Helsinki - El primer ministro finlandés, el socialdemócrata Antti Rinne, se vio obligado a dimitir ayer martes para evitar que prosperase una moción de censura presentada por la ultraderecha y después de que el centro liberal, su principal socio en la coalición de Gobierno, le retirase su confianza.

Rinne, quien apenas llevaba seis meses en el cargo, entregó su carta de dimisión en persona al presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, quien aceptó la renuncia y le agradeció su labor durante este breve mandato.

El partido de ultraderecha Verdaderos Finlandeses, la principal fuerza opositora, presentó la moción de censura en el Eduskunta (Parlamento) en respuesta a lo que consideran una gestión deficiente en la resolución de un conflicto laboral dentro de la empresa estatal de correos Posti.

Origen de la crisis Los ultraderechistas acusan a Rinne, antiguo líder sindical, de haber mentido en sede parlamentaria al afirmar que no conocía ni aprobaba los planes de Posti de recolocar a 700 trabajadores en una filial con peores condiciones salariales, pero los directivos de la empresa de correos aseguran que sí estaba al corriente. El conflicto laboral motivó una huelga de correos de dos semanas a la que se sumaron miles de trabajadores de otros sectores, como el transporte, la aviación y los estibadores, causando pérdidas millonarias, hasta que el Gobierno obligó a Posti a readmitir a los trabajadores. - Efe