este lunes tras una recta inicial del verano bastante irregular en lo meteorológico.
“Me parece bien, porque aquí en Vitoria no hace mucho calor, sino mucho frío. Por eso estamos aprovechando”, confesaba.
Su compañera de charla, Emma Hobbs, inglesa que está ejerciendo de au pair en la ciudad, tampoco tenía motivos de queja. “Tengo que aprovechar, porque en Inglaterra está lloviendo y voy a volver pronto”, apuntaba sonriente.
Cualquier persona puede sufrir un golpe de calor, pero hay colectivos más vulnerables a ello como los bebés, los niños, los ancianos, los deportistas o las personas que trabajan al aire libre.
¿Pero cómo evitarlo? José Ignacio Catalán, doctor especialista en Medicina Interna en el Hospital Vithas de Gasteiz, recomienda de forma “primordial” que el cuerpo humano no supere los 37 grados de temperatura durante estos episodios, para lo cual es imprescindible “atender las señales de sed”. A la hora de beber, el especialista recomienda “mejor agua que bebidas refrescantes”, cuyo contenido en azúcar no ayuda a paliar el calor.
En cuanto a la dieta, el experto recomienda reducir la ingesta de grasas y proteínas y, en su lugar, consumir frutas y verduras, así como alimentos ricos en solutos y electrolitos. Por otro lado, advierte de que la ropa “debe ser de materiales finos, cómodos y transpirables”, y de que los bebés y los niños tengan la cabeza protegida con un gorro, sombrero o visera.
Apunta también Catalán que realizar ejercicio con más de 30 grados “es arriesgado” y recomienda para los mayores “una dieta suave con mucho líquido”.