vitoria. El potencial turístico de Vitoria siempre se ha asociado a los congresos. ¿A qué lo atribuye?
Vitoria es una ciudad muy cómoda para el turismo de reuniones. Aunque a veces pensemos que los grandes congresos en grandísimas infraestructuras nos van a salvar el turismo, está demostrado que el turismo de reuniones a menor nivel, como en palacios de congresos u hoteles, arroja cifras económicas muy positivas en pernoctaciones, gasto en conocer la ciudad... No hablamos de congresos de miles de asistentes, sino de reuniones de decenas de personas. Y, ahí, pocos hacen mucho. Vitoria, con el Palacio Europa, Artium o Villa Suso, tiene muy buenas infraestructuras para ese tipo de turismo.
Sin embargo, con el proyecto del BAI Center, el Ayuntamiento de Vitoria quiere dar un paso a un nivel mayor.
Es un proyecto que apuesta claramente por el futuro y el turismo. Y lo mejor es que tiene un elemento diferenciador, que es el auditorio sinfónico.
¿Se ve acudiendo a un concierto en el BAI?
Sí [categórica]. Porque me gusta la ópera, los conciertos de rock, el Festival de Jazz...
Pero habla de la necesidad de especialización. ¿Es la respuesta al hecho de que cada territorio ya cuenta con un gran palacio? ¿Hay una duplicidad de recursos?
En Euskadi tenemos duplicidad en muchisísimas cosas: en hospitales, en universidades, en instituciones... Claro que tenemos el BEC, el Euskalduna y el Kursaal, y podemos pensar que tenemos ya mucho, pero los palacios en las ciudades aportan comodidad a los congresistas, les anima a conocer la ciudad... Son un motor.
Parece un contrasentido hablar de la necesidad de, turísticamente, pensar en Euskadi como una y luego contar con un palacio en cada territorio. Igual acaban pegándose codazos para lograr las mismas actividades.
Para conseguir grandísimos congresos, tendríamos que ponernos en el perfil de ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia... Pero nosotros estamos más en un turismo de reuniones. Así que contar con diversas instalaciones, mientras sean complementarias, nos puede ayudar. Además, está claro que el Europa ya se está quedando pequeño. Este proyecto mira hacia el futuro, y hay que estar preparado para él. Y más con un transporte como el Tren de Alta Velocidad, que consolidará los proyectos turísticos. Por ejemplo, desde el área de Turismo tampoco pensamos en los tres aeropuertos vascos en clave de competencia. Serán complementarios, y eso sin perder la perspectiva de que deben congeniarse con el AVE.
¿Y cuál será el papel de Foronda? Parece abocado al transporte de mercancías...
Debemos actuar con prudencia. Ahora se trabaja en un comité de rutas, que estudiará cómo Foronda puede ser complementario a los otros dos territorios. Trabajamos en grandes proyectos. Pero no creo que sea positivo lanzar el mensaje a los ciudadanos alaveses de que la llave para la llegada de muchos turistas está en el aeropuerto. Porque, por ejemplo, Vitoria ha crecido ya en visitantes y, sin embargo, no hemos programado aún ningún vuelo.
¿Con el TAV, la ausencia de vuelos a Madrid o Barcelona no parecerá tan preocupante?
Quizás Foronda tiene claro que es un aeropuerto que puede trabajar de forma internacional...
Desde el Departamento vasco de Transportes ya hablaron de que veían con buenos ojos la posibilidad de conectar Foronda con Nueva York. ¿Usted lo apoya?
Los vuelos internacionales necesitan unas dimensiones de pista concretas y Foronda reúne muchas condiciones. Este aeropuerto tiene sus posibilidades. ¡Qué más quiero yo que haya muchas conexiones a muchísimos países!
Es decir, que Foronda no sólo será un aeropuerto de mercancías...
Quiero ser prudente en este aspecto. No dejaremos de pensar en cómo dinamizar el turismo en Álava, y el aeropuerto puede ser un factor clave.