El fin del estado de alarma ha dejado imágenes de botellones, fiestas ilegales y desmadre en general. Sin embargo, para aquellos que prefieren planes más seguros durante esta crisis sanitaria cabe recordar que la restricción de movilidad también se ha levantado. Por eso, aquí te dejamos diez destinos y rutas con un rico pasado histórico en los que admirar el paisaje o degustar suculentos manjares.

1. ETAPAS DEL CAMINO DE SANTIAGO ALAVÉS

Una excelente opción para disfrutar del territorio haciendo deporte y de una manera tranquila y pausada es completar el tramo del Camino de Santiago a su paso por Álava entre Zalduondo y Gasteiz. Es un recorrido de unos 30 kilómetros que se encuentra perfectamente señalizado y además es posible recorrerlo a pie o en bicicleta de montaña, en su mayor parte por caminos y solamente en pequeños tramos es necesario hacerlo por carretera.

La ruta no entraña dificultades técnicas y tampoco hay que salvar grandes desniveles, por lo que se podría hacer en un día. Además, el recorrido nos ofrece la oportunidad de obtener una visión diferente del territorio histórico con sus contrastes y matices y unas poblaciones de añeja historia y carácter singular. Ese es el caso de Zalduondo, punto de partida, donde podremos disfrutar del Palacio de los Lazarraga-Lecea, junto a la iglesia de San Saturnino de Tolosa.

De camino a Gasteiz podremos disfrutar de varios parques naturales de notable interés como el de San Vítor, el de Estíbaliz, el Provincial de Garaio y en esta zona también el ornitológico de Mendixur. Además del contacto con la naturaleza, la ruta también ofrece la posibilidad de acercarse hasta la historia del territorio a través de sus edificios y municipios. Entre los puntos de interés destaca el Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz, las termas romanas de Arcaya o el puente medieval de Audikana. Una visita obligada también merece el casco histórico de Agurain, la iglesia de Nuestra Señora de la Ascensión en Alaitza y cómo no la espectacular Torre de los Guevara en el citado municipio.

2. EMBALSE DE MAROÑO

A los pies de Sierra Salvada, en pleno corazón del Valle de Ayala, y con vistas a las cimas cercanas de Tologorri, Ungino y Eskutxi, este bello paraje natural cuenta con amplios espacios abiertos rodeados de verdes praderas y un excelente embalse de aguas que abastece a localidades vecinas. Desde luego, el embalse de Maroño es una imagen de postal en cualquier época del año, ya sea en invierno cuando la nieve cubre las cimas de Sierra Salvada o en primavera cuando están todos los árboles en plenitud.

Además, su espléndido entorno boscoso, compuesto por pinares, robles y arbustos, nos permite disfrutar de una agradable jornada en uno de los entornos naturales más hermosos de Álava. Otra opción, junto a la de relajarse en las frescas aguas del embalse, o ascender cualquiera de las cimas de poco más de mil metros que protegen el embalse, es visitar una quesería en la cercana localidad de Izoria, donde además de conocer el modo tradicional de hacer queso se pude ver el proceso de elaboración de miel casera.

Para terminar la jornada, existe la opción de poder darse un buen homenaje en el restaurante agroturismo Guzurtegi, desde donde contemplar las incomparables vistas, mientras se degusta alguna de sus especialidades a la brasa, tanto de carne como de pescado, en especial el bacalao, o de unos hongos boletus a la plancha o las mollejas, otro de los platos destacados del local.

3. ERMITA DE SAN FORMERIO. SUBIDA DESDE PANGUA

En una colina rodeada de encinas se encuentra la ermita dedicada a San Formerio, patrón del Condado de Treviño. Construida en la cima que lleva su nombre, es un templo románico del siglo XII de robusta construcción, ya que también ejercía una función militar. Parece ser que el lugar donde se situaba era sagrado anteriormente. Así lo atestiguan las tumbas de la Edad del Bronce y del Hierro encontradas en el entorno. Se trataba de poblados fortificados junto a la ermita, en la ladera Norte, teniendo defensas concéntricas y muros de piedra.

Un sencillo paseo desde Pangua permite acceder hasta esta coqueta ermita y contemplar unas preciosas vistas desde la cima y de su entorno. Al Este, justo al borde de las encinas podemos observar dos sepulturas de adulto, con los pies desgastados, orientadas Oeste Este, por los alrededores en otros pequeños afloramientos graníticos, aún se pueden observar restos de otras sepulturas casi irreconocibles. Es posible que se tratara de una necrópolis bastante extensa y aunque es muy difícil datarlas, podrían rondar el siglo X.

