Su nombre era Abdoulaye Coulibaly y quería cruzar la frontera para desplazarse a Francia, a la residencia de un tío suyo. Un sueño que se vio frustrado después de un larguísimo periplo. El migrante que falleció ahogado el domingo en el río Bidasoa es un joven de Guinea Conakry que llegó a Irun el jueves pasado.

El Departamento de vasco de Seguridad confirmó ayer que tenía 18 años. El fatal desenlace ya ha sido transmitido a sus familiares.

Los hechos sucedieron el domingo pasado, sobre las diez menos cuarto de la mañana, cuando el joven intentaba cruzar a nado el río junto a un amigo que sí logró su objetivo.

Según confirman fuentes del entorno de Abdoulaye, el malogrado africano llegó en patera a la isla de Gran Canaria el pasado 23 de mayo después de ser rescatado en alta mar a bordo de un cayuco con 65 migrantes subsaharianos. Sus ocupantes tuvieron que ser auxiliados a menos de una milla náutica (unos 1,8 kilómetros) de la costa de la localidad turística de Puerto Rico, en el municipio de Mogán.

El joven fue trasladado posteriormente a un centro de Cruz Roja en Granollers, en la provincia de Barcelona, siguiendo un programa de atención humanitaria. Abdoulay quería ir a Francia. Voluntariamente dejó el dispositivo de acogida para llegar a Irun el jueves pasado. Ese mismo día fue atendido en el recurso de Hilanderas de Irun, del que salió tres días después para intentar cruzar el río Bidasoa. Se hundió nada más adentrarse en el río, cuando ya acariciaba su sueño de llegar a Francia.

Un testigo de los hechos trató de socorrerle pero se vio obligado a regresar por el peligro inminente de la fuerte corriente del río. Los bomberos trasladaron a tierra a Abdoulaye. Se encontraba en parada cardiorrespiratoria pero las maniobras de reanimación no dieron resultado y, minutos después, un médico de la ambulancia de Osakidetza certificó su fallecimiento.

Esta es la segunda muerte que se produce en menos de tres meses en similares circunstancias en el Bidasoa, ya que el pasado 22 de mayo fue rescatado en sus aguas el cuerpo sin vida de otro migrante que también trataba de alcanzar la orilla del otro lado de la muga.

Centenares de personas se sumaron a la concentración de protesta del lunes en la plaza San Juan de Irun para denunciar lo ocurrido. El director de Migración y Asilo, Xabier Legarreta, declaró que la muerte de Abdoulay es un "fracaso colectivo de toda la sociedad". Las instituciones vascas piden que se garanticen "tránsitos seguros en situaciones de crisis humanitaria".