"El presente es cada vez más global e impersonal, y la tradición nos da identidad". Esa defensa de lo ancestral es del gallego Alejandro Guillán, conocido artísticamente como Baiuca, músico de 35 años que actuará este fin de semana en la primera edición del Aiara Fest, a celebrar en Amurrio. Presentará su tercer disco, Barullo (Raso. Altafonte), que pivota entre lo sintético y lo tribal. Quien ha visto a Pello Reparaz bailando rodeado de gente en un concierto de Zetak puede hacerse una idea de la propuesta de Baiuca, que ofrece "una mezcla de club de electrónica con una parte de romería", explica el músico.
Tiene un fin de semana intenso. Participa en el Aiara Fest y colaborará con Izaro.
-Yo encantado de colaborar con Izaro, fue muy bonito hacer el tema Xorieri en euskera y poderlo compartir en su concierto del BEC. Y cuando salió lo del festival, encantado de hacer todo, ya que el público de Euskadi reacciona muy bien a mi música; en general, en todo el Norte.
¿Qué compartimos para que eso suceda?
-La Península tiene muchas culturas, pero algunas tienen relación y nos queremos hermanar. Es algo bonito, no aislarse en un territorio concreto. La música global es eso, la latina conquistó el mundo y ¿por qué no un proyecto gallego o vasco? Es bonito ir a otro lugar y conectar con la gente.
"Es algo bonito, no aislarse en un territorio concreto"
En el caso de Galiza y Euskadi nos une cierta visión celta.
-Sí, pero hay que mirar hacia abajo también, no solo hacia arriba. Eso se refleja en mi música, esa influencia africana. Creo que se creó cierto mito celta para conectar la parte atlántica, pero la Península vive también mucho del Sur. Lo celta lo entiendo como lo cultural y espiritual, y el Norte en los ritmos y la forma del cantar.
En el festival le toca ‘rave’, de madrugada, en el cierre del festival.
-Es que este es mi disco más electrónico. A veces, antes nos tocaba tocar tarde y no era ya mi hora, había otra visión y tempos más lentos. Ahora, con Barullo, se presta a ser más nocturno. Era mi idea, pensar no en la nocturnidad sino en la idea de club, de baile y ritmos más acelerados. La gira tiene esa mezcla de club de electrónica con una parte más tribalista, de romería, de foliada, de pensar en cómo trasladar ideas de la tradición al día de hoy.
"La gira tiene esa mezcla de club de electrónica con una parte más tribalista, de romería, de foliada, de pensar en cómo trasladar ideas de la tradición al día de hoy"
¿Se dejó llevar o buscó ese sonido más contemporáneo?
-Los discos de larga duración salen de una inspiración no pensada, de un descubrimiento. Luego, cuando vi que tenía ya varios temas en esta onda, ya me centré en darle forma e ir a por la idea total, la simbiosis de la música de inspiración electrónica y la gallega que siempre está ahí.
¿Reconoce las influencias de Four Tet, Bicep, Caribou…?
-De Four Tet, sobre todo. Me dejé llevar e hice más evidentes los ritmos, algunos claramente break beat o Uk Garage. No me importó que fuera evidente esa influencia, antes no me molaba que sonara a algo concreto.
¿Se ha sentido más libre que nunca?
-Libre siempre me he sentido aunque, quizás, atado a ser muy… Baiuca (risas). Ahora, menos. Al final, este también suena a mí mismo, lo que me encanta.
¿Cómo pasa del trabajo en soledad a las colaboraciones del álbum?
-Mis discos son solitarios, pero este es el más colaborativo. He trabajado con compositores, productores para algunas cosas concretas y muchos cantantes gallegos. Ahí están Anxo Ferreira, Lucas de Centi, Carlangas, Antia Ameixeiras, Lilaina, Xurxo Fernandes… Las colaboraciones surgen de manera natural, son todos eminencias de la música gallega, no me he ido a otros lugares y funcionan bien porque todo disco tiene que tener coherencia: la de Antia, va de juntar más el pop con el club, y la Xurxo yéndonos a la raíz.
"Las colaboraciones surgen de manera natural, son todos eminencias de la música gallega, no me he ido a otros lugares y funcionan bien porque todo disco tiene que tener coherencia"
¿El folk y la tradición cuentan tanto del ser humano como nuestro presente?
