Los próximos quince días son clave para el sector vinícola alavés. Del clima que haga en septiembre en Rioja Alavesa dependerá la vendimia. De momento, la brusca caída de los termómetros y la lluvia pueden beneficiar el desarrollo del fruto y también retrasar unos días la recogida de la uva, que no se generalizará hasta mediados del próximo mes. Así lo ven en el servicio de Viticultura y Enología de la Diputación alavesa.

“El mes de septiembre es vital, así que los próximos días van a marcar la vendimia; lo mejor es que se mantengan las temperaturas frescas, veintitantos grados, y ya a partir del 15 de septiembre, menos agua”, entiende el técnico Jaime Ibáñez. De momento, la previsión meteorológica marca chubascos hasta el jueves.

Con todo, el agua de finales agosto puede ser beneficiosa para las viñas. “Dice el refrán Como agua de mayo, para la viña debería decir Como agua de agosto; más adelante ya no porque, una vez que empieza la vendimia, la lluvia puede convertirse en un problema, ya que entorpece la entrada y salida de las viñas, la uva se pudre, etc. Las precipitaciones de estos días, en cambio, bienvenidas sean, benefician a la uva, se recupera producción y mejora la planta, ya que porque coge aire y fuerza”, explica.

El tiempo en agosto

  • Ola de calor. Varios días continuados de temperaturas extremas durante el día, por encima de los 40 grados y altas por la noche provocaron estrés hídrico a las viñas. Un estrés hídrico que se da cuando la planta tiene menos agua disponible de la que necesita y tiene que tirar de reservas para sobrevivir.
  • Caída del termómetro y lluvia. A priori, ambas condiciones son beneficiosas tanto para la planta como para el fruto, ya que le permiten recuperarse del azote de la última ola de calor y que engorde el grano de la uva.


Cambia la previsión inicial

Los bruscos cambios meteorológicos de agosto están variando la previsión inicial sobre la vendimia en Rioja Alavesa. Cuenta Ibáñez que el calor extremo de la semana pasada pasó factura a las viñas, parando el proceso de maduración de la uva. Sin embargo, la brusca caída de las temperaturas y las precipitaciones pueden dar la vuelta a la situación y recuperar el desarrollo de la planta.

Racimos de uvas en un viñedo de Rioja Alavesa. Redacción DNA

Cuenta Ibáñez que la Casa del Vino tenía idea de publicar ayer otro boletín de maduración de la uva, pero “como ha cambiado la película, primero los técnicos se van a dar una vuelta por las fincas para ver el terreno, ya que el cambio del tiempo ha sido muy radical”.

La viña iba bien, un poco adelantada para la época y con buena producción. Pero desde el último informe de seguimiento ha habido en Álava una ola de calor, un brusco bajón de las temperaturas de diez y hasta quince grados y lluvia. “Son dos efectos, a veces, contrapuestos y otras, parecidos.

No cabe duda de que las extremas temperaturas vividas, por encima de los 40 grados por el día y de veintitantos por la noche de la semana pasada azotaron las viñas, que ya de por sí estaban justitas de agua, aunque aguantaban porque en julio no hizo demasiado calor. Y eso es muy malo, temperaturas altas por el día y por la noche suponen un palo muy importante para la producción”, admite. “Si estás kili kolo y te viene un palo de estos..., la planta sufre mucho, ya se veían hojas secas, así que esta lluvia le sirve a la planta para coger aire y un poco de fuerza”, dice.

A pesar de que solo faltan unas semanas para la recogida de la uva, la lluvia todavía es buena para la cepa, beneficiosa para la planta y para el fruto, ya que puede engordar el grano. “Algo similar ocurrió el año pasado, el calor que hizo en verano fue tremendo y las previsiones eran de baja producción; sin embargo, llovió a finales de agosto o principios de septiembre, y fue una maravilla porque el fruto engordó, cogió peso y la planta se recuperó, pese a que las vides estaban asfixiadas, como ha ocurrido con este último golpe de calor de agosto”, compara.

Estrés hídrico

También el Consejo Regulador de la DOCa Rioja alertó hace unos días del estrés hídrico que sufrieron las cepas por culpa de la última ola de calor. Estrés hídrico que se produce cuando la planta tiene menos agua disponible de la que necesita.

Entonces, para sobrevivir, empieza a tirar de reservas, como cualquier ser vivo, y saca agua de donde puede, es decir, del grano. Por eso, se dieron mermas de producción destacadas. Ahora, con la lluvia, el efecto es el contrario, la viña absorbe el agua y aumenta su capacidad de producir y de que engorde el grano. “Es lo que viene pasando desde el sábado”, apunta Ibáñez.

“El problema de estos cambios de tiempo tan extremos es que la maduración de la uva se vuelve irregular. ¿Se va a vendimiar antes o después? Va a depender de cómo evolucione el tiempo en septiembre”, entiende.


Han dicho

Jaime Ibáñez: “Dice el refrán ‘como agua de mayo’, para la viña debería decir ‘como agua de agosto”

Entiende el técnico del servicio de Viticultura y Enología de la Diputación de Álava que las lluvias de ahora todavía pueden beneficiar tanto a la planta como al fruto, después de lo que sufrieron la semana pasada con el golpe de calor.

“¿Se va a vendimiar antes o después? Depende de cómo evolucione septiembre”

Para Jaime Ibáñez es posible que estas últimas lluvias retrasen algo la vendimia en Rioja Alavesa, que no se generalizará hasta mediados-finales de septiembre. Tampoco aventura una fecha, ya que en su opinión, los próximos diez, quince días van a ser clave, van a ser los que marquen la próxima vendimia.


Itxaso Compañón: “Llevábamos mucho tiempo sin precipitaciones, viene bien este agua y que bajen las temperaturas por la noche”

Agradece la representante de UAGA, convencida de que la lluvia de estos días es beneficiosa para el campo y para el desarrollo de la uva.

“Hay enfado entre los agricultores, presentaremos una queja formal al consejo regulador del Rioja por la tardanza en notificar los ajustes de producción”

La representante del sindicato agroganadero UAGA confirma que son muchas las quejas de agricultores recibidas y el malestar en el sector vinícola por la tardanza del Consejo Regulador del Rioja en notificar antes del 6 de septiembre debe tirarse el excedente de uva. Asegura que es muy tarde y no hay ni tiempo ni mano de obra.