- París y los antiguos locales del semanario satírico Charlie Hebdo volvieron a ser ayer blanco de un atentado terrorista, en el que dos personas resultaron heridas con arma blanca por un joven detenido horas después, al igual que un supuesto cómplice.
El lugar, sede en 2015 de esa revista; su coincidencia con el juicio que desde el pasado 2 de septiembre se lleva a cabo por el ataque contra la publicación, en enero de 2015, en el que murieron doce personas y el hecho de que su autor quisiera cometer asesinatos hizo que la Fiscalía Nacional Antiterrorista quedara rápidamente al frente del caso.
El atentado se produjo hacia las 11.45 horas, en un momento en que las dos víctimas, productoras de la agencia audiovisual de investigación Premières Lignes, habían bajado a la calle a fumar.
Todavía no se sabe si las víctimas fueron elegidas al azar, pero el propio primer ministro francés, Jean Castex, recordó en una breve declaración ante la prensa cerca del lugar de los hechos que la agresión había tenido lugar en "un lugar simbólico", ante el que se estableció un amplio perímetro de seguridad con un importante dispositivo de policías, militares y servicios de emergencia.
La barrera comenzó a apenas 80 metros de distancia de la sala de conciertos Bataclan, que junto con varios bares de París fue objeto a su vez de los ataques terroristas del 13 de noviembre de 2015, en los que fueron asesinadas 130 personas.
Los centros escolares de los tres distritos circundantes se vieron obligados a cerrar sus puertas, y miles de alumnos quedaron confinados durante horas hasta que se levantó la alerta. Las pesquisas se han abierto por intento de asesinato terrorista y asociación terrorista criminal, y los dos arrestados fueron interrogados. Aunque la Fiscalía no detalló su identidad, medios como Le Figaro indicaron que el autor, detenido cerca de la plaza de Bastilla, tiene 18 años y estaba fichado por delitos comunes y tenencia ilegal de armas, mientras que del supuesto cómplice solo ha trascendido su edad, 33 años.
La cadena BFM TV señaló que el autor había reconocido los hechos y decía ser de Pakistán.
La condena de la clase política no tardó en llegar. "Es una ocasión para el Gobierno de la República de recordar su compromiso indefectible con la voluntad de prensa, su voluntad de luchar contra el terrorismo con todos los medios y su plena movilización", apuntó Castex. Charlie Hebdo también se solidarizó: "Todo el equipo de Charlie aporta su apoyo y su solidaridad a sus antiguos vecinos y colegas @PLTVfilms y a las personas afectadas por este odioso ataque", indicó en Twitter. Ese semanario estuvo en el punto de mira en 2015 por haber publicado caricaturas de Mahoma y su difusión de nuevo este mes coincidiendo con el proceso le valió nuevas amenazas por parte de la red terrorista Al Qaeda. Unas amenazas ante las que la prensa francesa salió en su apoyo con una carta abierta dirigida a la ciudadanía en la que cerca de medio centenar de medios pidieron que esta defienda la libertad de expresión y no ceda a "esas ideologías mortíferas".
Amenaza inminente. La directora de recursos humanos de 'Charlie Hebdo', Marika Bret, anunció que había tenido que abandonar urgentemente su vivienda bajo protección policial para refugiarse en un lugar seguro debido a que las autoridades le avisaron de una amenaza inminente.
Mural para el recuerdo. En la antigua sede del semanario, junto al boulevard Richard Lenoir, un mural recuerda todavía a los redactores o ilustradores fallecidos, y una placa señala que allí se encuentra la "Plaza de la Libertad de Expresión".
Catorce cómplices. En el juicio que se celebra actualmente por los atentados contra el semanario francés Charlie Hebdo concurren los presuntos cómplices, pues la Policía abatió en su momento a los autores materiales, los hermanos Said y Cherif Kouachi y Amedy Coulibaly, que el 8 y el 9 de enero de 2015, coordinado con ellos, mató a una policía y a otras cuatro personas en un supermercado judío de París. En la vista se enjuicia a 14 personas, de las que diez están detenidas provisionalmente, una en libertad bajo control judicial y tres en orden de busca y captura, con una petición de penas que van desde la cadena perpetua hasta los 10 y 20 años de cárcel.