Arrieras y arrieros somos…
El nombre de Leire Díez Castro, ahora en boca de todas y todos por sus conversaciones telefónicas alegres, es conocido para las y los viejos rockeros de Internet en Euskadi. Cuando X se llamaba Twitter y nos conocíamos todas y todos, Díez era una de las hooligans de Patxi López. ¡Qué campaña y qué legislatura nos dio allá por el año 2009 y siguientes! El socialista se rodeó de forofas y forofos a los que el tiempo ha puesto en su sitio: a algunas y algunos, mejor; a otras y otros, en el olvido; y a Leire Díez, en las portadas, en las que leemos que “desaparece de las redes” (El Independiente) que entonces usaba para atacar a abertzales.
Juan Carlos I ha callado mucho
Escribiendo sobre cómo por la boca muere el pez me he acordado de esta noticia en El Confidencial Digital que, no sé por qué, todavía no había traído a la columna: “Juan Carlos I: ‘He callado mucho, pero hay cosas que no tolero más’”. “Mi vida la gestiono yo”, ha asegurado, para explicar por qué ha demandado a Corinna Larsen, primero, y a Miguel Ángel Revilla, después. Curioso emparejamiento. “Que no me roben mi historia”, clama el emérito. “No tolero más”, avisa. Está claro que tiene dinero para pagar buenos abogados y no dudará en usarlo contra quien dude de cómo lo ha obtenido.
Dezcallar opina sobre Trump
“Trump se cansa pronto, no parece capaz de mantener la atención durante mucho tiempo o, mejor aún, se impacienta cuando las cosas no salen rápidamente como él quiere”, escribe Jorge Dezcallar en El Periódico. Por eso cree que Trump pasará pronto de la invasión rusa sobre Ucrania: “Empieza a mirar para otro lado como si el asunto ya no fuera con él, que nadie le pueda vincular con el fracaso”. También se ha cansado de Netanyahu: “Empieza a tontear con Mohamed bin Salman de Arabia Saudita como potencial futuro socio preferido en Oriente Medio. Al fin y al cabo es allí (y en EAU y Catar) donde está de verdad el dinero”.
Y luego, ¿qué?
Leo en El Diario que “el Gobierno ordena a Airbnb bloquear más de 65.000 anuncios de pisos turísticos ilegales”, y me parece muy bien, claro. Pero, después, ¿qué va a pasar? ¿Van a cerrar esos pisos turísticos ilegales? ¿Van a multar a sus dueñas y sus dueños con sanciones ejemplares que sirvan para que el estado recaude las ganancias que han percibido y para que se desanimen quienes quieren lanzar proyectos similares? Sí, estoy en contra de los pisos turísticos, también de los legales, del egoísmo de quien los usa y de la incoherencia de quien no los quiere en su ciudad pero los alquila por noches en otras.
La industria del videojuego aquí y hoy
Julen Zaballa ha hecho un resumen estupendo (para algo es una de las personas de referencia en el sector) en Bluesky sobre la situación de la industria del videojuego en la CAV, en comparación con España: “Euskadi acoge al 2,7% de los estudios de videojuegos en activo de todo el Estado. Se encuentra en el top cinco de las comunidades autónomas mejor valoradas por los estudios (20%). El euskera incluido en el 7% de los juegos españoles, por debajo del gallego (9%) y del catalán (36%)”. Una industria importantísima (mueve en el mundo más que el cine y la música, juntas) que podemos y debemos reivindicar, pero también promover.