No termina de llegar el impulso político de Pedro Sánchez para abordar todo el proceso de transferencias pendientes que recoge el Estatuto de Gernika, y no hay tampoco una respuesta oficial del presidente español a la Comisión Permanente que pide el lehendakari para fijar la metodología. Hace meses que solo se negocia la transferencia de los trenes de cercanías, pero el Gobierno vasco ha ido buscando su propio camino y ha llamado a las puertas de los ministerios. Unos se han mostrado más proclives que otros y, en ese escenario de aparente bloqueo, sí se ha logrado mantener un diálogo sobre la transferencia de inmigración en el último mes y medio, tal y como ha podido confirmar este periódico.

El proceso se ha llevado con una discreción infinita, pero el lehendakari pareció sugerir su existencia de manera muy críptica el pasado miércoles. En una comparecencia con motivo de la reunión de la comisión de trabajo de los Pirineos, se le formuló una pregunta sobre la Comisión Permanente, y ahí repitió que Sánchez no le ha respondido pero que él, como lehendakari, está impulsando la relación entre la consejería de Autogobierno de Olatz Garamendi, el ministerio de Política Territorial de Isabel Rodríguez, y el ministerio de la Seguridad Social y Migraciones, de José Luis Escrivá. No dijo nada más, pero su referencia a Escrivá solo podía significar que se están abordando las transferencias de inmigración y las relacionadas con la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. 

Esta referencia velada ha pasado totalmente inadvertida, pero este periódico se ha puesto en contacto con Lehendakaritza, que confirma que Urkullu se refería a las transferencias y no estaba realizando declaraciones genéricas sobre otras cuestiones de actualidad como la apertura de los pasos fronterizos. En concreto, aseguran que se ha hablado sobre la transferencia de migración, de las autorizaciones iniciales de los permisos de trabajo para los extranjeros. Explican que el ministro Escrivá se reunió hace unas semanas con el lehendakari (fue el 14 de octubre en el Palacio de Ajuria Enea, un encuentro público), y que en ese contexto abordaron el asunto de la migración y su importancia en el mercado laboral, en vista de la necesidad de contratar a personas de otros países.

Escrivá ha lanzado un nuevo reglamento de Extranjería para paliar la ausencia de mano de obra en hostelería y construcción, con novedades como que las personas que lleven dos años en situación irregular puedan obtener documentos de residencia alegando arraigo por formación laboral, unas novedades que multiplicarán la tarea en las oficinas de Extranjería del Estado y donde Euskadi puede contribuir a aligerar la carga asumiendo la transferencia de las autorizaciones de trabajo. Catalunya fue la primera comunidad en gestionar los permisos iniciales de trabajo.

Las conversaciones entre Escrivá y Garamendi

Fuentes del Gobierno vasco añaden que, a partir de esa reunión entre el lehendakari y Escrivá, ha habido conversaciones entre el ministro y la consejera de Autogobierno, Olatz Garamendi, unas conversaciones donde han abordado cuestiones que afectan a ambos gobiernos, “incluida la inmigración”. “Son conversaciones enmarcadas en la normalidad institucional y desarrolladas con discreción”, aseguran a este periódico.

El Gobierno vasco va a poner toda la carne en el asador en el año que le queda a la legislatura española para que puedan pactarse más transferencias, pero es evidente que no quieren inflar las expectativas del diálogo sobre migración. En privado admiten que sería faltar a la verdad llegar a decir que esta transferencia se ha reactivado. Sí confirman conversaciones, pero no se oculta que será Sánchez quien tendrá que dar el impulso político para dar un paso más y llegar a convocar el grupo de trabajo con los técnicos de ambos gobiernos, algo que no se ha producido. Queda un año para que acabe la legislatura española, con unas elecciones municipales y en varias autonomías en mitad del calendario, en el mes de mayo. En un clima preelectoral, todo se complica. En este caso concreto, el ministerio implicado es el que dirige Escrivá, cuyo perfil técnico y no político ya eternizó la transferencia del Ingreso Mínimo Vital.

La posibilidad de transferir migración se remonta a la época de Miquel Iceta como ministro de Política Territorial pero, como muchas otras cuestiones que se pusieron sobre la mesa, no se ha llegado a concretar. Esta materia es una de las seis que ha desgranado Garamendi en sus ofertas por escrito al Estado. El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, también deslizó de pasada el jueves en una entrevista con Euskadi Irratia que se negocia sobre la transferencia de inmigración, cuestión que él sí citó de manera expresa pero en la que no quiso detenerse. La negociación, en cualquier caso, es cosa de ambos gobiernos. Sobre el resto de materias que atañen a Escrivá, los traspasos relacionados con la Seguridad Social aparecen en la última posición del calendario del Gobierno español que, además, no querrá dar un solo paso hasta que el Tribunal Constitucional dicte sentencia sobre el traspaso del IMV.

El escollo en los trenes: lo que valen y el Cupo

La única transferencia que se está negociando en los grupos técnicos de ambos gobiernos es la de trenes. El escollo en estos momentos radica en la cuantificación del dinero que valen los trenes y cómo se debe hacer el traspaso: para el Gobierno vasco, se debe descontar la transferencia del Cupo que paga Euskadi anualmente al Estado, descontar el 6,24% como ocurre con otros traspasos. No quieren que se opte por el modelo de recibir una inyección anual de dinero desde el Estado, porque ataría de manos a las instituciones vascas, tendrían que negociar todos los años esa cantidad, y además se verían obligadas a esperar a que ese dinero llegara para poder implementar actuaciones de mejora en los trenes. Por encima de todo, no respetaría el sistema del Concierto Económico y se sentaría un precedente en ese sentido. 

El jueves quedó aprobada en el Congreso la Ley del Sector Ferroviario con enmiendas del PNV que allanan el traspaso.