“Bienvenidas, hermanas, si podemos ayudar en los preparativos...”, se ofrece una feligresa a las nuevas inquilinas del santuario. Son quince las religiosas que se han instalado en Estíbaliz. Llegaron el día de San Prudencio, semanas antes iban y venían desde su “casa madre” en la localidad navarra de Corella, pero ayer se dieron a conocer, se dejaron ver ante los feligreses, aunque no será hasta hoy cuando toman oficialmente posesión del santuario.

Custodiando el templo románico

“Estamos felices, felices y muy agradecidas a toda la diócesis de Álava por lo bien que nos ha acogido”, sonríe Inés María, una monja madrileña que lleva ocho años y medio en la orden a la que entró con veinte. “Hoy estamos aquí para la virgen; es su día”, apunta emocionada, mientras el resto de hermanas toma asiento en los bancos reservados para las Peregrinas de la Eucaristía, la nueva congregación que custodia el monasterio tras la marcha de los benedictinos.

Custodiando el templo románico

“Somos quince y, de momento, no van a venir más; hoy estamos muchas porque han venido compañeras de otras ciudades a acompañarnos y ayudarnos, igual que los frailes de Tudela”, muestra al tiempo que explica el por qué de sus diferentes hábitos marrones. “Las que no llevan velo son aspirantes; las del velo blanco, novicias, y las que vestimos velo beis con ribete marrón, las profesas”. Cuenta que hacen cuatro votos: pobreza, castidad, obediencia y entrega total a la maternidad espiritual de la Virgen María. “De ahí los cuatro nudos que lucimos en nuestro cíngulo (cordón que se ciñen a la cintura), ya que cada uno de ellos representa un voto”, detalla.

Custodiando el templo románico

Hasta su llegada, no conocía el santuario románico que ahora le parece una “preciosidad”. Tampoco Vitoria, pese a la cercanía, pero ya adelanta que se acercará a visitar la Catedral Vieja, de la que le han hablado muy bien y también a la Virgen Blanca, la patrona de Gasteiz.

Custodiando el templo románico

Apunta Inés María que su principal misión en Vitoria, al igual que la de sus compañeras Guadalupe, Teresa, Maravillas..., la mayoría muy jóvenes, es la de acompañar en la acogida de la virgen a los peregrinos que llegan al santuario.

Las religiosas están afincadas, además de en Navarra y Álava, en Madrid, Sevilla, México, Colombia, Uruguay y Argentina. Para hoy han compuesto diversos cantos que, junto a sus hermanos los frailes, interpretan y dedican a la Virgen de Estíbaliz y a los alaveses y alavesas que acompañan a la patrona en su día grande.

“Es una bendición para la Iglesia local”, dice en su homilía el obispo, Juan Carlos Elizalde, ante la presencia de las nuevas moradoras del santuario, a quienes agradece su compromiso. “Estamos felices por la presencia y entrega de las nuevas religiosas que custodiarán este emblemático lugar”. Igualmente agradece a los padres benedictinos que se han hecho cargo del templo desde 1923 y que hoy han sido relevados por las hermanas Peregrinas de la Eucaristía.