En la tarde de este miércoles se han reunido la diputada foral de Cultura y Deporte, Ana del Val, su directora Inmaculada Sánchez y el jefe del Servicio de Patrimonio Histórico-Arquitectónico, Jose Mª Villanueva, con una delegación del Ayuntamiento de Logroño encabezada por su alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza y el concejal de Patrimonio y Centro Histórico, Adrián Calonge, para tratar la situación y futuro del Puente Mantible.
Si bien, la gestión, conservación o restauración de cada parte del puente es independiente administrativamente, ambas instituciones consideran el mismo, en términos históricos, como un conjunto. "Así lo entiende también la ciudadanía, sin mirar si es riojana o riojanoalavesa, sensible con la memoria histórica de este legado patrimonial que podría tratarse de un obra de origen romano que pudo servir como paso de un ramal que comunicaba la vía que discurría por la margen derecha del Ebro, entre Varea y Miranda, con ciertas poblaciones del curso alto del Ebro, en la otra orilla" han señalado.
Estudios
De hecho, hay varios estudios en ese sentido. Uno de Jesús María Pascual Fernández, recogido en un informe de la Real Academia de San Fernando, a la que hace unos meses se pidió amparo por parte de un especialista en puentes históricos para tratar de impedir el colapso del puente, cuenta que al otro lado del barrio logroñés de Vareia (Varea) "estaba la población de Asa, donde se han hallado restos romanos, entre ellos inscripciones. También han aparecido en Angostina, Marañón y Santa Cruz de Campezo, Gasriain, lo que puede indicar una ruta romana por estas poblaciones para enlazar con la supuesta de Lodosa por Curnonium (Los Arcos) a Tullonium (Alegría, de Alava), por donde pasaba la vía de Aquitania".
Otro estudioso, en 1943 afirmaba conocer la existencia de un camino romano que iba de Marañón a Asa. Junto a esta opinión de unir el puente Mantible a Viana por una ruta romana que pasara por Agostina y Marañón, "conociendo las tierras de Lanciego y estos pueblos citados, comprendemos la dificultad de un trazado por estas laderas montañosas, y no por ello se carece de restos viarios. Nos parece igual de viable la opinión de que el propio Monte Cantabria tuviera una vía de unión con esta calzada por medio del Camino Viejo de Oyón y que otra unión desde Cantabria a esta línea podría hacerse por el Camino Viejo de Viana. Así, el Monte Cantabria y Varea estarían unidos a esta calzada, que en Los Arcos alcanzaría la vía de Pamplona".
Por estas razones, ambas instituciones, además de confirmar que siguen adelante con sus planes de conservación de cada una de las partes, tal y como estaba previsto para este año, se han comprometido a establecer una mesa de coordinación para tratar en ella, no sólo los planes, plazos y fechas de cada actuación, sino también para estudiar la viabilidad de planes futuros encaminados a dar visibilidad y utilidad a un conjunto patrimonial de primer orden. Además, ambas partes se han comprometido a invitar a otras instituciones competentes a la mesa, como podrían ser ayuntamientos o los dos gobiernos autonómicos.
Un hundimiento anunciado
El pasado día 23 de enero, a causa de un notable aumento de la presión del río Ebro, terminó por colapsar el arco logroñés de Puente Mantible, cuyas piedras desaparecieron bajo las aguas, mientras aguardaba una actuación urgente del ayuntamiento de Logroño por el delicado estado en que se encontraba.
Muchas fueron las voces desde 2003 que iban dando avisos de alarma. Pero ni entonces, ni en 2008, 2010, 2011 con la llegada de Cuca Gamarra a la alcaldía y en la actualidad portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, ni el 2013 momento en que se encargó un estudio al Grupo de Investigación en Patrimonio Construido (GEPAC), de la Universidad del País Vasco, se dio ningún paso para asegurar las ruinas logroñeses.
Por su parte, la Diputación Foral de Álava ya se había adelantado para evitar la catástrofe y en el año 1983 realizó una serie de obras, como reforzar la base del arco del lado alavés, con hormigón para evitar su caída.
Hundimiento
Logroño esperó hasta el año 2018 para encargar otro estudio para conocer su estado y las posibilidades de su arco y fue cuando se hizo público que, tras la base de los pilares, el agua había socavado el material de relleno. En el momento de su hundimiento estaba en un proceso de licitación, por un importe de 703.460,80 euros, para evitar el deterioro o la caída completa de ese resto, declarado como Bien de Interés Cultural en 1982.
El retraso en actuar, en estos dos años, lo explicaba el concejal de Patrimonio y Centro Histórico de Logroño, Adrián Calonge, argumentando que "estos proyectos no se pueden sacar de la noche a la mañana debido a que se necesitan informes sobre el estado de la piedra, de los morteros, de la situación del subsuelo bajo el agua y reclamar los permisos, entre otros, del Consejo de Patrimonio de La Rioja y de la propia Confederación Hidrográfica del Ebro".