las villas de Idiazabal y Elciego mantienen fuertemente consolidada una buena amistad por numerosas afinidades, pero especialmente tras profundizar en el conocimiento mutuo de los dos productos estrella que identifican a las dos localidades: el queso de Idiazabal y el vino de Rioja Alavesa.

Muestra de esa estrecha relación es que por séptimo año consecutivo, los vecinos del Goierri devolvieron a los de Elciego la visita que estos realizaron hace unos meses, fruto del programa de intercambios que ambos pueblos mantienen. En esta ocasión, además, los de Idiazabal acudieron acompañados por su nuevo alcalde, Iñaki Alberdi, aunque el anterior, Ioritz Imaz, no quiso perderse el viaje y participó como uno más en la jornada de hermanamiento.

Los más madrugadores en comenzar a recorrer las calles de Elciego fueron los txistularis y trikitixas de la localidad gipuzkoana, que a las nueve y media se la mañana comenzaron sus dianas avisando a los vecinos de la celebración de la jornada.

Pero quienes no madrugaron y sí pasaron toda la noche trabajando fueron los cocineros que se dedicaron “a asar una ternera de 298 kilos para repartir en la comida, a las dos y media de la tarde, como para unas 600 raciones”, comentaba uno de los cocineros, Ángel Gárate, llegados desde Durango.

Era una ternera “maja, muy equilibrada de carne y grasa” que, colocada en la parrilla, a media mañana, llenaba de sabrosos aromas la plaza del ayuntamiento, a cuya sombra se habían puesto en previsión del día que hizo ayer.

Ellos comenzaron su tarea a las once de la noche del día anterior encendiendo la gran hoguera y a las dos y media de la madrugada el fuego ya tenía la intensidad adecuada para comenzar el asado, ya que necesitaba de doce horas para poder lograr el asado y las características necesarias para poderlo disfrutar. Durante la madrugada estuvieron tranquilos y “como hizo frío por la noche” la gente no salió a curiosear, pero “desde primeras horas de la mañana hubo un paseo constante de vecinos interesándose por el estado del asado”. Incluso los que llegaron del Goierri “, que “daba gusto hablar euskera con ellos, porque tienen una entonación muy bonita”.

Los alcaldes, por su parte, comenzaron la jornada con un buen almuerzo acompañados por los recién llegados y otros vecinos de la villa. El alcalde, Luis Aldazabal, destacaba que era “un placer acoger a estos amigos del Goierri y poder repetir que el queso de Idiazabal y el vino de Elciego maridan de maravilla, pero lo que mejor maridan son las relaciones personales entre nosotros”. Añadía que durante la jornada se iba a mostrar a los curiosos como se elabora la cuajada y que además de la comida, habría, por la tarde, un campeonato de sokatira que, por tradición “siempre ganan los visitantes”.

Por su parte, el alcalde de Idiazabal, Iñaki Alberdi, Potxolo, explicaba que era la primera vez que asistía al hermanamiento y se mostraba feliz porque “esta gente nos está tratando muy bien y tenemos clarísimo que esta relación que se ha ido cociendo durante tantos años con el anterior alcalde, Ioritz Imaz, estamos dispuestos a seguir con ella y aprender unos de otros”.

Por su parte, varios vecinos de Idiazabal se afanaron en la plaza a través de unos puestos, en ofrecer los ricos quesos de su localidad, así como otros productos lácteos, junto al taller de cuajada que comentaba el alcalde de Elciego. Asimismo, danzantes de uno y otro pueblo realizaron unas exhibiciones mientras la localidad se iba llenando de gente que acudió atraída por la fama que tiene este hermanamiento y las degustaciones que se ofrecen.