-(Duda). El presente es cada vez más global e impersonal, y la tradición nos da identidad. En este disco pensaba en la Galiza de hoy o mañana sin romper la tradición y sin estar ligada al pasado. Es la conexión de lo antiguo con la actualidad. En otros discos y videos mostré una mirada nostálgica hacia el pasado con imágenes de archivo, de posguerra, en blanco y negro…
… y ahora busca sacar la tradición del museo?
-Sí, y ponerla en la tienda. En el video de PAEQB mostramos instrumentos tradicionales delante de unos láseres y dando vueltas. Es como ver una pandereta o un pandeiro presentado como un iphone 16, como sacar a relucir el valor de un instrumento ancestral y darle peso.
¿Se le está prestando más atención al folk que nunca con usted, Rodrigo Cuevas, Tantxugueiras, Califato ¾, Ruiseñora…?
-Es una moda, claro. Si algo funciona, se contagia. Espero que no sea pasajera y que haya evolución en los proyectos nuevos y que surjan ideas renovadoras. También tiene esa conexión con la identidad en un mundo global, claro. Me ha pasado con Quevedo, que ha participado con unos músicos canarios. Eso es lo que hizo antes Bad Bunny, y antes otros. Ahí están C. Tangana con El Madrileño y Rosalía… Por suerte, la gente ha conectado con la tradición. Hay gente en Galiza que oye flamenco y otra en Andalucía que baila muñeiras.
Quizás porque tengamos menos miedos y prejuicios.
-Sin duda, sobre todo las generaciones más jóvenes. Yo soy de a la que nos explotó Internet en la cara y tuvimos acceso a toda la música con las descargas, antes de Spotify. A mí me empezaron a gustar muchos estilos y ahora se escucha de todo; y si lo haces como oyente, si creas y compones, se va a reflejar. Ahora hay menos prejuicios, pero lo difícil es encontrar la música increíble que existe. Hay tanta…
¿Desde los medios y el poder político cree que se reconoce la tradición de países minorizados como Galiza o Euskadi? A veces todo se reduce al flamenco al hablar de música popular.
-En embajadas, los agentes culturales llevan ya otras músicas por el mundo, no solo flamenco. Sucede con Orëka TX, que llevan más de 20 kilos de maderas y piedras a otros continentes. De todas formas, el Estado no debe dar poder a ninguna música, lo que crea el estatus son la gente y los propios músicos. El uso de las lenguas, por ejemplo, no debe estar basado tampoco en la imposición. Debe ser algo natural, de ahí viene la tradición, de la conexión con el pueblo. En Galiza se está consiguiendo que la gente ensalce la cultura gallega y que se hable el idioma a pesar del momento triste que está viviendo.
"Zetak estará en el festival también, lo que me apetece mucho. Hemos coincidido pero no he visto su show, que parece espectacular. Y lo de ETS e Izaro, igual"
También en Euskadi está sucediendo, con gente como ETS o Zetak.
-Zetak estará en el festival también, lo que me apetece mucho. Hemos coincidido pero no he visto su show, que parece espectacular. Y lo de ETS e Izaro, igual. Son fenómenos muy particulares que no hay en mi tierra. Puede ser un caso muy potente, como el de Tanxugueiras llenando un estadio o un pabellón, pero no con tantos artistas como os sucede a vosotros, lo que es una maravilla.
Viene con banda ampliada.
-Esta gira es con nuevo show, visual y de luces, y con los músicos que me acompañan en los últimos años. Y vamos sumando más, ya que se han incorporado Antía Muiño y parte de las pandereiteiras Lilaina. Es un espectáculo muy completo y que la gente lo flipa. Estoy muy orgulloso de esta propuesta que tiene mucha relación con lo tribal.
La RAE liga la palabra barullo a confusión, desorden y mezcla.
-Tal cual, la elección de los títulos es siempre importante. Intento que sean una única palabra, también para las canciones. En este caso, tenía que definir un disco. Vino de la imaginación de una fiesta colectiva conmigo en medio y bailando rodeado de gente. De la idea del ruido, de la música electrónica sonando en mi cabeza.