El delegado del Gobierno español, Denis Itxaso, ha participado este lunes en una charla informativa en el centro cívico Arana de Gasteiz, con el objetivo de “arrojar luz” y superar las “desconfianzas” que hayan podido surgir sobre el centro con 350 plazas de refugiados que quiere abrir el Estado, tal y como explicó antes de entrar en el encuentro. En esa cita de dos horas, según ha podido saber este periódico, Itxaso se encontró con un auditorio de unas 120 personas, que le formularon una veintena de preguntas, por ejemplo, sobre la posibilidad de haber dedicado ese centro a otros fines como el cuidado de los pacientes con alzheimer, o sobre cómo se va a escolarizar a los niños refugiados, qué va a suceder cuando la competencia sobre migración pase al Gobierno vasco... El debate estuvo moderado por el concejal de Participación Ciudadana, el socialista Borja Rodríguez (el alcalde Urtaran y el PNV, el socio mayoritario, no comparten este proyecto de macrocentro). No se permitieron preguntas de los medios de comunicación porque el encuentro estaba destinado a los vecinos.

Itxaso no anunció datos nuevos o argumentos a favor de un centro con 350 plazas, más allá de defender que es el modelo de solidaridad europeo ante la necesidad de más plazas. A la entrada del encuentro, donde algunos vecinos hicieron constar sus reservas y recelos, Denis Itxaso dijo que es “importante arrojar luz, explicar las cosas tal y como son”. Defendió que este tipo de centro tiene antecedentes en Getafe y Alcobendas y que “van a llegar más dentro de un plan integral que se coordina con la Unión Europea” para incrementar el número de plazas. Mencionó también que en Santander el Gobierno autonómico ha ofrecido un edificio, y que habrá otros en Soria, en Valladolid... “Hay que explicar en qué consisten estos centros. Hay múltiples aspectos que es importante dar a conocer. Es una ocasión única para este barrio y para esta ciudad de poder no solamente incrementar su músculo solidario, sino hacer de eso una oportunidad”, recalcó.

Preguntado por los recelos de los vecinos, exoneró de culpa al diseño del proyecto y los atribuyó a que “determinados mensajes han podido encender la mecha del recelo y la desconfianza”. Apostó por que el encuentro sirva para "dejar a un lado la desconfianza”.