El huevo es un alimento accesible, económico y muy saludable, presente prácticamente en cualquier dieta. Libre de conservantes y de aditivos, es un producto rico en vitaminas, proteínas de alta calidad y minerales, y presenta una enorme versatilidad en la cocina.

Puedes comerlo frito, roto, en revuelto, en tortilla, escalfado, al horno, pasado por agua... y, cómo no, cocido. Y precisamente es en esta variante en la que resulta ideal para tomar en cualquier dieta de adelgazamiento. El huevo duro es un alimento bajo en calorías, solo 77 calorías por unidad, y con un alto poder saciante, lo que facilita una pérdida de peso más rápida y efectiva que en cualquier otra dieta convencional.

El huevo cocido cuenta con los nutrientes esenciales para el organismo. Su yema contiene grasas insaturadas que aumentan el colesterol bueno HDL y disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, patologías visuales o disfunciones cognitivas.

Posee 13 vitaminas, entre ellas A,D,E y B12, con un alto poder antioxidante, y minerales como hierro, calcio, fósforo, potasio, magnesio, selenio y sodio, que aportan energía y bienestar tanto físico como mental. Además, al hervirlo se bloquea la avidina, una proteína del huevo que ataca a la biotina, la vitamina que mantiene el cabello, las uñas, la piel y las mucosas.

Su consumo favorece la producción de neurotransmirores, enzimas, anticuerpos y hormonas, así como la regeneración celular y el correcto desarrollo de la masa muscular. Contiene luteína, buena para la visión, y colina, que favorece el funcionamiento del cerebro, de la memoria y del aprendizaje y previene el alzheimer.

Huevos de gallina en un cesto y sobre una tela de saco. Freepik

La dieta del huevo duro

Hoy día hay dietas de todo tipo y entre ellas se encuentra la del huevo duro. Arielle Chandler, autora de La dieta del huevo duro: una forma fácil y rápida de perder peso, asegura que se pueden perder hasta 10 kilos en 2 semanas. La propuesta de Chandler es combinar huevos duros con otros alimentos autorizados.

Uno de los días tipo en la dieta de Chandler consiste en tomar dos huevos duros en el desayuno con un poco de fruta, en la comida ingerir una ensalada verde y carne o pescado a la plancha y para la cena, dos piezas de fruta y una rebanada de pan integral. Es decir, una dieta baja en calorías e hidratos de carbono y alta en proteínas sin grasas. Los alimentos procesados, los azúcares refinados y los carbohidratos están totalmente prohibidos.

De esta forma, el cuerpo entrará en cetosis, un estado en el que el organismo convierte las reservas de grasas en cetonas que serán las que alimenten a los músculos y al cerebro en lugar de los hidratos. El cuerpo funcionará con grasa y para ello la quemará 24 horas al día los 7 días de la semana, según asegura la autora, un efectivo método de choque para adelgazar rápido sin pasar hambre.

Sin embargo, los nutricionistas consideran este método como una dieta milagro más y no lo recomiendan porque a largo plazo puede provocar una pérdida de la masa muscular e importantes carencias nutricionales.

El doctor Manuel Manzano en un vídeo de YouTube explica detalladamente, día a día, cómo esta dieta del huevo duro puede hacerte perder 10 kilos en dos semanas, pero asegura que no está exenta de efectos secundarios, como cansancio, gases o halitosis y que, además, una vez que se termina, puede provocar un efecto rebote y hacerte recuperar más kilos de los que has perdido.

Cómo evitar el mal olor


Si te decides por seguir esta dieta, vas a tener que cocer muchos huevos y estos, a veces, desprenden un desagradable olor tras la cocción. Pues bien, ese olor sulfuroso se produce si se cuecen demasiado tiempo y a una temperatura excesiva, lo que hace que no solo se coagulen la clara y la yema sino también las proteínas.

En este proceso químico, el azufre de la clara reacciona con el hierro de la yema y se genera ese apestoso olor, aunque es inocuo para la salud. Para evitarlo hay que controlar que el agua de la cocción no supere los 85 grados, así como que los huevos medianos no se cuezan durante más de 12 minutos ni los de tallas L y XL más de 18 minutos.

Transcurrido este tiempo debes dejar los huevos duros en un recipiente con hielo durante unos minutos antes de consumirlos o para conservarlos en la nevera, siempre con la cáscara íntegra y sin golpes ni fisuras, y nunca más de 7 días a partir de la cocción.