- De momento solo cinco piscinas, de otras tantas localidades de la comarca de Rioja Alavesa, abrirán sus puertas este verano, aunque en todas ellas se aplicarán las estrictas medidas de seguridad aprobadas por el Gobierno central y el Gobierno Vasco para tratar de evitar nuevos contagios. Labastida, Oion, Lapuebla de Labarca, Laguardia y Elciego son, en principio y salvo cambios de última hora, las instalaciones a las que se podrá acceder, siempre y cuando no se endurezcan las medidas sanitarias por probables brotes del coronavirus.

Quien lleva más adelantados los preparativos es el Ayuntamiento de Lapuebla de Labarca, que tiene abierto hasta el próximo día 10 la inscripción de interesados para contratar a dos socorristas acuáticos. En este caso concreto, los contratados trabajarán desde el 1 de julio y hasta el 31 de agosto, de lunes a domingo, de 11.00 a 21.00 horas en varias funciones.

Según publicó el sábado el Boletín Oficial del Estado (BOE), en la última normativa comunicada, el aforo máximo permitido será del 30% de la capacidad de la instalación, siempre que sea posible respetar la distancia de seguridad de dos metros entre usuarios. Para poder acceder a la piscina se requerirá la concertación de cita previa con la entidad gestora de la instalación. Para ello, se organizarán horarios por turnos, fuera de los cuales no se podrá permanecer en la instalación. La orden también recoge que previamente a la apertura, se deberá llevar a cabo la limpieza y desinfección de las instalaciones con especial atención a los espacios cerrados como pueden ser vestuarios o baños. Asimismo, se deberán limpiar y desinfectar los diferentes equipos y materiales como vaso, corcheras, material auxiliar de clases, rejilla perimetral, botiquín, taquillas, así como cualquier otro en contacto con los usuarios y que forme parte de la instalación.

Todas estas medidas, así como la delicada situación económica en la que se encuentran las corporaciones locales, bien por la demora en el cobro de tasas e impuestos como forma de ayudar a los vecinos, o por la reducción de transferencias de fondos de las administraciones superiores, han levantado una fuerte inquietud entre los gestores que tienen la responsabilidad de las piscinas: los ayuntamientos.

Una inquietud que, en algunos casos, ha levantado polémicas en la institución local, como es el caso de Baños de Ebro. Allí, la portavoz de la oposición, Blanca Casado, del PSE, trató de aclarar con la Alcaldía cuál sería la decisión. El alcalde, Patxi García, no contestó y fue entonces una asociación local, la Asociación de Coches Clásicos de Baños de Ebro, quien organizó una recogida de firmas reclamando la apertura de las piscinas, ya que se trata del único elemento de ocio durante el verano y para evitar que los jóvenes se fueran a bañar al río Ebro, con el riesgo que eso entraña.

Este diario habló con el alcalde y éste comentó que aún no se había tomado ninguna decisión, aunque se mostró muy preocupado por el coste que tendría este año para las arcas municipales el contratar al personal necesario, así como los múltiples mantenimientos de la instalación en buenas condiciones sanitarias para ajustarse a la normativa legal.

Situación similar, aunque menos tensa, se vive en Navaridas. Allí el alcalde y la Corporación están buscando la posibilidad de poder abrir la piscina del 6 de julio al 23 de agosto. Pero preocupan y mucho los costes. El estudio realizado sobre cuánto costaría abrir esa temporada pasa de los 12.000 euros de un año normal a los 24.000, aparte de la menor presencia de bañistas, los controles y las necesarias limpiezas que fija la norma. Por esa razón se decidió retrasar la toma de una decisión hasta el 8 de junio y aprobar lo que se decida en el pleno previsto para el 16 de este mismo mes.

Relacionado con la piscina de esta localidad, el bar cuya gestión se acaba de adjudicar, ha vivido días tensos que han provocado la reacción de los vecinos en las redes sociales. Como lo permitía la ley, el bar se abrió con todas las medidas de seguridad aplicables, pero un vecino consideró que no era así y llamó a la Ertzaintza, que solo pudo certificar que todo estaba en orden. Sin embargo, el adjudicatario del bar se asustó pensando que podría entrar en una dinámica de denuncias por parte del mencionado, decidió cerrar el bar, privando de esa única instalación en Navaridas. De inmediato muchos vecinos se movilizaron en las redes sociales en favor del hostelero con comentarios que se extendieron por las redes dando la razón a ese reproche y muchos vecinos, entre ellos el alcalde, lograron convencer al hostelero para que abriera de nuevo el bar de las piscinas, que ya está operativo desde ayer.