vitoria - Diecinueve años después de bajar la persiana definitivamente, el antiguo colegio de Izarra empieza a ver la luz al final del túnel, y esta vez lo que hay al otro lado no es un grupo de soldados aficionados en plenos juegos de guerra, como sucedió hace dos años cuando el gobierno foral del PP quiso instalar allí un escenario de simulaciones militares con réplicas de armas reales. En esta ocasión, el proyecto que cuenta con más papeletas para dar un nuevo uso al Izarra International College es menos bélico y más verde, centrado en atraer no a aficionados a la guerra sino a un perfil de turista cercano a la naturaleza y dispuesto a disfrutar del medio ambiente con mayor sosiego.

La nueva iniciativa, según desveló ayer la teniente de diputado general, Pilar García de Salazar, en una comparencia en Juntas Generales a petición de EH Bildu, en la que trabajan la Diputación y las entidades locales de la zona, recurrirá así al turismo sostenible como argamasa para generar riqueza en la comarca, convirtiendo el ahora destartalado colegio y sus alrededores en un espacio para que los turistas pasen unos días en la zona, ya sea en una de las cabañas y bungalows que se construirían o con sus autocaravanas y tiendas de campaña. “El proyecto se encuentra todavía en fase de definición y se ha instaurado una mesa de trabajo con todos los agentes implicados para ir avanzando en su definición”, explicó ayer la diputada foral de Desarrollo Económico y Equilibrio Territorial, que incidió en el hecho de que por el momento no hay plazos concretos marcados.

Con todo, según relató ayer a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA la alcaldesa de Urkabustaiz, Begoña Ganzábal (PNV), los primeros pasos de este proyecto están suponiendo un soplo de aire fresco con vistas a encontrar por fin un uso al defenestrado centro escolar. “Queremos que las cosas se hagan con cordura, porque el colegio es un tema muy sensible en esta zona, porque en su día daba mucha vida al municipio y generaba puestos de trabajo. Ahora nos gustaría formar un proyecto que nos lleve a un desarrollo sostenible y que genere riqueza en la zona”, explican desde una de las entidades locales que formará parte de esa mesa de trabajo, junto a la Junta Administrativa de Beluntza, la asociación de desarrollo rural de la zona y la sociedad foral Álava Agencia de Desarrollo. “No estamos hablando de hacer un hotel ni crear una construcción monstruosa, sino en instalar pequeñas construcciones en busca de un turismo sostenible, respetuoso con el medio ambiente y nuestro entorno rural”, sostiene la alcaldesa de Urkabustaiz.

En esencia, las entidades locales de la zona de Izarra quieren que este futuro camping se convierta en el epicentro de una nueva oferta turística para los alrededores, en la que también se encuentran trabajando. Cercano a la cascada de Gujuli, emplazado en un paraje natural privilegiado y a medio camino entre Vitoria y Bilbao, en Urkabustaiz creen que el espacio del antiguo colegio puede servir para acoger “un turismo activo, que se quede a pasar unos días como punto para hacer excursiones y otras actividades”, confía Begoña Ganzábal.

El proyecto de las instituciones locales cuenta, como apuntó ayer Pilar García de Salazar -acompañada en la comisión por Julio Guinea, director de Álava Agencia de Desarrollo-, con pleno apoyo foral, aunque son conscientes de que, si se concede luz verde, “tendrá que realizarse por fases”, principalmente por el coste que tendría. Con este fin, y “sin cerrarnos las puertas a una inversión mixta, público-privada” se han iniciado ya contactos con al menos un promotor interesado en el proyecto.

Las instalaciones de Izarra, por las que la Diputación está obligada a abonar 200.000 euros anuales al Deportivo Alavés hasta 2023 por los derechos de superficie y una opción de compra durante 75 años, cuentan además, desde el incendio que arrasó el aulario de 1.500 metros cuadrados en junio de 2004, con un nuevo sobrecoste en forma de gastos de seguridad. Un contrato de 150.000 euros anuales para la vigilancia del recinto las 24 horas, que sumados al pago al Alavés se convierten en un gasto de 350.000 euros anuales por un espacio con posibilidades infinitas pero en un estado deplorable. De cristalizar esta nueva iniciativa, Izarra podría mostrarse de nuevo verde y reluciente.

Proyecto. La Diputación apoya la iniciativa puesta sobre la mesa por las entidades locales de la zona para que el antiguo colegio de Izarra se convierta en un camping con pequeñas construcciones como cabañas, bungalows y la presencia de autocaravanas.

Turismo sostenible. La iniciativa, que vendría de la mano de un programa diseñado por las instituciones locales para relanzar el turismo en los alrededores de Izarra, aspira a a traer a un perfil de turista respetuoso con el medio ambiente y apasionado por la naturaleza.