Cuando vamos a la playa en los días de verano, tenemos la oportunidad de realizar todo tipo de planes. Desde darnos un chapuzón, jugar a las palas, pasear, o jugar con arena, haciendo agujeros y castillos. No obstante, conviene estar atentos con esto último, pues, para sorpresa de muchos, se desaconseja totalmente.
Aunque puede parecer una práctica muy inofensiva, los datos indican que es más probable morir asfixiado en la arena que por ataque de tiburón. ¿A qué se debe? Vamos a descubrirlo.
Las apariencias engañan
El problema radica en el comportamiento de la arena al acumularse en montones y generarse pendientes. Según un artículo del medio ‘The Conversation’, la mayoría de la arena seca es estable hasta un ángulo de 33 grados. Al superarlo, la arena se vuelve inestable.
El ángulo de reposo puede ser mayor si la arena está húmeda. Pero, al secarse, la estabilidad disminuye. Esto quiere decir queque un muro de arena que parece seguro puede colapsar fácilmente cuando la arena se seca al sol, convirtiéndose en una trampa mortal.
A diferencia de las avalanchas, la arena colapsada ocupa todos los espacios, dejando unos minutos para rescatar a alguien antes de que se asfixie. Aunque existen diferentes métodos para salir del paso, lo mejor es recurrir a herramientas especializadas, según IFL Science.
Explicación científica
De todos modos, pese a que la arena húmeda puede ser peligrosa, es difícil que una persona quede sumergida en ella. Las arenas movedizas, una mezcla de materiales como arena, limo o arcilla y agua, se comportan como una especie de líquido semi-viscoso.
Tal y como apunta un estudio publicado en 'Nature' en 2005, los humanos tienen la mitad de la densidad de las arenas movedizas, por lo que es más probable que flote a que sean succionados por la arena.
El estudio recomienda deshacerse de objetos pesados y recostarse para distribuir el peso uniformemente, facilitando la salida. Aunque no es necesario preocuparse por las arenas movedizas, es prudente evitar cavar agujeros en la playa para garantizar la seguridad general.
Disfruta de un día de playa
Para disfrutar plenamente de un día de playa, sigue estos consejos que te asegurarán una experiencia segura y agradable.
Protección solar
Usa protector solar de amplio espectro con un factor de protección alto (mínimo SPF 30). Aplícalo 30 minutos antes de exponerte al sol y repón cada dos horas, especialmente después de nadar o sudar. Lleva gafas de sol, sombrero y ropa ligera para protegerte de los rayos UV.
Hidratación y alimentación
Bebe agua frecuentemente para mantenerte hidratado, sobre todo en días muy calurosos. Evita bebidas alcohólicas y azucaradas que pueden causar deshidratación. Lleva una nevera portátil con agua, frutas frescas, y snacks saludables para mantener tu energía durante el día.
Equipamiento adecuado
Lleva una sombrilla o tienda de playa para crear sombra y protegerte del sol. Una toalla grande, sillas plegables y una manta para sentarte son esenciales. No olvides tu traje de baño, sandalias y una bolsa impermeable para guardar tus pertenencias.
Entretenimiento
Lleva libros, revistas, una pelota, frisbee o juegos de playa para divertirte. Si te gusta el agua, no olvides el equipo de snorkel, tablas de surf o juguetes inflables.
Seguridad en el agua
Nada en áreas designadas y supervisadas por socorristas. Respeta las señales de advertencia y las banderas de seguridad. No te adentres demasiado en el mar, especialmente si no eres un buen nadador. Vigila siempre a los niños y enséñales a nadar cerca de la orilla.
Cuidado del medio ambiente
Respeta la naturaleza. No dejes basura y recoge tus desechos para mantener la playa limpia. Evita tocar o molestar la fauna marina y utiliza productos ecológicos.
Conexión y relax
Desconecta de los dispositivos electrónicos y disfruta del momento. Relájate, escucha las olas, y aprovecha para descansar y recargar energías.