Un tremendo susto. Se quedó en eso. Una mujer de mediana edad salió viva de milagro tras esquivar por centímetros un buen número de cascotes que se habían desprendido de la fachada del edificio que hace esquina entre Madre Vedruna y Bizenta Mogel.
Pasadas las cuatro de la tarde de este martes un estruendo sacudió a los vecinos del céntrico inmueble de la capital gasteiztarra. El fuerte ruido sacó a varios de ellos de su letargo y salieron a sus balcones para ver qué había ocurrido, lo mismo que a los responsables de la cafetería restaurante La Galería.
Todos ellos se quedaron sorprendidos al ver un toldo en la acera y varios trozos de ladrillos desperdigados por el suelo, cerca de un buen número de los coches que estaban aparcados. De nuevo, al igual que sucediera hace un par de años, una parte de los ladrillos que cubren la fachada de este edificio se habían despegado y arrastraron consigo un toldo de uno de los balcones de los edificios inferiores y dejaron toda la acera llena de cascotes.
Pues bien, justo en esos momentos, una mujer paseaba por la zona y pudo esquivar la caída de la gran mayoría de ellos por escasos centímetros. La mujer tuvo suerte de ir pegada a la pared y así consiguió salir prácticamente ilesa, ya que de haber recibido el impacto de uno de los ladrillos los daños podrían haber sido mucho mayores.
Al menos, tan sólo hubo que lamentar un fuerte golpe en una de sus manos, un corte del que fue rápidamente tratada por los sanitarios desplazados en una ambulancia que se desplazó hasta el lugar con total celeridad, además de tener roto su abrigo.
Al mismo tiempo, la Policía Municipal de Vitoria, que se presentó instantes después de la caída de los cascotes, ya había acordonado la zona, para evitar que cualquier transeunte pudiese resultar herido en el caso de que se produjese un nuevo desprendimiento de fachada.