Es curioso como en pocos kilómetros pueden cambiar tantas cosas. La comida y sus hábitos, también están en esa extensa lista.

Con peculiares rasgos, cada cultura posee sus propias praxis y costumbres culinarias.

Los modales en la mesa o la fe como plato entrante, son solo algunas de las rutinas de la mesa. Sin embargo, todas estas costumbres tienen un origen histórico.

Asia, una gastronomía con mucha historia

La comida asiática atesora una infinitud de rasgos característicos, propias de la zona.

Desde una dieta rigurosamente establecida hasta unas costumbres de comportamiento imperativas.

Lo que para nosotros pueden ser unas baquetas, para la comida oriental es un pilar fundamental.

Los utensilios más peculiares del planeta tienen una historia en la recámara.

Los palillos como instrumento gastronómico se inventaron cuando nuestros antepasados europeos, aún comían con las manos.

Allá por el siglo XIII, los primeros palillos se construían a base de bambú o madera. Esta práctica milenaria tiene un propósito fundamental, no tocar la comida.

Para la sociedad asiática, la comida no debe tocarse con las manos, por el supuesto caso de, que, puedan trasmitirse enfermedades.

La mayoría de la comida oriental se sirve en pequeños pedazos, por lo que apenas hace falta utensilios de gran volumen.

Además, el cuchillo está visto como un arma y mal visto sobre la mesa. Uno de los refranes de la tierra dice:

“La hora de comer no es para luchar, por lo que debemos alejar nuestros puñales, para que la sangre no llegue al río”.

No obstante, el tipo de palillos, no es el mismo en todo Asia. En China, por ejemplo, son de madera y con un estrechamiento con punta redonda.

En Japón, por el contrario, la punta es afilada. En Corea, los utensilios para comer son de metal, y, la sociedad vietnamita utiliza uno de mayor tamaño.

Algo a destacar, jamás se te ocurra señalar con ellos o golpear la mesa como si de un tambor se tratase, podría sentarles muy mal. No queremos ninguna indigestión.