Vitoria - Como si de un cuento se tratase, el stand del asturiano Antonio Hipólito, vendedor ambulante, cuenta con princesas, globos, muchas luces e, incluso, huevos de dinosaurio. El comerciante logra mantener a su familia gracias a la venta de productos infantiles por varias regiones del país.
¿Qué artículo está vendiendo más durante el período de fiestas?
-Pues este año nuestras dos novedades. Por un lado, tenemos los squishys (suaves y blandos muñecos antiestrés), que según el modelo varían entre los cinco y los siete euros, y, por otro, los globos de luz (transparente y rodeados de una luz led), que cuestan cinco euros. Estos últimos son los que se están vendiendo más. Luego está lo típico: los juguetes de perritos, las pistolas de agua... Vamos, lo de todos años.
¿Cómo va la venta este año?
-Bueno, el día del txupinazo estuvo más flojo que otros años. Se notó un poco que había menos gente, creo yo. No sé por qué. De momento, yo sólo trabajo con esto, no con otras casetas. Ya es tradición familiar, prácticamente nací en la silla de ruedas de la venta ambulante.
¿Espera vender más que en 2017?
-(Resoplido) No sé, no sé. Con que me mantenga, me doy por satisfecho. Aquí llevo ya veinte años entre fiesta y fiesta. Salimos en mayo y acabamos en octubre, en Zaragoza. Toda una gira por España, prácticamente. Me mantengo. Pero sí se suele vender más durante el día, por la noche ya, a partir de las 22.00 horas, hay menos críos y, claro, estos productos son para los pequeños sobre todo.
Los clientes en La Blanca deben de ser muy diversos.
-Están muy bien, la verdad. Como llevo tantos años en esto, pues ya tengo a algunas personas que siempre regresan a mí para comprar cosas a sus hijos. Hay un cliente que suele comprar todos los años en mi puesto.
¿Algún deseo para estas fiestas?
-Que este 2018 lo pasemos todos muy bien, aunque con este calor dan algunas jaquecas (risas).