En la lucha de David contra Goliat, en la de plantar cara al más fuerte, las pequeñas tiendas de Álava parece que, de momento, van perdiendo la batalla cada vez más feroz contra las grandes superficies e internet. Por esta razón, la Conferación vasca Euskomer pide que el sector de los minoristas sea considerado “estratégico”. Solamente así, como solicita, se puede hacer frente a uno de sus grandes desafíos actuales, el del continuo cierre de locales. Y es que esta “inquietud” por la bajada constante de persianas es la que ha desvelado una reciente encuesta interna que ha realizado en marzo entre 254 locales. No en vano, en Euskadi se han perdido, según el Observatorio vasco Enfokamer, 1.108 establecimientos en el último año, entre mayoristas y minoristas. En Álava en 2023 quedaban 4.652 frente a los 4.774 de 2021 (-122).
“A gran ritmo”
Es un resta y sigue porque cada vez son más los negocios vacíos en Euskadi con el cartel de que se venden remitiendo a esas imágenes apocalípticas de lo peor del confinamiento debido a esos escaparates sin vida “porque la densidad comercial está bajando a un gran ritmo” en toda la CAV (Comunidad Autónoma Vasca). Sin embargo, la falta de relevo generacional, los márgenes de beneficios cada vez más ajustados con los que trabajan, la dura competencia de las plataformas online o los “alquileres prohibitivos” no son los únicos desafíos “significativos” a los que tienen que hacer frente, ya que este informe, en base a datos del Eustat, también avisa de que Álava es el único territorio en el que las ventas el pasado año retrocedieron un 1,3%, a diferencia de las de Bizkaia (+2%) y Gipuzkoa (+0,2%).
“Es difícil dar una respuesta de los motivos concretos por los que existe una caída de ventas en nuestra provincia”, responde Edurne Parro, directora gerente de Aenkomer Empresarios/as de Comercio y Servicios de Álava, que forma parte de Euskomer, junto a la Confederación Empresarial de Comercio de Bizkaia y la Federación Mercantil de Gipuzkoa.
“Es difícil dar una respuesta de los motivos concretos por los que existe una caída de ventas en nuestra provincia”
Macrocefalia alavesa
Pero tiene claro que no ayuda “la macrocefalia” existente en Álava, dado que las principales localidades. al margen de la capital alavesa, “apenas superan los 20.000 habitantes en el caso de Llodio, los 10.000 en Amurrio y los 5.000 en Agurain”.
Y en un momento, como el que nos encontramos, “las capitales tienen un poder de atracción muy importante para el consumidor por tener una oferta más amplia y, al mismo tiempo, por disponer de una mayor oferta de ocio. En este contexto, existe una fuga de gasto en el Valle de Ayala hacia la capital vizcaína por las razones que antes he expuesto y por una medida que en cierto modo es positiva para los consumidores, pero no tanto para el comercio o los servicios de localidades como Llodio y Amurrio, por mencionar solo dos municipios de la comarca, como es la gratuidad del transporte en tren de cercanías que en 20-25 minutos permite a cualquier vecino o vecina de estos municipios llegar al centro de Bilbao”.
Al margen de este hecho, y del grado de atracción de las principales capitales, que también va ligada al mayor turismo que reciben Bizkaia y Gipuzkoa, “no encontramos una explicación a esta diferente tendencia aunque hemos de decir que no nos parecen unos datos excesivamente preocupantes y habrá que hacer seguimiento de la tendencia de los próximos meses”.
En todo caso, ve necesario adoptar políticas que permitan afianzar el consumo en nuestros municipios y en el comercio de proximidad dotándoles “de mayor atractivo a nuestros principales municipios y, por supuesto, a nuestra capital”.
Propuestas
Al mismo tiempo, Aenkomer propone establecer una línea de trabajo en favor de la sensibilización de los jóvenes sobre la importancia de comprar en el comercio de proximidad y el comercio de barrio. “Y es que hemos detectado que existe una falta de concienciación sobre la importancia de comprar en el comercio local, especialmente entre el público más joven por distintos motivos como son: la falta de visibilidad de los comercios locales que hace que en ocasiones los consumidores puedan no conocer la oferta de los comercios locales; la falta de información: ya que pueden no ser conscientes de los beneficios económicos, sociales y ambientales de apoyar al comercio local”.
En definitiva, que pueden no comprender cómo sus decisiones de compra pueden tener un impacto positivo en la economía local, en la creación de empleo y el tejido social de su municipio. También por “una percepción errónea” de que los precios son más caros en comparación con las grandes cadenas o la compra online; o incluso porque en un mundo cada vez más dominado por la conveniencia y la inmediatez, muchos consumidores optan por la comodidad de realizar compras en línea o en grandes superficies, en lugar de visitar comercios locales. “Aunque esto realmente nos lleva a la paradoja de que más inmediato que ir a una tienda y llevarte el producto a casa en ese momento… no hay nada”, puntualiza.
Aparte, Aenkomer considera necesario subsectorializar las políticas. “Del mismo modo que la pandemia no afectó de igual forma a unos sectores que a otros, hoy en día también hay que valorar cuál es la situación de los distintos sectores de actividad y tomar medidas adecuadas a cada uno de ellos”, plantea Parro.
