CEUTA - Miles de inmigrantes han llegado España este año por tierra, cruzando las fronteras de Ceuta o Melilla, o por mar. Otros muchos fracasaron en su intento de alcanzar Europa frenados por las fuerzas de seguridad que denuncian, un verano más, afrontar oleadas sin medios suficientes.

Asociaciones de guardias civiles, sindicatos policiales y agentes destinados en ambos puestos fronterizos, se quejaron ayer la falta de protocolo, inseguridad jurídica, riesgo para su integridad física, medios materiales escasos, número insuficiente de agentes y unas infraestructuras obsoletas para la protección de las vallas. Para estos funcionarios policiales, ambos puestos fronterizos y los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE).

Solo el lunes sortearon con éxito la valla de esta ciudad autónoma 187 subsaharianos. La forma en la que algunos agentes de la Policía Nacional intentaron frenar el paso de los inmigrantes, con patadas y porrazos, causó heridas en una pierna a uno de ellos. Este incidente, donde el policía tropezó al lanzar una patada que no alcanzó a ningún inmigrante, ha levantado la polémica sobre el uso de la violencia tanto por parte de las fuerzas de seguridad.

Según fuentes policiales, solo cinco agentes estaban en ese momento y, además, destinados a labores de documentación y que utilizaron lo que tenían más a mano para repeler un asalto que tampoco hubieran podido frenar miembros de unidades más especializadas debido a la violencia que mostraron los inmigrantes. Además, aseguran que están detectando en el último año un mayor uso de objetos punzantes como cuchillos o cizallas, y de otros como hondas y tirachinas, por parte de los subsaharianos para intimidar a los guardianes de las fronteras y cumplir su sueño.

Una violencia que no se observa en el video que muestra el paso de los subsaharianos que lo único que no hacen es detener su carrera. Un extremo que niega Cruz Roja, cuyo jefe de Unidad de Emergencias, Íñigo Vila, subrayó que no cree que estos intentos, constantes todo el año, se produzcan “con mayor violencia” que antes.

De hecho, explica Vila, una vez cruzada la frontera la alegría y los cánticos de los inmigrantes, el 70% subsaharianos y el 90% hombres de entre 16 y 40 años, son más que evidentes. Enseguida se ponen a disposición de las autoridades, de forma pacífica, para que los trámites para tener un futuro mejor empiecen cuanto antes.

Un día después de la entrada de los 187 inmigrantes, mil lo intentaron sin conseguirlo y la madrugada de ayer lo hicieron unos quinientos. Previsiblemente tratarán de hacerlo los miles que, según cálculos de los agentes, esperan su ocasión en Marruecos.

Unas previsiones negativas para la Delegación del Gobierno en Ceuta que, en coordinación con las autoridades de Marruecos, acordó cerrar una semana el tráfico de mercancías y de porteadores por la frontera del Tarajal, ante la presión migratoria que vive la zona.

colectivos perjudicados El acuerdo supone cerrar tanto el paso de porteadores del Tarajal II como el tráfico de mercancías que se realiza en vehículo por el paso fronterizo y que provoca retenciones y colapsos. El paso, dedicado exclusivamente para el comercio atípico del porteo, abrió este martes sus puertas tras permanecer cerrado desde el 28 de julio debido a la celebración de las Fiestas Patronales de Ceuta y para favorecer así el tráfico fluido.

En la reapertura, donde una nueva empresa de seguridad, Eulen, se hacía cargo del control de las colas y de las mercancías a pasar hacia territorio marroquí, 1.471 porteadores utilizaron el Tarajal II, que 24 horas después volvió a quedar cerrado. - DNA