4. NACEDERO DEL RÍO ZIRAUNTZA

Situado en el municipio alavés de Araia se encuentra el nacedero del río Zirauntza, hasta el que se puede acceder tras una pequeña y amena ruta apta para cualquier tipo de persona. La ruta, de gran encanto, regala un paisaje de película, mágico y es visitada cada año por miles de personas.

No es de extrañar, teniendo en cuenta el paraje que se puede contemplar en este recorrido que no alcanza los 4 kilómetros y en el que hay que salvar unos 280 metros de desnivel. Bellas cascadas, un río de aguas limpias que acompaña buena parte del camino, un frondoso bosque con robles y hayas centenarias, a lo que hay que unir la vegetación espectacular en la que destacan los diferentes arboles trasmochos cerca del camino, un legado que nos han dejado los carboneros de la zona.

Además, se ha habilitado el camino con mesas y bancos de madera. Un gran detalle para que las familias puedan comer el típico "hamaiketako" a la sombra de alguno de estos árboles históricos. Por último, si los múltiples encantos con los que nos sorprende este recorrido no son suficiente atractivo, también se puede visitar el Museo del Mitxarro, punto de partida de la ruta. Se trata de un centro de interpretación de la naturaleza, donde el Mitxarro (lirón) cobra especial protagonismo.

5. ÁREA DE ERMUALDE

Testigo de nuestro pasado. Huella de la vida de nuestros ancestros. Las excavaciones arqueológicas en el entorno de Santa María del Yermo informan sobre la historia y el arte de Ermualde. Desde que el Conjunto Monumental del Santuario de Santa María del Yermo, en la zona laudioarra de Ermualde, fuese inscrito en el año 2002 en el Inventario General del Patrimonio Cultural Vasco, han sido diversas las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo para investigar, poner en valor y divulgar todo el potencial patrimonial del lugar.

No es para menos. El santuario actual del siglo XV, además de por su riqueza patrimonial, destaca por el indiscutible valor medioambiental y etnográfico del entorno. Por ello, en el enclave se están realizando varios sondeos arqueológicos en las zonas próximas a la torre y una excavación de gran envergadura en su interior, concretamente bajo el coro del templo, donde ha salido a la luz una necrópolis con dos tumbas que podrían ser del siglo XII. Hay que destacar que todos los detalles de la excavación y de la zona se pueden conocer al detalle gracias a las visitas teatralizadas que se llevan a cabo a cargo de SAPO Producciones.

6. CAMINO DEL MACHIMBRAO

En ocasiones Rioja Alavesa ha sido comparada con La Toscana. No es exagerada la comparación. Caminar entre sus viñedos nos transporta en el tiempo. Paz, tranquilidad, mientras se respira el aire puro entre viñas y bodegas. Sin los agobios del reloj y con el único objetivo de dejarse llevar por unas vistas de postal. El camino del Machimbrao en Labastida es una ruta de poco más de cinco kilómetros, que une el parque de San Ginés y la ermita del Santo. Bonito y sencillo camino entre pinos, con vistas a los viñedos y al Toloño, con algunas pequeñas esculturas repartidas a lo largo del paseo.

Para recuperar fuerzas después de esta pequeña excursión se puede disfrutar de los pimientos rellenos del Bastida's o para aquellos que hayan hecho aún más hambre se puede degustar uno de los platos típicos de la zona: las chuletillas de cordero y en Labastida, los lugareños aconsejan dos de sus locales: el Jatorrena y el Petralanda.

7. PASEO DE LOS CALDEROS Y CARBONERAS

Desde Bernedo parte la ruta de las karobiak y la txondorra, un homenaje de Montaña Alavesa a los dos viejos oficios. Se trata de un agradable y sencillo recorrido por las inmediaciones de la Ermita de nuestra señora de Okon en Bernedo que nos lleva por antiguos caleros y carboneras.

Siguiendo la ruta que utilizaron antaño los caleros en el monte se puede ver la restauración de uno de los numerosos caleros que se encontraban en esta zona y donde obtenían la cal que luego vendían en los pueblos cercanos. Además, se encuentra representada una carbonera y la cabaña que servía de refugio a los carboneros en sus largas jornadas de permanencia en el monte al cuidado de la carbonera.