De no hacerlo, cree que existe un “peligro de desertización de barrios y ciudades” con el consiguiente empobrecimiento del mix comercial. “Aunque los problemas del centro de nuestra capital son conocidos desde hace años, ésta es una tendencia que se agudiza en los barrios por la falta de relevo generacional y de interés por trabajar en este sector. Necesitamos medidas que ayuden a paliar esta situación”.
Tres ámbitos de actuación
En concreto, Aenkomer demanda una “mayor inversión” en tres ámbitos. El primero, el de la digitalización con acompañamiento y seguimiento, puesto que “programas tipo Kit Digital son útiles siempre y cuando los negocios reciban un seguimiento por personal especializado y no se realicen actuaciones aisladas, sino con continuidad en el tiempo”.
El segundo es el de la sostenibilidad, con campañas dirigidas a promover el consumo responsable en las pequeñas tiendas, y el tercero es la gestión del talento ya que la directora gerente de Aenkomer está convencida de que “necesitamos mano de obra especializada”.
Las pequeñas tiendas de Euskadi miran con recelo a la Zona de Bajas Emisiones
Otro de los principales hándicaps a los que se enfrentan las pequeñas tiendas, tal y como señala la confederación vasca de comercio Euskomer, tras una encuesta a 250 minoristas, es la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), en las que se aplican ciertas limitaciones al acceso, circulación y estacionamiento de vehículos, y que están obligadas a crearlas todas las ciudades del Estado que tengan más de 50.000 habitantes.
“Los comercios ven con incertidumbre cómo les afectará su implantación a los establecimientos situados dentro las ZBE, y cuál será el comportamiento del consumidor ante su entrada en vigor”, destaca el documento que lleva el título Situación del comercio minorista de Euskadi y en el que se dan cuenta de los resultados de dicho sondeo.
Desafíos potenciales
Euskomer opina que la preocupación en el comercio de Euskadi por su entrada en vigor “es comprensible” y refleja tres “desafíos potenciales”. El primero de ellos es el que tiene que ver con el “impacto en el acceso”, puesto que, como añade, las zonas de bajas emisiones a menudo restringen o limitan el acceso de vehículos con altas emisiones, lo que puede dificultar el acceso de clientes y proveedores a los negocios locales. “Esto afectará negativamente el flujo de clientes y la capacidad de los comercios para recibir entregas de mercancías”, opina Euskomer.
El segundo desafío es el relacionado con los costos adicionales para los negocios, ya que la implementación de ZBE puede requerir que los negocios realicen “inversiones adicionales” para cumplir con los estándares de emisiones o para actualizar sus flotas de vehículos comerciales.
Y el tercer reto es el que tiene que ver con la competitividad con empresas en áreas no afectadas. Argumenta, en este sentido, que los negocios ubicados fuera de estas de bajas emisiones pueden tener una “ventaja competitiva” sobre aquellos que se encuentran dentro de ellas, “ya que no enfrentan las mismas restricciones de acceso o costos adicionales asociados con el cumplimiento de los estándares de emisiones”.
Para dar respuesta a las preocupaciones anteriores, Euskomer subraya que “es importante que los gobiernos locales y las autoridades pertinentes trabajen en estrecha colaboración” con los comercios para mitigar los impactos negativos que pueda haber y proporcionar “apoyo y recursos” para facilitar la transición hacia un modelo comercial más sostenible y compatible con las políticas de reducción de emisiones.
Proceso de implantación
En relación a la implantación de la ZBE, en Vitoria se encuentra en el arranque de este proceso, ya que hace escasos días han sido convocados los diferentes agentes de la ciudad para la puesta en marcha del mismo.
Su primera fase está prevista para este 2024 y empezará a funcionar en la zona del Casco Medieval y parte del Ensanche, con medidas como eliminar el tráfico de paso, instalar cámaras para lectura de matrículas y establecer permisos de acceso puntual.
La segunda fase está prevista para 2027 y tendrá tres cambios sustanciales: modificación del perímetro de restricción de tráfico (en principio, se ampliará por las calles Ramiro de Maeztu, Domingo Beltrán y Coronación). Se establecerán también restricciones según distintivo ambiental y se activará la OTA ambiental, en la que las tarifas de estacionamiento variarán según el nivel de emisiones de los vehículos.
Será en 2030 cuando llegará la tercera fase de la Zona de Bajas Emisiones, donde se prevé un mayor grado de restricción de paso de vehículos en base a sus distintivos ambientales (con las excepciones ya marcadas en la fase 2) y una nueva ampliación del ámbito de la OTA ambiental.
En cuanto a la situación de otros territorios vecinos, en Bizkaia, en su capital, la entrada en vigor será este mismo año, y el propio Ayuntamiento se ha mostrado receptivo a colaborar, en este caso con Cecobi (Confederación Empresarial de Comercio de Bizkaia), para informar a las empresas comerciales afectadas sobre su funcionamiento. Aparte, Euskomer informa de que “es conocedora” de que se están valorando “positivamente” las alegaciones a la ordenanza que se han mandado desde las distintas instituciones. Otros municipios de Bizkaia “están trabajando en ello”, como es el caso de Getxo y Barakaldo.
Por su parte, en Gipuzkoa, en Donostia, su capital, se encuentra elaborando la ordenanza después de un periodo de alegaciones. E Irun planea poner en marcha este año su plan de ZBE.