- “Que no. Que no fue un golpe militar. Que fue media España que se alzó contra la otra media porque estaba siendo agredida. Igual que estáis haciendo ahora, ¡sectarios!”. El tuit que publicó ayer el diputado de Vox Agustín Rosety, general de Infantería de Marina retirado, supone la expresión más cruda de la división que existe no ya en torno a la condena del alzamiento del 18 de julio de 1936, sino al propio reconocimiento de que fue un golpe militar que provocó la Guerra Civil. En plena marejada por la aprobación en el último Consejo de Ministros de la Ley de Memoria Democrática, dirigentes del PP, Vox y Ciudadanos hicieron ayer referencia a “nuestros abuelos” para marcar su posición respecto a la Guerra Civil y la dictadura, con diferentes grados que fueron desde la negativa a condenar hasta el llamamiento a echar tierra sobre el pasado.
La naturaleza de Vox como partido heredero del franquismo es reconocida por los propios integrantes de esta formación, por ejemplo con la acusación que su presidente, Santiago Abascal, lanzó el pasado octubre a Pedro Sánchez de que “preside el peor Gobierno en 80 años”. El de Amurrio fue ayer de nuevo explícito a este respecto y dijo que “no hay ley ilegítima, ni ha nacido presidente ilegítimo, ni fiscal de partido, ni juez corrupto capaz de hacernos condenar a nuestros abuelos, a los abuelos de otros compatriotas” de ninguna época de España.
En declaraciones en el patio del Congreso mientras se debatía la Ley de Memoria Democrática, aseguró que se trata de una norma “totalitaria, sectaria, guerracivilista y anticonstitucional, que atenta contra la libertad de expresión y la libertad de cátedra, la Constitución, la transición, al abrazo colectivo, la concordia y la mirada hacia el futuro”. Por este motivo, Abascal insistió en que no están para condenar la historia de España, “sino para asumirla, para honrar a los españoles de cualquier bando y época histórica”.
En su pugna particular con Vox, el presidente del PP, Pablo Casado, no ha sido ajeno a esta polémica sino que se ha zambullido en la misma hasta los codos. En una intervención en el Congreso el 30 de junio, calificó la Guerra Civil como “un enfrentamiento entre quienes querían la democracia sin ley y quienes querían una ley sin democracia”. El pasado lunes, el exministro de UCD Ignacio Camuñas negó el golpe de Estado de 1936 en un foro organizado por los populares y delante del propio líder del PP.
El revuelo ha sido considerable desde entonces, y Casado coincidió ayer con Abascal en apelar a la herencia familiar. “Nadie debe desenterrar ahora viejas heridas ni descoser el perdón que sellaron nuestros padres y abuelos. Y menos por un irresponsable interés de dividir a la sociedad para intentar polarizarla electoralmente”, manifestó para criticar la nueva Ley de Memoria del Gobierno de Sánchez. Durante un acto de homenaje a la Transición y la Constitución, añadió que su partido se siente “orgulloso heredero de ese legado extraordinario que ahora algunos quieren dilapidar”.
El presidente del PP recordó que en el Parador de Gredos, en Ávila, se encerraron los ponentes de la Constitución a primeros de 1978 para “sacar adelante esta ley de leyes”, y subrayó que cuatro de ellos eran “compañeros” del PP: Manuel Fraga, Gabriel Cisneros, José Pedro Pérez Llorca y Miguel Herrero de Miñón.
En el papel de apagafuegos, el portavoz del Grupo Popular en el Senado, Javier Maroto, dijo que el PP condena “sin ambages” la dictadura y desvinculó a su partido de las declaraciones del exministro Camuñas en las que negó el golpe de Estado de 1936. Dado que esas manifestaciones se produjeron en un foro en Ávila delante del líder del PP, Maroto negó que exista un “silencio” de Pablo Casado y del partido sino “claridad completa”.
El presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, recomendó por su parte al PP que no mantenga “posicionamientos tan radicalizados” sobre la Ley de Memoria porque puede parecer que “tiene algún tipo de vinculación nostálgica” con el franquismo.
En esta cuestión terció también el portavoz adjunto del grupo parlamentario de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal, que pidió dejar atrás la dictadura y la Guerra Civil, y centrarse en los problemas actuales de los españoles. Se reafirmó por ello como “hijos de la transición y de la concordia” y no como “nietos de la guerra”. “¿Estamos más pendientes de 1936 que de 2030? ¿De la Guerra Civil, del golpe de Estado de Franco y de la dictadura?”, criticó.
“No hay ley ilegítima ni juez corrupto capaz de hacernos condenar a nuestros abuelos”
Presidente de Vox
“Nadie debe descoser ahora el perdón que sellaron nuestros padres y abuelos”
Presidente del PP
“Somos hijos de la transición y de la concordia y no nietos de la Guerra Civil”
Portavoz adjunto de C’s en el Congreso