madrid - Pablo Casado zanjó ayer la opción de debate en el PP sobre la investidura de Pedro Sánchez. Los 89 diputados de la formación de Génova en el Congreso votarán no a quien el líder popular calificó como el “peor socialista de los últimos 40 años” que, además, “amenaza con volar el sistema constitucional actual”. Además, tras subrayar que se debe “respetar” esta decisión, criticó que el foco se ponga en el Partido Popular: “Este cínico eclipse moral tiene que llegar ya a su fin”.

En su intervención en una reunión con los diputados y senadores del PP celebrada en el Congreso, Casado quiso acabar de un plumazo con las voces que dentro del partido abogaban por buscar salidas para acabar con el bloqueo político, planteándose incluso una abstención a Sánchez bajo condiciones. La última en apuntarse a esta opción fue la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien ayer mismo, apenas una hora antes de la reunión de los diputados y senadores del PP, aseguró que hay que “evitar a toda costa” que el Gobierno dependa de Podemos y los independentistas. “Personalmente, creo que Sánchez gobernando en solitario sería mejor. Y para ello, habría que ofrecerle los votos que fueran necesarios, cincuenta y tantos, para que pueda investirse y gobernar en solitario, que es lo que ha dicho él todo el tiempo que quería hacer”, aseguró la otrora baronesa del PP.

Sin embargo, esta posibilidad, tanteada en su día por almas tan dispares en el PP como Núñez Feijoó y Cayetana Álvarez de Toledo, quedó ayer condenada. Según Casado se está pidiendo al PP que asuma “un dilema perverso”: “O aceptamos desaparecer voluntariamente como alternativa al socialismo haciendo presidente a Sánchez, o Sánchez nos amenaza con hacernos desaparecer llevando adelante una mutación del sistema de la mano de la izquierda y los nacionalistas”. Así, el líder del PP descartó de plano la posibilidad de que su partido pueda abstenerse para que Sánchez sea investido. “Es un debate que no admite retorno y no es reversible”, zanjó.

Casado, además, criticó las negociaciones abiertas por el PSOE de cara a lograr la investidura. “Sánchez está negociando la soberanía con defensores del terrorismo, delincuentes condenados en firme y golpistas que han cometido delitos de sedición, y todo ello con el objetivo de lograr ser investido presidente del Gobierno”, enfatizó.

Ciudadanos se deja ver Mientras el PSOE negocia con ERC y el PP se mantiene en su posición de firmeza, Inés Arrimadas envió ayer una carta al presidente en funciones para transmitirle su propuesta de un pacto “constitucionalista y moderado” entre el PSOE, el PP y Ciudadanos y pedir una reunión en la que participen Sánchez, el presidente del PP, Pablo Casado, y ella misma.

En un intento por buscar protagonismo y hueco a un partido laminado tras el 10-N, la portavoz de la formación naranja considera que “la mejor alternativa para España” sería sumar una “mayoría sólida” de 221 escaños -PSOE, PP, C’s y Navarra Suma- para desbloquear la formación de un nuevo Ejecutivo. Según Arrimadas, millones de españoles ven con “enorme preocupación” el plan de Sánchez de gobernar en coalición con los “populistas” de Podemos, nombrar vicepresidente a Pablo Iglesias y buscar el apoyo de fuerzas nacionalistas.