Para mantener saludable nuestro cuerpo, es necesario comprender que debemos consumir alimentos varias horas al día. Normalmente, entre desayuno, comida y cena (a veces incluyendo el almuerzo y la merienda) solemos hacerlo tres o cuatro veces por jornada. Respecto a la comida, surgen varias dudas sobre cuál es la mejor hora.
Es más, existen diversos estudios y expertos en nutrición que señalan que comer muy temprano o retrasar en demasía la comida puede tener consecuencias negativas en el metabolismo y la energía del día a día. Por tanto, ¿cuál es la solución?
Ni antes de la una ni después de las tres
Muchos expertos en nutrición afirman que no se recomienda comer antes de la una de la tarde, salvo en casos excepcionales. Esto se debe a que hacerlo demasiado pronto puede provocar hambre y, por ende, llevar al excesivo consumo de calorías durante el día.
Tampoco se aconseja retrasar mucho la comida. Es preferible realizarla entre la una de la tarde y las tres como máximo, pues, de hacerlo más tarde, podríamos sufrir problemas digestivos y notar efectos en nuestra energía en las actividades de la tarde.
Las claves de una buena comida
Al margen de la hora, la estructura de la comida es otro aspecto a tener en cuenta. Debe ser siempre equilibrada y estar compuesta de todos los nutrientes esenciales para el organismo.
Verduras y vegetales
Cuentan con vitaminas, minerales y fibra, importantes para la digestión y el buen funcionamiento del cuerpo.
Proteínas
Bien de origen animal (pollo, pescado, carne magra) o bien de vegetal (legumbres, tofu, frutos secos), las proteínas contribuyen al desarrollo y la recuperación de tejidos.
Grasas saludables
Están en el aceite de oliva, los frutos secos y el aguacate. Las grasas saludables ayudan a fortalecer el sistema cardiovascular y el funcionamiento del cerebro.
Carbohidratos
Aportan energía al cuerpo, es recomendable optar por carbohidratos complejos como arroz integral, quinoa o pan integral y no por harinas refinadas.
Olvídate de las comidas copiosas
Aunque la comida debe proporcionar siempre saciedad, no se recomienda que sea muy abundante, puesto que puede generar sensación de pesadez y perjudicar al rendimiento físico y mental en lo que resta del día.
Por esa misma razón, elige en la medida de lo posible porciones adecuadas, al igual que alimentos que no sean ultraprocesados, ricos en azúcares y grasas saturadas, de modo que podamos mantener un equilibrio en la dieta y ahorrar problemas en la digestión.
El postre y las infusiones
Tras la comida, numerosas personas tienen la necesidad de consumir alimentos dulces. En estos casos, debe elegirse un postre ligero y saludable, como, por ejemplo, una pieza de fruta. Asimismo, los azúcares naturales, a diferencia de la comida industrial, dan energía y no tienen efectos negativos
Las infusiones son otra buena alternativa para concluir la comida. Una taza de té o una infusión de hierbas es muy útil para facilitar la digestión y sentir bienestar. Y, por supuesto, hidratar todo el organismo.
Una cuestión de actitud
Además de todas estas recomendaciones, cabe recordar que el hecho de disfrutar una comida sana, equilibrada y variada depende de cada uno. De igual modo, todo pasa por una actitud positiva y toma conciencia para no caer en errores y saber dar con los alimentos adecuados que nos ayudarán a cumplir el objetivo.