Alrededor de un millar de alaveses y alaveses (una inmensa mayoría) evitan la cárcel cada año al imponérseles por parte de la Justicia diversas medidas alternativas a la prisión. De su coordinación se encarga el Servicio de Gestión de Penas del Gobierno Vasco, mediante un modelo centrado en la persona e integrado en el ámbito comunitario, que busca que la ejecución penal responda a las finalidades resocializadoras a las que está orientada y posibilite el abordaje de las causas de la conducta delictiva, disminuyendo la reincidencia y fomentando la protección de las víctimas.

En la mayoría de los casos, cerca de un 30%, los penados lo son por cometer delitos contra la seguridad vial, y un porcentaje nada desdeñable del 25% son condenados por violencia de género. Otro 20% de los penados que evitan ir a prisión han cometido delitos contra el patrimonio.

Ese es el grueso de los beneficiarios de este sistema de gestión de penas, que también programa trabajos en beneficio de la comunidad, suspensiones de condena y medidas de seguridad para condenados por delitos de lesiones (5%), violencia intrafamiliar (4%), contra la salud pública (3%) y contra la libertad sexual (1%).

Cabe destacar además que la mayoría de los beneficiarios de estos programas son personas relativamente jóvenes, pues más de la mitad son menores de 40 años. Otro 25% están en la horquilla de entre 40 y 50 años, y a partir de ahí los porcentajes caen gradualmente, hasta que, a partir de los 71 años, el número de condenados con penas sustitutivas de la prisión es ya residual (0,6%).

Las medidas

En la mayoría de los casos, más de un 80%, la entrada en la cárcel se sustituye por trabajos en beneficios de la comunidad, mientras que un 15% consiguen que se suspenda la ejecución de la pena y a otro 3,3% se le imponen medidas de seguridad.

Este tipo de trabajos comunitarios se realizan gracias a ONGs colaboradoras como Koopera, los clubes deportivo Ariznabarra, Lakua, Amurrio y Alegría; Cruz Roja Gasteiz, Berjantzi, las parroquias de San Vicente o El Pilar, el centro Karem, Remar, Proyecto Hombre, la Casa de Iniciativas de Abetxuko, la Fundación Secretariado Gitano, Gao Lacho Drom, el Colegio de Abogados o la comunidad islámica Sunna. Los condenados también realizan trabajos en beneficio de la comunidad en el Ayuntamiento de Legutio o el de Vitoria, en su Parque de Bomberos. Al margen de los trabajos en beneficio de la comunidad, también se impone la participación en talleres de seguridad vial, programas de reeducación ante la violencia de género, tratamientos de deshabituación a drogas, de salud mental, o de educación sexual. Las actividades relacionadas con la violencia de género (30%) y la seguridad vial (27%) son las más habituales.

Talleres de seguridad vial

En relación a los talleres por delitos contra la seguridad vial, casi un 85% de quienes los cursan son hombres, y también un 85% de quienes participan en estas actividades son declarados aptos para volver a conducir.

Violencia de género

En cuanto a los programas de violencia de género, la mayoría de ellos, un 40%, están destinados a condenados por maltrato, un 17% por amenazas, un 10% por quebrantamientos de condena, otro 10% por coacciones y un 9% por violencia de género habitual. Más de 150 alaveses participan cada año en estas actividades, y el 35% de ellos tienen entre 41 y 50 años, el 25% entre 31 y 40, y el 12% entre 18 y 30 años. En el resto de grupos de edad los porcentajes son mucho más reducidos.

El programa más extendido en esta materia es Gakoa, de reeducación social de hombres condenados a penas inferiores a dos años por violencia de género. Son clases en las que los terapeutas tratan de que los victimarios se responsabilicen de los hechos cometidos, reconduzcan sus conductas violentas y tomen conciencia del dolor que provocan y que, finalmente, modifiquen sus creencias machistas “y empaticen con las víctimas”. En torno a un 5% de quienes son dados de alta reincide en este tipo de delitos o, visto de otra manera, un 95% se reinsertan.

Tratamientos de deshabituación

Otro de los planes de intervención del Servicio de Ejecución de Penas destacados son los tratamientos de deshabituación. Cerca de 130 alaveses participan en ellos cada año, la mayoría condenados por delitos contra el patrimonio (33%), contra la salud pública (25%) o violencia de género (10%). También en este caso la mayoría de los alaveses que toman parte en estos programas son hombres (90%), sobre todo de 41 a 50 años (30%), de 31 a 40 (22%) y de 18 a 30 (20%).

Salud mental

Por último, en torno a 40 alavesas y alaveses (72% de hombres) participan en tratamientos de salud mental, principalmente de la franja de entre 31 y 50 años.