Las viñas y uvas de Rioja Alavesa comienzan a recuperarse del azote sufrido por la ola de calor de agosto. “En términos generales, las condiciones son buenas, con vigor equilibrado y muy buenas las perspectivas”, augura Pablo Franco, director técnico de Control del Consejo Regulador de la DOCa Rioja, tras el primer control de seguimiento a la maduración del fruto en Rioja Alavesa con muestras recogidas el lunes.

Destaca Franco, al igual que en el resto de la denominación, lo mucho que ha sufrido el viñedo por el azote de calor de la semana pasada. No obstante, apunta que menos en Rioja Alavesa que en otras zonas. Aún se observa algún signo de sequía, aunque no alarmante, como el amarillo que colorea las hojas secas de las cepas. “Aunque ha sido feo ver las viñas así, no va a condicionar el desarrollo madurativo”, augura.

Sin embargo, desde el fin de semana cuando comenzó a entrar el viento cierzo, la apariencia de las viñas ha cambiado un poco. La planta se ha oxigenado y, poco a poco, se está recuperando del estrés de calor. “Es como si a nosotros nos ponen un soplete en la cara durante 24 horas a lo largo de diez o doce días, eso es lo que ha tenido la uva; aunque tengas los pies metidos en un cubo de agua, en la cara te están dando con un soplete continuamente”, compara Pablo Franco.

Como consecuencia, la hoja se seca y la uva se arruga. “Ésa es la situación de fuerte y duro estrés por calor que ha vivido la viña y de la que está saliendo. La uva arrugada se está tensionando con el frío de ahora y eso es bueno, que esté durita. Se puede decir que la viña está en fase de recuperación”, analiza el director técnico de Control del Rioja.

la uva pesa menos

Además, la uva está sana, sin enfermedades, salvo algún foco de oídio de final del verano, totalmente controlado y sin ninguna afección.

En cuanto al peso de la baya, de la uva, en Rioja Alavesa este año se muestra significativamente por debajo de los valores del año pasado. “Los datos muestran que la uva pesa menos, concretamente un 10% menos que el año pasado, posiblemente condicionada por la sequía, lo que no quiere decir que vaya a haber un 10% menos de cosecha; al contrario, lo que significa es que tenemos una uva más pequeña, pero potencialmente de mayor calidad, ya que cuanto más pequeñas es, consideramos que tiene mayor calidad; lo veremos en los análisis de las próximas semanas, entonces, podremos disponer de una estimación en cuanto a cantidad”, explica.

En cuanto a los valores de ph, acidez y alcohol son acordes al momento actual y muy similares a las mismas fechas del año pasado, si bien los indicadores de maduración fenólica son más bajos.

“Significa esto que la maduración alcohólica está igual que el año pasado, pero la fenólica va más retrasada”, apunta Pablo Franco. “Es probable que el efecto de las elevadas temperaturas haya provocado una concentración de alcohol muy alta, pero que la uva no ha evolucionado madurativamente”, argumenta.

Y es que, existen dos tipos de maduración en la uva: la maduración alcohólica, que indica el grado de alcohol y la maduración fenólica, que es el color, aroma y sabor, es decir los indicadores que van más retrasados que el pasado año en las viñas de Rioja Alavesa.

Por último, subraya el Consejo Regulador el buen estado sanitario y vegetativo de la planta, aunque también en Rioja Alavesa se percibe el efecto continuado de las altas temperaturas tanto en las hojas como en las uvas.

20 o 30 litros más de agua

“Así como la situación meteorológica de la semana pasada fue compleja, la actual es favorable, extraordinaria, con viento norte, frío y fuerte contraste de temperaturas entre el día y la noche; todo eso va a ayudar a que la uva se endurezca y la maduración fenólica trabaje y evolucione, así que de lo que se trata es de aguantar la vendimia unas semanas para que madure”, precisa Pablo Franco.

Además, si de cara a estos días llueve, como señalan las predicciones, “todavía sería más positivo porque ayudaría a la recuperación del viñedo y a estabilizar todos los parámetros hacia una correcta maduración fenólica, que es la que va a medir la calidad de la uva”, valora. Por lo tanto, “las precipitaciones no suponen ningún riesgo ahora mismo para las viñas en Rioja Alavesa; al contrario, es algo que demandan los viticultores; si caen 20 o 30 litros, el viñedo se coloca en una situación extraordinaria”, recalca el director técnico de Control del Consejo Regulador.

En lo que a las variedades blancas más tempranas se refiere, en las bodegas de Rioja Alavesa han entrado hasta la fecha 950.439 kilos de uva, una cantidad simbólica