MADRID - Pablo Casado convirtió ayer en una propuesta solemne y oficial su amenaza de paralizar la tramitación del nuevo estatus de autogobierno con un recurso previo de inconstitucionalidad, un recurso que se puede presentar ante el Tribunal Constitucional justo después de la aprobación de una reforma estatutaria en el Congreso de los Diputados, y que supone frenar su tramitación y evitar que se someta a referéndum. Este anuncio lo realizó ya durante el día de la Constitución española el pasado mes de diciembre, y ayer lo repitió en el Congreso de los Diputados en su réplica al candidato a la investidura, Pedro Sánchez. El líder del PP avisó de que piensa frenar las reformas estatutarias que contravengan la Constitución, aunque ya es de dominio público que los populares se oponen por principio a ampliar el autogobierno vasco y rechazan el estatus antes incluso de que haya comenzado la negociación de una proposición de ley en el Parlamento Vasco.
Casado agitó ayer el "recurso previo de inconstitucionalidad", que supone frenar todos los trámites de un estatus cuando sea aprobado por el Congreso. Supondría paralizar la ratificación en referéndum por los vascos y su entrada en vigor mientras el Tribunal Constitucional estudiara los artículos recurridos. El nuevo estatus no se encuentra aún en esa fase. El Parlamento Vasco debe antes aprobarlo como proposición de ley, y después pasaría al Congreso de los Diputados, un escenario que no llegará hasta dentro de unos cuantos meses. Cuando fuera aprobado por el Congreso, el PP tendría tres días de plazo para recurrirlo tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado. El Tribunal Constitucional tendría seis meses de plazo para decidir.
El presidente del PP utilizó el debate territorial como ariete para desgastar a Sánchez, al que acusa de saltarse la Constitución y romper España con cesiones a Catalunya y Euskadi. El líder popular le recriminó la mesa con el Govern y la posibilidad de hacer una consulta. "Ni Ibarretxe tuvo el coraje de subvertir el orden constitucional. Vino al Congreso a exponer su estatuto", llegó a decir, dando a entender quince años después que el lehendakari ohia se ajustó a los procedimientos legales de reforma estatutaria. No obstante, en el mismo momento en que el Parlamento Vasco está siguiendo todos los procedimientos legales para aprobar el nuevo estatus, Casado también está amagando con llevar a los tribunales ese proyecto.
El PP supera de manera holgada los 50 escaños que son necesarios en el Congreso de los Diputados para interponer recursos ante el Tribunal Constitucional. También lo hace la ultraderecha de Vox. Este dato supone un foco de riesgo para el devenir del nuevo estatus de autogobierno, o de las leyes sociales y económicas vascas en general. Vox ya ha anunciado varias veces que tiene intención de utilizar sus escaños con ese propósito, lo que le da una ventana de entrada a la política vasca en un contexto donde no tiene ni un solo escaño en el Parlamento de Gasteiz. El PP, por su parte, azuza el recurso previo para frenar un nuevo estatus vasco, o también una reforma del Estatut para Catalunya. Casado no acepta ni un referéndum de independencia, ni las reformas estatutarias ni la mesa de diálogo. - M. Vázquez