Una de las escenas más típicas del verano es cuando, casi sin darnos cuenta, nos entra agua en el oído después de habernos bañado. Ya sea agua salada o con cloro, se queda atrapada en el canal auditivo y, por mucho que lo intentemos, no logramos sacarla. Y, al estar un tiempo entaponada, puede tener efectos negativos en la salud

Es más, si no se consigue eliminarla del todo como es debido, puede ocurrir que la humedad provoque infecciones internas como, por ejemplo, la otitis externa, además de dañar órganos internos y dificultar el día a día. 

Actuar con los oídos entaponados

Con la idea de aclarar esta duda, el enfermero y divulgador sanitario Jorge Ángel, conocido en las redes sociales bajo el nombre de @enfermerojorgeangel, ha analizado este tema en uno de sus vídeos, donde explica todo lo que se debe hacer para sacar el agua entaponada en el oído.

En la publicación, subida a Instagram, el especialista señala detalles a tener en cuenta con el fin de solucionar este problema tan frecuente en verano y que no supone ninguna complicación. Así las cosas, vamos a analizar cómo actuar ante este tipo de situaciones.

¿Qué podemos hacer si se nos mete agua en el oído?

Tal y como explica el enfermero Jorge Ángel en sus redes sociales, es muy frecuente que el agua se meta en el oído por estas fechas. Es una sensación realmente molesta, pero hay formas sencillas y seguras para arreglarlo de manera efectiva.

El primer paso y más importante es armarse de paciencia y dejar que la gravedad haga su trabajo. Es decir, tumbarse de lado y con el oído afectado hacia abajo, de forma que el agua salga por sí sola de la oreja en cuestión de minutos. 

De forma alternativa, también se puede inclinar la cabeza hacia el lado afectado y, como si de una secuencia se tratara, dar pequeños golpes, pero de manera suave, detrás de la oreja, para expulsar todo el líquido acumulado.  

Un menor con agua en el oído Pixabay

Más consejos

También tenemos un truco conocido como "efecto ventosa". Se basa en poner la palma de la mano abierta sobre la oreja presionando con suavidad. A continuación, se retira esta con rapidez, vaciando la oreja del agua.  

Del mismo modo, bostezar o masticar, a la vez que se masajea la oreja, son técnicas muy útiles, pues la mandíbula realiza movimientos suaves. Tampoco podemos olvidar la idea de tirar del lóbulo hacia abajo y hacia atrás mientras inclinamos la cabeza para que el agua salga del interior. 

Bajo ningún concepto 

Al igual que los anteriores consejos, también es fundamental saber qué es lo que nunca se debe hacer. Entre lo que no se recomienda, tenemos un clásico: el meter bastoncillos de algodón ni otros objetos en el oído, porque pueden empujar el agua hacia adentro o dañar la oreja.  

Si seguimos intentando eliminar el agua que se ha apilado en el canal auditivo, tampoco se deben hacer movimientos bruscos o saltar para intentar sacar el agua, pues cabe la posibilidad de causar molestias mayores. 

Último recurso

Si aún después de haber intentado por activa y por pasiva poner en marcha estos trucos, notamos dolor, picazón u otras molestias, se debe acudir cuanto antes a un médico o enfermero para evaluar el estado en el que nos encontramos. 

Para poner fin a estas molestias, el sanitario nos recomendará un tratamiento específico con el que poder aliviar las molestias de un modo seguro y eficaz. Todo depende de la gravedad de cada caso y el estado físico de cada persona.