Los primeros muestreos de campo hechos por la Casa del Vino de Laguardia en viñas de Rioja Alavesa indican que las cepas tienen abundante uva y están sanas, aunque todavía no del todo maduras, así que la vendimia no se generalizará hasta los últimos diez días de septiembre.
“Vienen unas semanas en las que los técnicos de las bodegas deberán decidir sobre la fecha de recogida en cada viñedo propio y en los de sus proveedores, en función del perfil de los vinos que se quiera alcanzar y de los riesgos que se esté dispuesto a asumir manteniendo la uva en la cepa”, manifiestan los técnicos.
La última ola de calor, con temperaturas récord en toda la geografía de Álava, tanto durante el día como por la noche, ha sido dura para la viña, provocando un estrés añadido a un viñedo que ya estaba empezando a acusar la escasez de agua del verano.
“El descenso brusco de las temperaturas está siendo beneficioso para la viña. En cuanto a producción, las cepas tienen uva abundante, en general”
Antes de este último golpe de calor extremo, la viña iba ligeramente retrasada respecto a la pasada campaña; hoy, en cambio, lleva camino de ajustarse a un calendario que ya se puede dar por normal, a tenor de las fechas de vendimia en la última década, es decir, recogida de uva generalizada a finales de septiembre.
Y es que, como consecuencia del sofocante calor de agosto, “nos encontramos con una gran disparidad en el estado vegetativo y evolución de la maduración entre unos y otros viñedos. Las viñas jóvenes y las que no se han podido regar han perdido hoja ante la falta de humedad en el suelo e, incluso, recurrido a las reservas de agua de la uva para sobrevivir, con la consiguiente merma del grano y aumento de la concentración de azucares”, explica Amaia Barredo, diputada de Agricultura.
En cambio, “las viñas que se han podido regar han soportado mejor el calor, aunque también ha dejado huella”, añade.
Uva blanca
Por su parte, las variedades blancas más tempranas –tempranillo blanco y foráneas, muy minoritarias– comenzarán a vendimiarse a finales de la próxima semana. Aclaran los técnicos de Viticultura que la vendimia de viura y tempranillo tinto está muy supeditada al tiempo que haga los próximos días, y es probable que se alargue en el tiempo, mientras el fruto se mantenga sano.
“Es posible que este año veamos uva en el campo hasta bien entrado octubre”, vaticinan.
“La bajada brusca de temperatura de los últimos días está siendo muy beneficiosa para la viña, mientras esperamos las próximas lluvias”, constata Barredo. Como siempre, los días cercanos a la vendimia serán definitivos para comprobar cómo madura la uva y la calidad de la cosecha.
“Temperaturas suaves, lluvias no demasiado abundantes y diferencia de temperatura entre el día y la noche favorecerían una buena evolución”, entienden los técnicos de la Casa del Vino de Laguardia.
Arabako Txakolina
Al norte de Álava, las viñas de txakoli también han sufrido el azote del calor excesivo de agosto. En algunos viñedos es evidente el estrés hídrico que sufre la vid, la planta se marchita, se caen las hojas y merman los granos. “Con todo, los 30-50 litros de agua caídos en los últimos días, unido al descenso de temperaturas, han refrescado el viñedo y ya se empiezan a ver los efectos positivos de la lluvia”, señalan los técnicos de Viticultura de la Diputación.
Se esperan más precipitaciones en Ayala, lo que va a condicionar la vendimia, que se prevé iniciar a mediados de septiembre para las variedades más tempranas (riesling y chardonnay). En cambio, hondarribi zuri, variedad principal del txakoli alavés, y petit corbu no estarán en sazón hasta al menos diez días después.
Por lo demás, el viñedo tiene un estado sanitario “excelente”, a excepción de una superficie muy limitada que sufrió ataques tempranos de mildiu. En cuanto a la cosecha, en el Valle de Ayala se estima el volumen habitual de uva para esta denominación de origen, salvo sorpresa.