Por un camino bien marcado y debidamente señalizado discurre esta ruta circular de aproximadamente 1,5 kilómetros; que, entre bojes, hayas y robledales de roble pirenaico, invita a descubrir una serie de elementos restaurados relacionados con oficios, hoy en día perdidos.

8. DE DELIKA HASTA EL CAÑÓN DEL NERVIÓN

GMv2_fin|pTipoComp=videos&pIdGaleria=605a2f9286f031000b6140f9|GMv2_fin El cañón de Delika proporciona una hermosa ruta de senderismo que sigue el curso del río hacia el salto de agua. Una ruta de siete kilómetros (ida y vuelta) desde Delika entre robles y hayas por la parte baja del cañón. La ruta es inaccesible en época invernal o de grandes precipitaciones, mientras que el resto del año el agua se filtra por las cavidades rocosas dejando al descubierto el cauce sinuoso del río que se hace transitable a pie, alternando cambios de orilla según discurre el sendero.

Según vas llegando al final del cañón, observarás las grandes prominencias rocosas que se van aproximando a la base de la cascada. Es un recorrido sin complicaciones, pero si quieres llegar a la misma base, (aunque no es necesario para gozar de las vistas) deberás trepar por las rocas al final del todo. El salto del Nervión es el salto de agua más grande de la Península Ibérica. Con sus 270 m de altura, se enmarca en el Monumento Natural del Monte Santiago, en los límites de Bizkaia y Burgos.

9. LAGUARDIA

No es raro que año tras años aparezca entre los pueblos más bonitos de España. Laguardia lo tiene todo. Cultura, gastronomía, naturaleza y un casco histórico maravilloso, recorrido por tres calles principales: Páganos, Mayor de Migueloa y Santa Engracia, que reúnen un gran número de casas señoriales, entre las que destaca la de la Primicia, de principios del siglo XV, y la del propio fabulista Samaniego.

Custodiada por la sierra de Cantabria y rodeada de viñedos, esta coqueta villa de Rioja Alavesa te traslada a la Toscana. Situada en lo alto de un cerro, protegida por una muralla y con esas calles que la dotan de un aire medieval no tiene nada que envidiar a cualquiera de los municipios de postal del Chianti como San Gimiano o Monteriggioni. Y, si algo ha hecho de Laguardia todo un reclamo turístico son sus bodegas, que horadan el subsuelo y conforman todo un mapa subterráneo con más de 300 cuevas excavadas. Muchas son visitables con previa cita, como la de El Fabulista (en la plaza de San Juan y junto a la oficina de Turismo).

Además de los caldos, el visitante no puede dejar la oportunidad de visitar sus dos iglesias, dos auténticas joyas. No en vano, la espléndida portada gótica policromada de la iglesia de Santa María de los Reyes, una auténtica obra de arte, ya merece en sí una visita. Por su parte, junto a una de las puertas de la muralla se encuentra la iglesia de San Juan Bautista, donde confluyen diferentes estilos, del románico al gótico, y donde se puede admirar la capilla de Nuestra Señora del Pilar y la Marinpena, una gárgola de piedra que, según la leyenda, así se quedó una muchacha como castigo por su mala conducta.

10. RUTA DE LOS DÓLMENES

Dólmenes, lagares o yacimientos de antiguos pobladores. Las faldas de la Sierra de Cantabria cuentan con numerosos vestigios de los moradores que habitaron esta zona hace miles de años. Los restos que allí dejaron acercan hasta nuestros días las costumbres y actividades que desde tiempos inmemoriales se produjeron en esta zona de Rioja Alavesa.

El recorrido de la Ruta de los Dólmenes es un museo al aire libre a lo largo de poco más de 20 kilómetros. El camino que nos llevará por Laguardia, Leza, Samaniego, El Villar, Cripán y Villabuena de Álava es un viaje al pasado. Un periplo por la historia de nuestros ancestros. Una ruta que nos transportará en el tiempo con cada parada para contemplar los siete monumentos megalíticos del recorrido. Los dólmenes y poblados por los que pasa el recorrido nos sumergirán en épocas pasadas de ancestrales creencias y misteriosos rituales.

El Dolmen El Sotillo,el de San Martín, el Poblado de La Hoya, el dolmen del Alto de la Huesera, el de la Chabola de la Hechicera, el Encinal y el de Los Llanos son construcciones realizadas durante el Neolítico, que por sus formas se atribuían generalmente a una función funeraria.