- Para prevenir antes de tener que curar, la Diputación Foral de Álava solicitó al Gobierno Vasco que se implantasen medidas a nivel de toda la comunidad autónoma para anticiparse a posibles brotes de gripe aviar procedentes de aves migratorias que podrían llegar del norte o este europeos, donde han causado grandes daños en granjas.
Atendiendo a esa propuesta, el Gobierno Vasco ha extendido una serie de medidas a todo el territorio y ha previsto un régimen sancionador, que se podría aplicar en caso necesario y una vez finalizado un proceso informativo a los avicultores, tanto profesionales como domésticos del País Vasco.
Desde el servicio de Ganadería de la Diputación Foral han explicado que el Ministerio de Agricultura ya lanzó una alerta a finales de noviembre avisando de la posible afectación que podrían causar las aves migratorias en los descansos que realizan en los humedales. Se trata de una alerta sanitaria que no tiene incidencia en la salud de las personas, pero si en las aves domésticas. De su dimensión da idea que, en Las Landas, en el suroeste francés, ya se ha tenido que sacrificar a cerca de 400.000 aves provocando importantes daños en la economía de la zona.
Debido a que el mayor peligro estaba en los espacios donde hay humedales, el Gobierno Vasco dictó medidas especiales para adoptaren materia de bioseguridad en el conjunto de explotaciones avícolas con especial énfasis en las zonas declaradas de alto riesgo entre las que se encuentran los municipios de Vitoria, Barrundia, Arrazua-Ubarrundia, Elburgo, Legutiano y Zigoitia. Posteriormente, y a propuesta de la Diputación, esas medidas de prevención se extendieron a todo el territorio vasco y no solo a las explotaciones avícolas, sino también a los propietarios de estas aves que las crían para consumo doméstico.
Para mejorar la eficacia de las medidas en esas zonas de alto riesgo, se elaboró un registro en el que se incluyen los datos de las explotaciones no comerciales, a excepción de aquellas que contengan únicamente aves ornamentales domésticas, ubicadas en esos municipios, donde se refleja la identificación del propietario y dirección de la explotación, el número habitual de aves y especie o especies a que pertenecen y el sistema de cría: cerrado, abierto, mixto.
En cuanto a las acciones, las medidas afectaban a los cazadores, a quienes les ha quedado prohibida la suelta de aves para atraer otras como señuelo. También se ha restringido la cría de aves de corral al aire libre, aunque cuando esto no es posible se habilitan medios de protección que impidan la llegada de aves silvestres y evite el contacto de estas con los alimentos o el agua destinados a las aves de corral.
Junto a estas medidas, queda prohibida la presencia de aves de corral u otro tipo de aves cautivas en los centros de concentración de animales incluyendo los certámenes ganaderos, muestras, exhibiciones y celebraciones culturales, etc. En este apartado se especifica que no se considerarán como aves cautivas las aves mantenidas en un establecimiento autorizado para su venta a particulares como ave de compañía, ni aquellas aves de corral mantenidas en un establecimiento comercial para su posterior venta al por menor a particulares.
Finalmente, la suelta de aves de corral destinadas a la repoblación de áreas de caza para la práctica cinegética, queda supeditada a autorización expresa de la Diputación Foral correspondiente.
Desde que se dio la alarma ministerial y ya con la normativa autonómica en marcha, desde Ganadería foral se está realizando un amplio dispositivo de información a ganaderos profesionales, pero también a personas que en los pueblos alaveses tienen aves de corral, para que extremen las medidas de prevención y eviten que sus aves coman o beban en lugares donde también pueda hacerlo la fauna silvestre. Esa tarea informativa se realiza en colaboración con ayuntamientos y juntas administrativas, así como a través de notas informativas.