Este martes, la Escuela de Cocina de Egibide acoge la semifinal del Campeonato de Pintxos de Álava 2025, impulsado por SEA Hostelería-Ostalaritza. Un certamen en el que compiten 16 establecimientos hosteleros del Territorio con creaciones de lo más variadas, presentadas bajo nombres tan sugerentes como “P2”, “Waffine”, “Saam Marino” o “Txipela”, entre otros.
Pues bien, los 12 establecimientos que han logrado el billete a la gran final son el Sua Basque Fusion, Toloño Abastos, Toloño Bar, Restaurante el Mexicano, Waska!, La Peña Vitoriana, Restaurante el Puntido, El trasgu fartón, El 2, Dólar, Restaurante Muskari, y Kobatxa.
Desde las 9.00 hasta las 14.20 horas, un jurado compuesto por tres profesionales valora las propuestas según criterios técnicos y gastronómicos. A la viabilidad del pintxo en un contexto real de bar —es decir, que pueda elaborarse con agilidad sin perder su esencia— se suman el peso del producto y la estética, la originalidad y técnica y, como criterio más valorado, los atributos gastronómicos (sabor, matices, contraste y retrogusto).
En definitiva, una hoja de ruta exigente que obliga a los aspirantes no solo a ser creativos, sino también a construir pintxos funcionales y reproducibles. La cocina de Egibide se convierte durante la jornada en un espacio de máxima concentración, donde cada pincelada se ejecuta con precisión, y donde el único ruido proviene del chisporroteo de las planchas.
Pintxo con homenaje familiar
“El tigre de la libre”, del establecimiento Toloño Abastos, fue el segundo pintxo en presentarse, tras el “P2” de Sua Basque Fusion. Su autor, Aitzol Narbona, quien ha trabajado mano a mano en los fogones con Ander Oribe, explicó a este periódico que “es un tigre de marisco con cáscara comestible en el que quiero hacer un homenaje a mi abuela, que falleció hace un año. Ella fue quien me inculcó la pasión por la cocina, y estos son sus tigres reversionados de una forma moderna, con diferentes técnicas para conseguir que incluso la cáscara sea comestible”.
Según Narbona, la elaboración en directo “es muy sencilla, porque lo que más trabajo da es preparar los kilos y litros de bechamel previos. Luego, el montaje es muy fácil ya que tenemos la cáscara cocida por un lado y la masa por otro. Se rellena, se empana, se fríe, se decora… y la verdad, muy bien”. Aunque lamentó el horario asignado: “Nos ha tocado presentar a las 9.30 y es un pintxo con un sabor súper potente. Nos habría gustado hacerlo más tarde, pero confiamos mucho en nuestro trabajo. Creemos que es un pintxo ganador y vamos con todo”.
20 minutos para la elaboración
Cada establecimiento dispone de 20 minutos para la elaboración, emplatado y presentación del pintxo. En ese tiempo también deben dejar limpio y despejado su espacio de trabajo para permitir el acceso del siguiente concursante, por lo que no hay margen para la improvisación ni la desconcentración.
A la espera del veredicto del jurado, cabe recordar que los 12 pintxos mejor puntuados pasarán a la gran final, que se celebrará el 17 de septiembre en las instalaciones de la Peña Vitoriana. Además, del 4 al 14 de septiembre, los pintxos finalistas podrán degustarse en sus respectivos establecimientos, en una fase abierta al público que permitirá valorar la experiencia fuera del entorno de competición.