Cada vez más personas tienen mascotas y por tanto cada vez son más quienes conocen el profundo dolor que genera tener que decirles adiós cuando mueren, ya sea por la edad, por una enfermedad o por un accidente. Un hecho el de la muerte que es irreversible salvo para una mujer británica, a quien le comunicaron la muerte de su gato y le confirmaron que había sido incinerado pero que a día de hoy sigue en su casa. Y está vivo.

Confusión, no resurrección

No se trata de una resurrección, sino de una terrible confusión. Nicci Knight se encontraba en Turquía de vacaciones y había dejado a su gato, Ted, en su casa de la localidad de Newby, en Yorkshire del Norte (Inglaterra), junto a otra gata, Moosh. Allí contaban con una cuidadora, Elise Garbutt, que visitaba, atendía y alimentaba a los animales durante la ausencia de la dueña. 

Le muestran el cuerpo por videollamada

Knight se llevó un enorme y lógico disgusto cuando sus vecinos le comunicaron que habían encontrado a Ted muerto dentro del estanque del jardín de su propia casa. Incluso le mostraron por videollamada el cuerpo del gato para confirmarle la triste noticia. “Fue un enorme shock, porque sujetaban lo que pensé que eran los restos de Ted. No podíamos hacer nada y nos afectó mucho en nuestras vacaciones”, explicó su dueña al periódico británico The Sun.

Knight se comunicó con Garbutt, a la que pidió que realizara los trámites necesarios para que una empresa especializada recogiera el cuerpo de Ted y lo incinerara. A los cuatro días la cuidadora regresó a la casa de Knight para alimentar a otra gata. Fue entonces cuando el shock se lo llevó ella, al ver entrar a Ted por la gatera con toda la naturalidad del mundo.

La aparición de 'Ted'

Inmediatamente Garbutt llamó a Knight para comunicarle la gran noticia. “¡No te lo vas a creer, Ted acaba de entrar! Pensaba que estaba viendo un gato fantasma”, le dijo, ante la incredulidad de su dueña, para quien todo fue “una locura” y supuso un vaivén emocional importante.

Knight entonces llamó al crematorio y ahí le dijeron que el gato había sido incinerado ya. Obviamente no se trataba de Ted, sino de un gato muy similar a él, con unos colores blanco y negro enormemente parecidos. De hecho la compañía ya tenía lista para entregarle las cenizas, una huella de una de sus patas con un marco, un fragmento de piel en un frasco, una tarjeta de condolencia y un certificado de la incineración.

Ahora Knight trata de encontrar a los propietarios del gato que acabó ahogado en el estanque de su casa e incinerado días después con la intención de que conozcan el desenlace final y no sigan buscándolo.