No hay verano en Álava sin la típica estampa de cosechadoras en fincas y este de 2024 no podía serlo menos. Si bien, con novedades, porque el cielo ha vuelto a hacer de las suyas. No tanto esta vez en cuanto a una merma de su producción en su cantidad o calidad, puesto que como ya avanzó en mayo DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, será, salvo catástrofe de última hora, “una buena cosecha”, tras encadenar las dos últimas que fueron para olvidar. En concreto, esta vez lo hará retrasando sus fechas de inicio dado que esta estación estival, la que se presupone más calurosa del año, se ha hecho de rogar.

Así lo resalta Andrés García, director general de Garlan Sociedad Cooperativa, que agrupa a 700 explotaciones de este territorio, lo que supone el 90% de productores, dado que “ha empezado tímidamente porque no estamos teniendo verano, no acaba de subir la temperatura, pero la semana pasada ya se empezó a cosechar algo en Rioja Alavesa y en Valles Alaveses, principalmente, en la zona de Lantarón y Lacorzanilla. Esta semana se ha empezado también en la Llanada y la que viene se espera que se inicie la del trigo”.

Primeros en recolectarse

En cuanto a esos primeros cultivos en recolectarse, están siendo, en concreto, las cebadas de invierno y de ciclo alternativo, avena y guisantes.

Recuerda García cómo en los últimos años se empezaba a cosechar las cebadas de invierno y las avenas a finales de junio, “pero este año se ha empezado una semana después, por lo menos”.

"Hasta mediados de mayo pensábamos que la cosecha llevaba cierto adelanto, porque el invierno y la primavera han sido suaves y veíamos espigado entre siete y diez días antes de lo habitual, pero en junio, al final,se ha perdido ese adelanto"

Andrés García - Director general de Garlan

Y eso que “hasta mediados de mayo pensábamos que la cosecha llevaba cierto adelanto, porque el invierno y la primavera han sido suaves y veíamos espigado entre siete y diez días antes de lo habitual, pero en junio, al final,se ha perdido ese adelanto, incluso se ha retrasado sobre un año normal, con temperaturas más frescas de lo habitual, sobre todo por las noches, aunque eso es bueno también para el cereal, y también ha habido precipitaciones, pero no ha habido muchos días de sol y se ha ido retrasando y retrasado....”.

En cuanto a la calidad del grano, esperan también una “buena” para las diferentes cultivos, pero insiste en que ahora lo más importante es que haya ausencia de precipitaciones: “Las lluvias, después de la maduración del cereal, no son buenas, porque una vez que el trigo, la cebada o la avena ya están secas, si llueve, se producen ciertas degradaciones de la calidad del grano y baja el peso específico”.

Alguna incidencia

Por zonas, en general, todo el territorio “va a estar parecido, aunque destaca algo más el entorno de la Llanada. Y sí que destaca también una incidencia relacionada con la virosis del trigo en alguna zona puntual de Valles lo que afectará al rendimiento de su producción porque como ha habido un invierno suave, ha sido más proclive a ese pulgón que afecta al desarrollo del trigo”.

Precios en caída libre

En cuanto al mercado, el director general de Garlan no se olvida de la caída libre de precios que está sufriendo el sector desde noviembre de 2022, ya que, desde entonces, “el precio de todos los cereales no ha hecho más que bajar y la tendencia actual sigue siendo bajista”.

Precisamente, como comentó el propio García en el encuentro Agroaraba 4.0 que organizó en febrero DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, la cooperación resultará clave para sobrevivir a la adversidad y a los problemas que año tras año sufre el agro alavés.

“La cooperación será un criterio fundamental para conseguir los diferentes objetivos, para estar mejor organizados y porque nos enfrentamos a muchas circunstancias climatológicas"

“La cooperación será un criterio fundamental para conseguir los diferentes objetivos, para estar mejor organizados y porque nos enfrentamos a muchas circunstancias climatológicas. El reto del cambio climático es una realidad y al final lo tenemos que afrontar con conocimiento para adaptarnos a él, potenciando áreas clave en materias de innovación, con nuevas variedades, técnicas de cultivo, asesoramiento...”, subraya

Pese a este mal de los precios que sufre el agro, una epidemia que asola a todos sus colegas de Europa, lo que les llevó a salir a las calles este año con sus tractoradas, la cosecha de este 2024, “será aceptable”, gracias a que las condiciones han sido bastante mejores: “en la segunda quincena de mayo ha llovido y en junio, las temperaturas han sido suaves, favorables para los cultivos”.

“La peor del siglo”

Por tanto, buenas noticias, tras venir de una muy mala cosecha en 2023 que “desde luego, fue la peor del siglo 21 porque tuvimos todos los siniestros: una sequía brutal, sobre todo en Valles Alaveses, luego diferentes episodios de granizo, heladas, y el mes de junio que se tiró lloviendo”.

Y lo peor es que llovía sobre mojado porque, como recuerda, venían de otra “regular” en 2022, “cuando también hubo una pérdida de producción importante y problemas para cosechar cuando se prohibió, ante el temor de chispazos, porque las temperaturas eran sumamente altas y había riesgo de incendios”.

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Por fortuna, este año el cielo ha sido magnánimo con el pedrisco, teniendo en cuenta que hace un año, por estas fechas, el 6 de julio, se batió récord de indemnizaciones por los daños que causó, “sí que ha habido algún episodio concreto, pero nada que ver con el desastre del año pasado”.

Por eso ahora, que han empezado a cosechar todavía el campo alavés no dejará de mirar al cielo cruzando los dedos para que no llueva, ni haga excesivo calor ni haya tormentas que deriven en siniestros de última hora, “lo que pedimos es que haya cierta estabilidad climática para poder hacer las labores de recolección bien y acabar el año de la mejor manera”, desea García.